RUSIA-UE: Armas ensombrecen diálogo

Una arriesgada política armamentista ensombreció la cumbre entre la Unión Europea (UE) y Rusia que se realizó en la sudoriental ciudad francesa de Niza.

Aunque a comienzos de la semana la UE había acordado reanudar las conversaciones para profundizar sus relaciones con Moscú, que se habían suspendido en protesta por las incursiones militares rusas en Georgia en agosto, la cumbre del viernes transcurrió en una atmósfera de tensión.

El presidente francés Nicolas Sarkozy, anfitrión de la reunión, manifestó su malestar con una reciente amenaza planteada por su par ruso, Dmitry Medvedev, de estacionar misiles Iskander en Kaliningrado, territorio de Rusia que limita con Polonia y Lituania, países miembros de la UE.

"Realmente debemos avanzar para eliminar las fuentes de fricción", dijo Sarkozy, agregando que no debería realizarse ningún despliegue de misiles antes de que se discutan los desafíos para la seguridad europea.

Esas conversaciones, facilitadas por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), están programadas para el año próximo.
[related_articles]
Medvedev había anunciado su intención de desplegar armas de corto alcance nueve días antes, en un momento en que la prensa mundial estaba centrada en la elección del demócrata Barack Obama como nuevo presidente de Estados Unidos.

Rusia alegó que la medida se adoptaba en respuesta a recientes acuerdos que Washington alcanzó con Polonia y con la República Checa para establecer un escudo de defensa con misiles en Europa central y oriental.

"Rusia nunca dio pasos unilaterales. Todas estas medidas que tomamos, incluidas las que anuncié recientemente, han sido una respuesta a las acciones de países europeos individuales que, sin consultar a nadie, han accedido a albergar nuevos sistemas militares en sus territorios", sostuvo Medvedev.

Pese al anuncio de la UE de que desea reanudar conversaciones para firmar un nuevo acuerdo de asociación y cooperación con Rusia, no se fijó ninguna fecha para las negociaciones.

Sarkozy también aprovechó la ocasión para reiterar las demandas de que Rusia retire los efectivos militares que aún le quedan en Georgia, y los devuelva a sus posiciones anteriores a la guerra de agosto.

La organización Human Rights Watch señaló que la reanudación del diálogo debería estar condicionada a que el gobierno ruso revierta el modelo de represión que estableció bajo el gobierno del predecesor y mentor de Medvedev, Vladimir Putin.

Entre las recomendaciones figura que Rusia levante las onerosas restricciones que impuso a las actividades de las organizaciones no gubernamentales y que cumpla con los dictámenes de la Corte Europea de Derechos Humanos.

En los últimos años, el tribunal con sede en la oriental ciudad francesa de Estrasburgo emitió unos 50 veredictos contra la conducta de las tropas rusas en la república separatista de Chechenia.

En ellos se señaló que Rusia era responsable de torturas, "desaparición" de civiles y ejecuciones extrajudiciales. Aunque se pagó compensaciones a muchas de las víctimas, las autoridades rechazaron las órdenes judiciales para que se investigaran minuciosamente los abusos.

La directora de Human Rights Watch en Bruselas, Lotte Leicht, dijo que Rusia se negó a abordar estas cuestiones en las discusiones de alto nivel con el bloque europeo. Sugirió que la reticencia de la UE a ser más firme con Moscú no se condice con las garantías oficiales de que las instituciones de Bruselas están comprometidas con valores como la protección de los derechos humanos y la democracia.

"Durante una década, la UE ha dicho que su relación con Rusia está basada en valores europeos, pero la UE no siempre los siguió", dijo Leicht.

"Fijar parámetros mostraría que la UE se toma en serio su política de derechos humanos", agregó.

Amnistía Internacional urgió al bloque a plantear los casos de periodistas críticos del Kremlin que murieron en circunstancias sospechosas. Entre ellos figura Magomed Evolev, dueño del sitio web Ingushetia.org y quien falleció en agosto mientras se encontraba bajo custodia policial.

"La ansiedad por reanudar las negociaciones suspendidas en septiembre, tras el conflicto entre Rusia y Georgia, no debería conducir a un ablandamiento del compromiso de la UE de manifestarse sobre los problemas de derechos humanos que las autoridades rusas no abordan", señaló el portavoz de Amnistía Nicolas Beger.

Es casi seguro que las cuestiones de energía aparecerán de un modo fuerte cuando se reanuden las conversaciones.

Un tercio del gas y un cuarto del petróleo utilizados en la UE proceden de Rusia. Pero un nuevo documento del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, una organización de expertos, destacó que la cuota de gas ruso que se consume en la UE casi se redujo a la mitad desde 1980.

"La relación con Rusia por el gas se ha vuelto un asunto divisivo entre los estados miembros de la UE y es una razón importante para no haber desarrollado una política exterior común y ambiciosa hacia Moscú, en un momento en que Europa la necesita terriblemente", dijo Pierre Noël, autor del estudio.

Aunque en Alemania e Italia una elite empresarial ha desarrollado una cómoda relación con el gigante energético ruso Gazprom, Polonia y Lituania ven con malos ojos cuánto dependen sus economías de los suministros rusos.

La única manera de reducir esta dependencia es que la UE cree su propio mercado de gas integrado, según Noel.

Pero empresas de Francia, Italia y Alemania a las que les fue bien con los acuerdos existentes se resisten a poner fin a la fragmentación del mercado actual.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe