Los países de América Latina no consiguen definir políticas para controlar el proceso de cambios en el uso de los suelos, una de las causas del agravamiento del cambio climático.
América Latina genera 12 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, causantes del aumento de la temperatura y la alteración del clima planetario.
La mitad de esas emisiones provienen de la deforestación, con México y Brasil a la cabeza de los contaminadores climáticos de la región.
"América Latina debe tener una integración regional para combatir la deforestación", dijo a Tierramérica el senador brasileño Renato Casagrande.
El cambio en el uso del suelo fue uno de los temas centrales abordados por 77 legisladores de la región en una reunión de la Organización Global de Legisladores para el Equilibrio Ambiental (Globe, por sus siglas en inglés) que concluyó el 23 de noviembre en la capital mexicana.
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La diputada hondureña Mary Flores fue entrevistada por Emilio Godoy durante una reunión de la Organización Global de Legisladores para el Equilibrio Ambiental en México.
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En el encuentro, patrocinado por el Congreso legislativo mexicano, el Banco Mundial y las no gubernamentales Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se dio un paso concreto con la puesta en marcha de la Comisión Internacional sobre Cambios en el Uso de la Tierra y los Ecosistemas.
"Espero que la Comisión aporte un conjunto claro de medidas que los parlamentos nacionales puedan adoptar a través de regulaciones, incentivos fiscales o leyes", dijo Casagrande. "Así avanzaremos hacia un sistema económico que fomente un uso sustentable de la tierra", añadió.
En su declaración de 16 puntos, los parlamentarios reconocieron que "la deforestación debe ocupar un lugar prioritario en los planes de acción, en especial si se consideran las oportunidades efectivas y de bajo costo asociadas a las medidas que se adopten al respecto y los importantes beneficios paralelos para las comunidades locales y la biodiversidad".
América Latina y el Caribe poseen más de 33 por ciento de la biomasa forestal del mundo, 50 por ciento de las selvas y 65 por ciento de la biomasa forestal tropical.
"Debemos estar más activos en investigación, instrucción, capacitación y educación, especialmente de la gente que sobrevive del campo y el ambiente", dijo a Tierramérica la diputada hondureña Mary Flores.
La Comisión tiene como propósito atraer la atención internacional hacia los dos principales problemas que entraña el cambio de uso del suelo: la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas.
En sus primeras deliberaciones, los integrantes de la Comisión analizaron el estado de los ecosistemas y las causas de su degradación.
México, por ejemplo, pierde anualmente unas 500.000 hectáreas de bosques y Nicaragua otras 75.000.
La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, elaborada por 1.360 expertos de 95 países, indicó en 2005 que en las tres décadas transcurridas entre 1950 y 1980 se destinó más tierra a la agricultura que entre 1700 y 1850. Hoy los
sistemas de cultivo abarcan un cuarto de la superficie terrestre.
Según ese estudio, hacia 1990 se había alterado la mitad del área de seis de los 14 biomas analizados, ecosistemas que ocupan grandes extensiones planetarias.
Los más afectados fueron los bosques tropicales y subtropicales. "Hemos alterado los ecosistemas en los últimos 50 años más que en cualquier etapa previa de la historia humana", expuso Jonathan Baillie, jefe de programas de conservación de la británica Sociedad de Zoología.
"La Comisión puede ser una propuesta global que respete las características especiales de cada región. Además, puede aportar un compromiso de los países de reducir las emisiones por deforestación", enfatizó Casagrande.
La declaración de la reunión de Globe, primera celebrada en América Latina, será presentada a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se llevará a cabo el 9 y 10 de diciembre en la ciudad polaca de Poznan.
La Comisión funcionará inicialmente con un financiamiento de un millón de dólares provenientes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
"Podemos tener una postura regional (sobre deforestación), pero se necesitarían medidas muy estrictas, alternativas viables a desarrollar en el corto plazo para tener alguna efectividad", dijo Flores, vicepresidenta del Congreso hondureño.
Hacia 2050 la región podría perder 11 por ciento de las áreas naturales existentes debido a la agricultura, el crecimiento de la infraestructura y el cambio climático…
* Este artículo fue publicado originalmente el 29 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.