El gobierno de Brasil anunció este jueves una reducción de tres tipos de impuestos y el uso de las reservas cambiarias para atenuar efectos de la crisis financiera mundial y perseguir un crecimiento del producto interno bruto de cuatro por ciento el próximo año.
Las reservas de divisas internacionales financiarán empresas privadas que tienen deudas externas que vencen en el actual trimestre y en 2009, informó el presidente del Banco Central, que estimó en "más de 10.000 millones de dólares" la suma destinada a ese fin.
Se trata de una respuesta a la reducción de los créditos en el exterior, a causa del agravamiento de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos. Las reservas brasileñas aún superan los 200.000 millones de dólares, pese a que se están usando para defender la moneda brasileña, que sufrió una devaluación de más de 30 por ciento desde septiembre.
El sector directamente más beneficiado por la reducción de impuestos será la industria automovilística. Los automóviles populares, con una potencia de hasta 1.000 cilindradas, estarán exentos del Impuesto de Producción Industrial, fijado en siete por ciento para este tipo de vehículos, desde este viernes hasta el 31 de marzo.
Otros vehículos de potencia mediana tendrán una reducción de la mitad del tributo, que será de seis por ciento para los automóviles y de cuatro por ciento para los comerciales ligeros, en los próximos tres meses y medio. Los de mayor potencia seguirán gravados con 25 por ciento, si consumen combustibles derivados del petróleo, y con 18 por ciento, si son impulsados a etanol.
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El gobierno decidió también reducir el impuesto a la renta y a las operaciones financieras de las personas físicas, como una manera de liberar recursos de las capas medias hacia el consumo y de abaratar el crédito, que se encareció en los últimos meses ante la retracción del mercado financiero.
En total, el gobierno renunciará a recaudar 8.400 millones de reales (3.700 millones de dólares) en tributos, dijo el ministro de Hacienda, Guido Mántega, sosteniendo que ese monto será compensado por el aumento de la recaudación que represente el crecimiento económico, y que el presupuesto de 2009 se mantendrá "equilibrado y viable".
La automotriz fue la industria más golpeada por la crisis en Brasil hasta ahora, lo que justifica la medida sectorial. La producción del sector cayó en noviembre 34,4 por ciento en comparación con el mes anterior y 28,6 por ciento en relación al mismo mes de 2007.
La Federación Nacional de Distribuidores de Vehículos Automotores previó una reducción de 19 por ciento en las ventas del próximo año, en un comunicado divulgado pocas horas antes de que el gobierno anunciara las medidas contra la desaceleración económica.
Esas decisiones son "muy oportunas y (van) en la dirección correcta", celebró el economista Julio de Almeida, del Instituto de Estudios para el Desarrollo Industrial (IEDI), vinculado a la gran industria. Ya era hora de "hacer política fiscal" para liberar recursos y abaratar bienes para la población de menor ingreso, dijo a IPS.
Pero "no son suficientes por dos razones": el gobierno debería aumentar más sus inversiones para compensar por lo menos parte de la caída de las inversiones privadas, y "faltó bajar los intereses", señaló Almeida en una crítica al Banco Central, que mantuvo sus intereses básicos en 13,75 por ciento al año en su reunión del miércoles.
Que se sostenga la tasa de interés interbancaria "más alta del mundo" es motivo de protestas constantes del sector industrial y comercial. En estas circunstancias, esperaban que la autoridad monetaria brasileña acompañara a sus pares de casi todo el mundo, reduciendo la tasa básica.
Es "una pena que faltó el instrumento monetario, sin el cual las medidas fiscales resultan limitadas" para promover del crecimiento, lamentó Almeida. Sería necesaria una fuerte reducción de los intereses, acotó.
Además de la industria automotriz, la construcción es otro sector que sufre fuerte impacto por la crisis global, pese al esfuerzo del banco estatal que atiende al sector, la Caja Económica Federal, para mantener los financiamientos, observó el economista.
La desaceleración de la construcción siempre provoca gran desempleo, otra amenaza que las medidas gubernamentales intentan despejar.
Luego habrá que abordar a la industria de bienes de capital, un rubro en el que las inversiones estatales son importantes, destacó Almeida.
En el comercio minorista, excepto el dedicado a los vehículos, aún no llegaron con fuerza los efectos de la crisis que provoca recesión en los países ricos, y las fiestas de este fin de año todavía registrarán el auge usual del consumo, evaluó Carlos Thadeu de Freitas, jefe del Departamento Económico de la Confederación Nacional de Comercio.
En 2009, sin embargo, será distinto, pero la desaceleración "no será tan fuerte" como en otros países, porque "la masa salarial creció mucho" en Brasil en los últimos años y sostendrá la demanda interna, pese a las restricciones del crédito al consumidor, dijo Freitas a IPS.
Esa demanda creció ocho por ciento este año, observó. En 2009 su expansión será de "seis por ciento como máximo", previó.