R.D.CONGO: Lo único cierto es el miedo

El polvoriento camino que conduce al campamento de refugiados de Kibumba, cerca de la oriental ciudad congoleña de Goma, está atestado de gente que quiere volver a casa, mientras continúan los esfuerzos diplomáticos para fortalecer un frágil cese del fuego.

Dieciocho kilómetros al norte de Goma el ambiente se parece mucho al de inicios de esta semana, cuando unas 100.000 personas de la porción oriental de esta provincia de Kivu Norte huyeron de campos y aldeas para no quedar atrapadas entre el fuego del rebelde Congreso Nacional por la Defensa del Pueblo (CNDP) y las tropas del gobierno de la República Democrática del Congo (RDC).

Los hombres empujan bicicletas cargadas de trastos de cocina y otras pocas pertenencias, las mujeres cargan bebes a la espalda y bolsas con ropa sobre la cabeza. Les siguen bandadas de niñas y niños.

"La situación es catastrófica. La gente desplazada está sedienta, enferma y no recibe casi asistencia desde el lunes", dijo Deogratias Makombe, alcalde del distrito de Buhumba.

En toda la provincia ya hay una serie de campamentos superpoblados con alrededor de un millón de refugiados de conflictos anteriores. Entre 1998 y 2002 unos tres millones de personas murieron a causa de la violencia y los consecuentes desastres humanitarios.
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Personal de la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) afirma que es difícil medir la cantidad de la gente que ha escapado.

"Los habitantes originales de las aldeas quieren regresar, pero hay muchos otros desplazados de los campamentos que también quieren volver a sus hogares", dijo la portavoz de MSF, Marie-Noelle Rodrigue.

Rumores de ataques rebeldes cercanos llevaron a que muchos emprendieran el camino de regreso a Kibumba desde zonas cercanas a Goma.

Pese a la falta de comida, agua y abrigo, decenas de miles se encuentran en un campamento llamado Kibati, a cinco kilómetros del frente de guerra, patrullado por fuerzas gubernamentales.

"Parece que (Kibumba) no ha sido tan seguro como para regresar y entonces intentan reunirse en unos pocos sitios entre este lugar y Goma", agregó Rodrigue.

Algunos refugiados afirman que no pudieron cruzar la línea del frente.

Desire Mustafa quiere regresar con sus 10 hijos. "Cuando quise volver el camino estaba bloqueado", dijo.

El retumbar de disparos sembró el desconcierto entre los que querían volver a Kibumba. Los rebeldes tutsis del CNDP dijeron que las fuerzas gubernamentales dispararon tiros de advertencia para anunciar su presencia en Kibati. Algunos en el campamento creían que los combates se habían reanudado en las afueras de Kibumba y no sabían si había seguridad para volver allí.

Otra mujer, Mwangaza, se fue de Kibumba con sus cinco hijos. Aunque no tiene alimentos ni medicinas para sus niños, que se enfermaron esta semana, tiene miedo de volver a su casa.

"Todos mis hijos tienen fiebre y diarrea. Pido que alguien los ayude y les dé comida y medicamentos, porque no sé lo que está pasando en Kibumba", sostuvo. Las tropas del CNDP, conducidas por el general renegado Laurent Nkunda, alegan estar protegiendo a la minoría tutsi de los ataques de ex miembros de Interahamwe ("los que luchan juntos" en ruandés), rebeldes hutus que huyeron de Ruanda en 1994, tras cometer el genocidio de unas 900.000 personas en ese país vecino.

El CNDP avanzó el miércoles sobre Goma, a orillas del lago Kivu. Por ahora controla la carretera a Kibumba unos cinco kilómetros al norte de Kibati, donde se encuentran las multitudes de desplazados. Poco después, anuncio un cese del fuego unilateral.

Los rebeldes se ven tranquilos, sentados en su campamento a dos kilómetros de las tropas del gobierno. Dicen que no están impidiendo a la gente volver a sus aldeas.

"Hemos visto miles de personas regresar a sus hogares desde las seis de la mañana", dice un miliciano rebelde.

Otra vez en Goma, las escuelas y las tiendas siguen cerradas, pero la gente empieza a salir de las calles, patrulladas por la policía y con intensa presencia de los "cascos azules" de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El viernes, mientras arribaban el jefe de la Misión de la ONU en la RDC (Monuc) Alan Doss, y el secretario de Estado adjunto para Asuntos Africanos de Estados Unidos, Jendayi Frazer, se hallaron los cuerpos de varios efectivos en una calle en los suburbios de la ciudad.

Muchas organizaciones no gubernamentales y residentes se fueron de Goma el jueves, tras una noche de ataques y saqueos. Hay denuncias de muchas personas heridas y muertas.

La numerosa delegación que llegó el viernes acompañando a Frazer y Doss tiene el propósito de evaluar las necesidades humanitarias dentro y fuera de la ciudad. Tras reuniones con el mando militar y el gobernador de Kivu Norte, Julien Paluku, se acordó que la seguridad de Goma quedaría en manos de las tropas de la ONU y la policía.

La Monuc tiene unos 7.000 efectivos en el este de la RDC.

Mientras tanto, los cancilleres Bernard Kouchner, de Francia, y David Miliband, de Gran Bretaña, llegaron a Kinshasa para hablar con el presidente de la RDC, Joseph Kabila, y se espera que viajen también a Ruanda, cuyo gobierno ha sido acusado de apoyar al CNDP.

Ruanda niega vínculos con el actual conflicto, pero su presidente, Paul Kagame, y Kabila, acordaron una reunión cumbre de emergencia en Nairobi.

El jefe rebelde Nkunda ha reclamado, por ahora sin éxito, conversaciones directas con el gobierno de la RDC.

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