La más grave crisis financiera mundial desde los años 30 hace urgente la creación de paquetes de estímulo económico masivos, coherentes y vinculados con las exigencias del desarrollo sustentable de los países del Sur, según economistas de la ONU.
Los expertos divulgaron este lunes los datos preliminares de su informe «La situación económica mundial y las perspectivas de 2009», que será publicado en enero. Lo hicieron en el marco de la Conferencia Internacional de Seguimiento sobre Financiación para el Desarrollo, que concluirá este martes en Doha.
El primer capítulo del informe exhorta a realizar «profundas reformas en el sistema financiero» para contrarrestar la «debacle sincronizada mundial», y urge a establecer una gobernanza económica global para impedir remezones futuras.
Los países industrializados pueden ingresar en una profunda recesión en 2009, causando una caída de la producción del Sur en desarrollo a 2,7 por ciento anual, un nivel que no permitiría mantener los esfuerzos nacionales, regionales y mundiales hacia la reducción de la pobreza, ni para afianzar la estabilidad política, indica el estudio.
En ediciones anteriores de este informe anual, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) advirtió reiteradamente que el «aparentemente robusto crecimiento» de los últimos años tenía enormes riesgos, recordó el director del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales del foro mundial, Rob Vos.
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«Que analistas y políticos expresen alarma por el alcance de la crisis deja en evidencia no sólo una gran subestimación de las causas subyacentes y fundamentales de la crisis, sino un exceso de fe en la capacidad de los mercados financieros para autorregularse», indica el informe.
Los economistas de la ONU apuntan al crecimiento dirigido a «una fuerte demanda consumidora de Estados Unidos, estimulada por el crédito fácil, y sostenida por el auge inmobiliario, por las muy altas tasas de demanda de inversión y el fuerte crecimiento exportador de algunos países en desarrollo, notablemente China».
El costo del crédito externo creció abruptamente para los países en desarrollo, y el flujo de capital se está revirtiendo. Los precios de los productos básicos también caen, lo que afecta el crecimiento de las exportaciones y la balanza de pagos de muchos países, que quedó en rojo.
El dólar se apreció con la crisis, mientras las monedas de varios países en desarrollo, en particular los exportadores de materias primas, cayeron respecto de la divisa estadounidense desde mediados de año.
Esta moneda se fortaleció como consecuencia del paquete de rescate oficial aprobado por el Congreso legislativo de Estados Unidos a instancias del Poder Ejecutivo para las compañías en peligro y la búsqueda de las firmas de inversión de refugio seguro en los activos de ese país.
Pero Vos pronosticó que este fortalecimiento del dólar será temporal, y que persiste el riesgo de un «aterrizaje forzoso» en 2009 o más allá.
La creación de empleos será significativamente más difícil en la mayoría de las regiones durante 2009. Los políticos deberán concentrarse en impedir una caída abrupta del crecimiento económico en sus países, según expertos.
África sufrirá por la caída de precios de las materias primas y el debilitamiento de sus exportaciones. El crecimiento de Asia oriental se verá afectado por el debilitamiento de la demanda mundial y por la contracción del crédito.
Los reflujos de capital y la decreciente confianza de la confianza de los inversores dificultarán el crecimiento de Asia meridional.
La caída de los precios del petróleo afectará las perspectivas de crecimiento de Medio Oriente. El crecimiento de América Latina y el Caribe también se enlentecerá marcadamente en 2009.
Los economistas de la ONU ven en la crisis una oportunidad para crear una nueva arquitectura financiera internacional que mejore la participación de los países en desarrollo.
El informe identifica la necesidad de crear un «mecanismo creíble y efectivo» de coordinación política que guíe la revisión de la estructura y funciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, hoy dominados por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
También promueve reformas fundamentales de los sistemas existentes de regulación y supervisión financiera, que debería llegar, según los autores, a la creación de un marco nuevo internacionalmente coordinado que contenga los excesos del pasado.
Los economistas de la ONU también llamaron a la revisión del actual sistema internacional de reservas, con la creación de uno de carácter multilateral, con multiplicidad de divisas, de modo de contrarrestar la dependencia casi exclusiva respecto del dólar estadounidense.
Además, propusieron «reformas del sistema de liquidez y de los mecanismos compensatorios financieros, respaldados por un pool multilateral y regional de reservas extranjeras de divisas, evitando la onerosa política de condicionalidad».
El secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico, Jomo Kwame Sundaram, considera que hay voluntad de lograr un consenso para esas reformas en la conferencia en Doha.
La Unión Europea y el Grupo de los 77, expresión del Sur en desarrollo en la comunidad internacional, «están dispuestos a aceptar el borrador del documento, que establece una serie de medidas, incluido el llamado a una cumbre de la ONU para responder a la crisis», afirmó el funcionario.
Pero existe una gran resistencia por parte de Estados Unidos, según participantes en la conferencia.
En los últimos tres decenios, los países en desarrollo que tomaban créditos del Banco Mundial y del FMI se han visto obligados por esas instituciones a desregular sus mercados financieros y laborales, privatizar industrias nacionales, abolir subsidios y reducir el gasto público en el área social.
Hoy, en medio de la peor crisis financiera internacional desde fines de los años 30, los gobiernos del Norte industrial que controlan esas organizaciones multilaterales lanzaron un programa masivo sin precedentes de intervención gubernamental, nacionalización de bancos, subsidios masivos a compañías en quiebra y regulación del sector financiero.
«Este doble discurso es inaceptable», dijo Roberto Bissio, de la red de la sociedad civil Social Watch. «El sistema financiero, su arquitectura y sus instituciones deberían ser completamente repensadas.»
Sólo un enfoque basado sobre los derechos humanos podría poner fin a la actual crisis, según el más reciente informe de Social Watch, presentado en Doha el lunes bajo el título «Los derechos son la respuesta».
«Los derechos humanos deben ser el punto de partida, y no alguna meta distante hacia el futuro. Un enfoque del desarrollo basado sobre los derechos debe ser el principio guía», dice el estudio, que menciona la equidad de género y el trabajo decente entre los factores clave.
Social Watch también llamó a la convocatoria por parte de la ONU de un proceso exhaustivo e inclusivo de revisión y reconstrucción de las instituciones financieras y monetarias internacionales, una demanda que se ha vuelto conflictiva en las negociaciones en curso en Doha.