El frágil equilibrio geopolítico del Cáucaso se sacude como consecuencia de la designación de la ciudad rusa de Sochi, en la frontera con Abjasia, como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2014.
Sochi y el distrito de Adler se sitúan en la costa del mar Negro, al norte de la conflictiva región de Abjasia. El nuevo aeropuerto y la zona donde se construirá la Villa Olímpica están a unos pocos kilómetros del puesto de control fronterizo.
La localidad no es muy conocida por los occidentales, pero es un lugar de veraneo muy popular entre los rusos. Políticos y celebridades, incluidos el presidente Dimitri Medvédev y el primer ministro Vladimir Putin, suelen visitarla a menudo.
"En el verano (boreal), más de seis millones de personas acuden la zona, que depende del turismo", señaló Vladimir Gourelian, florista del centro de Sochi.
Abjasia era también muy popular por su belleza natural y la calidez del clima, pero la inestabilidad política por el conflicto de Rusia con Georgia perjudicó el turismo.
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Rusia, cuyo ejército estaba en Abjasia en el marco de una fuerza de paz, apoyó a esa región tras la última agresión de Georgia, en el verano boreal.
Tras el conflicto, Rusia reconoció a Abjasia y a Osetia del Sur como países independientes y sus fuerzas permanecieron allí para garantizar la seguridad y sus propios intereses en el mar Negro.
Los planes anunciados por el gobierno ruso rumbo a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, luego de anunciarse la sede a mediados de este año, "son muy ambiciosos", sostuvo Gourelian. "De llevarse adelante, el centro de Sochi será reconstruido de cero."
El presupuesto, en los planes iniciales, superaba los 12.000 millones de dólares. Pero luego del avance de la crisis financiera internacional, el viceprimer ministro, Dmitri Kotzak, declaró: "Tenemos que lograr nuestro objetivo con un presupuesto menor."
La periodista independiente Olga Petrovka no es optimista al respecto.
"Se habla mucho de inversiones y proyectos, pero hay pocas iniciativas reales. El éxito no depende sólo de crear infraestructura, sino de tener capacidad para albergar los juegos. Es decir, un mejor sistema de transporte público, más traductores y, en general, un sector de servicios mejorado", señaló.
"Cuánto más nos acerquemos al año 2014, se volcará más dinero", dijo a IPS Nikolaj Diatchkov, vicerrector de la estatal Universidad de Turismo y Recreación de esta ciudad.
Pero la región no cuenta con suficiente fuerza de trabajo para llevar adelante los proyectos de infraestructura para el acontecimiento deportivo. Habrá que traer obreros de otros lados, señaló Gourelian.
"En el marco de un acuerdo gubernamental, más de 60.000 chinos vendrán a trabajar a Sochi y Adler en los próximos años", añadió.
Se pedirá a la mayoría de los trabajadores invitados que se queden Abjasia, con 215.472 habitantes, según un censo de 2002. Las débiles estructuras sociales y la escasa actividad económica del área deberán prepararse para un importante flujo migratorio.
"El posible movimiento poblacional significará un impulso económico sin precedentes, pero al mismo tiempo supondrá un reto para nosotros", dijo a IPS, el vicecanciller de Abjasia, Maxim Gountzia. "No los vamos a detener, pero será mejor si ocurre de forma organizada."
Además de la construcción de instalaciones para los Juegos, la seguridad de la región sigue siendo un gran desafío para el torneo.
Dos atentados con bomba ocurridos en Sochi a los pocos días de terminada la guerra fueron atribuidos a "terroristas georgianos". Ese tipo de ataque puede desbaratar los planes de reestructura e inversiones de Rusia.
Incidentes violentos ocurren con regularidad en las localidades ubicadas entre Abjasia, Osetia del Sur y Georgia.
Las negociaciones entre Rusia y Georgia fracasaron el mes pasado en Bruselas tras la negativa de Tiflis de aceptar sentarse a la mesa con delegaciones de Abjasia y Osetia del Sur.
Luego, Georgia aceptó escuchar a los representantes de ambas regiones escindidas en las conversaciones de Ginebra supervisadas por la Organización de las Naciones Unidas, a Unión Europea y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Pero no hubo avances significativos.
Los planes de Rusia de organizar un gran torneo deportivo y las pretensiones de Abjasia de beneficiarse de él deberán superar antes los problemas de seguridad en la región.