La crisis financiera internacional y el conflicto político postelectoral, con fuertes acusaciones de fraude, amenazan severamente la estabilidad económica de Nicaragua en el año entrante, advierten expertos. La oposición traba planes sociales y la ayuda externa se congela.
"Una mala decisión política de robar elecciones sumen al país en la peor crisis económica de los últimos años y amenazan con derrumbar el futuro del país", dijo con énfasis a IPS el sociólogo y economista Cirilo Otero, director del Centro de Políticas Ambientales.
Otero hace suyas las acusaciones de fraude señaladas por la oposición política, la jerarquía de la Iglesia Católica, organizaciones de la sociedad civil y diplomáticos extranjeros contra el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Las presuntas maniobras ilegítimas habrían permitido la obtención de algunos de los 105 gobiernos provinciales ganados por el izquierdista FSLN en las elecciones del 9 de noviembre para renovar 146 autoridades locales. El acto comicial no contó con observadores nacionales ni internacionales.
La batalla política se trasladó este mes al Congreso legislativo, donde se empantanaron proyectos de ley y las aprobaciones del presupuesto nacional para 2009 y los avales para recibir préstamos y donaciones internacionales con fines sociales y de desarrollo económico.
Ante esta crisis política y las constantes críticas del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a los países del Norte, Estados Unidos suspendió por 90 días la transferencia de 64 millones de dólares para planes de reducción de la pobreza en el occidente de este país y la Unión Europea hará lo propio con 16 millones de dólares y canceló una ayuda por 31 millones de dólares para 2009.
"En ese contexto, Nicaragua está quedando indefensa ante la crisis financiera internacional y desnuda en su lucha contra la pobreza. No hay un panorama positivo en el futuro", dijo Otero.
Cifras oficiales presentadas este mes por el gobierno a la Comisión de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, indican que 77,8 por ciento de los 5,4 millones de nicaragüenses cuentan con menos de dos dólares diarios para sobrevivir y 2,1 millones son indigentes.
A raíz de los recortes de ayuda del exterior y de las trabas internas de la oposición para la prosecución de planes sociales, organismos vinculados a la seguridad alimentaria estiman que el año entrante la desnutrición puede sobrepasar 30 por ciento de la población.
El coordinador nacional del Grupo de Interés por la Soberanía y la Seguridad Alimentaria Nutricional, Eduardo Vallecillo, admitió que ya hubo una reducción del envío de remesas de dinero de emigrantes que residen en Estados Unidos, lo cual incidió en la malnutrición de 27 por ciento de la población general.
Según cifras del Banco Central de Nicaragua, entre enero y septiembre ingresaron al país 618,5 millones de dólares en concepto de remesas enviadas por emigrantes a sus familiares en el país, 15,3 por ciento más que en el mismo lapso de 2007.
Sin embargo, a inicios de año el crecimiento proyectado era del 25 por ciento, según el economista independiente Adolfo Acevedo, de la no gubernamental Coordinadora Civil.
Acevedo entiende que el impacto del cese de la ayuda internacional, sumado a otros eventos, coloca a Nicaragua de cara a uno de los episodios más inciertos de los últimos 18 años desde el fin de la guerra civil en 1990.
Acevedo indicó a IPS que el cierre este año de empresas de maquilas (zona franca industrial habilitada sólo para exportar), que dejaron más de 18.000 personas sin empleo y el anuncio de la clausura de otras siete terminarán de afectar el poder adquisitivo de los nicaragüenses y con ello las condiciones de vida.
Aunque el presidente Ortega ha minimizado los recortes de la cooperación y ha buscado una alternativa en Venezuela y en Rusia, para Acevedo la solución en este caso sería "temporal e incierta".
"Venezuela proveería un poco de ayuda para 2009 y 2010, pero más allá de ello no hay seguridad y todo dependerá del precio del petróleo y de los propios problemas económicos (del gobierno de ese país) de (Hugo) Chávez", advirtió Acevedo.
Según este experto, Nicaragua no podrá crecer en 2009 más allá de dos por ciento debido a los factores económicos ya citados. Este año se cerrará con 3,7 por ciento de expansión del producto interno bruto.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe advirtió en un informe divulgado este mes que la crisis financiera mundial originada en Estados Unidos provocará una desaceleración económica en muchos países de la región, incluyendo un cálculo de crecimiento económico inferior a dos por ciento para Nicaragua.
Ante este panorama, el sector empresarial y productores artesanales han llamado al gobierno y a la oposición a ponerse de acuerdo para sacar adelante al país. Pero nadie cede y los recursos públicos siguen congelados entre acusaciones de fraude por parte de la oposición y de sabotaje por parte del gobierno.
El presidente de la Asamblea Nacional (parlamento), el sandinista René Núñez, dijo que los opositores sabotean al gobierno al no aprobar leyes importantes y préstamos que, a su juicio, dañarán la economía nacional y empeoraran el nivel de vida de los más pobres.
Según el informe anual del parlamento, debido al impasse por el resultado de las elecciones, quedan pendientes por aprobarse aproximadamente 110 millones de dólares en programas de cooperación desde el exterior.
Núñez denunció que debido a la falta de quórum, a raíz del boicot de la oposición, no se ha podido aprobar un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por 20 millones de dólares, destinados a subsanar el déficit de más de 200 millones de dólares que Nicaragua necesita en su presupuesto nacional.
Por su parte Wilfredo Navarro, diputado liberal y primer secretario del parlamento, dijo que la solución a la crisis era muy fácil: "que los sandinistas acepten un recuento de votos con observación electoral, que respeten esos resultados y toda la democracia mejorará".
Navarro sostuvo que el motivo principal de la crisis es el supuesto fraude electoral que, según sus cifras, arrebató más de 44 alcaldías a la oposición.
En este marco de incertidumbre política los bancos han endurecido los requisitos para otorgar créditos, se aumentaron las tasas de interés para el consumo y se restringen los fondos de financiación a la producción.
También cunde la desesperanza en la sociedad nicaragüense. Datos oficiales indican que más de 700.000 nicaragüenses emigraron en 2007 y estimaciones particulares indican que este año ese flujo creció 25 por ciento, con el agregado de que la mayoría son jóvenes.