CHINA-EEUU: Rivales, pero socios en Asia

Cuando las conversaciones de las Seis Partes sobre el programa nuclear de Corea del Norte se encuentran al límite, Estados Unidos una vez más busca a China por ayuda.

El Pentágono todavía ve a China como una potencia emergente y una potencial amenaza militar. Pero el Departamento de Estado (cancillería) ha dependido de las habilidades de Beijing para negociar con Pyongyang, y el Departamento del Tesoro espera que China continúe comprando mercancías estadounidenses.

China también tiene una visión bifocal de Estados Unidos, particularmente cuando se trata de la seguridad regional en Asia. "La visión de mi país hacia Estados Unidos se ha dividido", dijo el analista Zhu Feng, vicedirector del Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos en la Universidad de Beijing.

El experto participó de un seminario en Washington organizado por la Fundación Sasakawa para la Paz.

"Tenemos halcones (el ala belicista), neoconservadores chinos, que siempre argumentan que Estados Unidos es imperialista. Y también tenemos moderados que creen que Estados Unidos es siempre socio de China", explicó.

La visión predominante dentro de China es reconocer los tres papeles que juega Washington en la región: estabiliza, gracias a su presencia militar, logra un equilibrio, particularmente manteniendo la paz en el estrecho de Taiwan, y también intimida.

"El reemplazo de Estados Unidos como potencia dominante es siempre un escenario que nos asusta mucho", indicó Zhu.

El emerger de China en los asuntos internacionales ha sido pacífico. Antes de 1979, "exportábamos la revolución y estábamos dispuestos a pelear con cualquiera… pero en los últimos 30 años, China no ha participado en una sola guerra".

Sin embargo, Beijing ha encabezado una modernización militar a gran escala en la última década.

Pero para Zhu no hay contradicción. "Tenemos un fuerte sentido de orgullo nacional. Creemos que somos una potencia mundial. Ninguna gran potencia se sienta y espera con equipamiento militar anticuado", señaló.

Ya que tanto China como Estados Unidos son potencias en el océano Pacífico, no sorprende que a veces tengan visiones un tanto paranoicas uno del otro cuando se trata de cuestiones de seguridad regional.

Las conversaciones de las Seis Partes reúnen a China, Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia, con el fin de hallar una salida a la crisis causada por el programa de desarrollo nuclear norcoreano, así como para integrar a Pyongyang a la comunidad internacional.

Hubo varios llamados a institucionalizar estas conversaciones en un marco de seguridad regional, creando una comisión especial.

"China siempre es un activo participante en la cooperación para la seguridad regional. Es la única forma que tenemos de hacer realidad nuestra seguridad y prosperidad", señaló Zhu.

A pesar de que Estados Unidos no es miembro de ciertas instituciones regionales, como la Organización de Shanghai para la Cooperación o la Cumbre de Asia Oriental, China considera clave el papel de ese país en la seguridad asiática, añadió el analista.

"No creo que haya ningún chino que piense en algún futuro marco de seguridad regional sin la participación de Estados Unidos. No creo que China tenga ninguna ambición de sacar a Estados Unidos", afirmó.

El diplomático Mitchell Reiss, del College of William and Mary, discrepó. "Dudo que China quiera institucionalizar la cooperación de Estados Unidos de esta manera", dijo.

Reiss recordó que durante su periodo como director de la Oficina de Planificación de Políticas del Departamento de Estado, hace varios años, China se negó a participar a una serie de contactos con los mismos integrantes de las Seis Partes.

"Beijing también trabajó duro para dejarnos afuera de la Cumbre de Asia Oriental", añadió. "Yo no culpo a China por actuar de esta manera. Hace 200 años Estados Unidos adoptó la Doctrina Monroe hacia nuestros amigos de Europa para evitar que interfirieran en nuestra esfera de influencia en América Latina. China puede ser perdonada por adoptar una doctrina similar en su esfera de influencia".

Para Michael Mastanduno, del Dartmouth College, la interdependencia económica de Estados Unidos y China los llevará en el corto plazo a encontrar intereses comunes.

Pero, a largo plazo, mientras crece el poder de Beijing, ¿encontrará aceptable un prominente papel de Washington en la región? "Es justo decir que la respuesta es no", respondió.

"Y esto se basa en la propia experiencia de Estados Unidos. Cuando adoptó la Doctrina Monroe, hizo todo para expulsar a los europeos. Conforme China se haga más poderosa, y China tiene grandes aspiraciones, es razonable creer que una versión de la Doctrina Monroe guiará su política", sostuvo.

Esta tensión entre la cooperación a corto plazo y un conflicto a largo plazo puede discernirse ya en las relaciones. Zhu Feng elogió al gobierno del presidente George W. Bush por fortalecer los vínculos, frenando las ambiciones independentistas de Taiwan y mejorando la cooperación con India.

Al mismo tiempo, alertó una "creciente contradicción". "¿Cómo podemos ver a nuestros socios comerciales mientras Estados Unidos está alienando estratégicamente a China con su diálogo trilateral con Japón y Australia o su propósito de crear una Liga de Democracias?", preguntó.

Mastanduno recomendó que Washington mantuviera su estrategia de cooperación económica y preparación militar. "No tenemos una opción de contención muy clara", sostuvo.

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