R.D. CONGO: "La pacificación colonial no es solución"

Desde que la guerra regresó en agosto a la región oriental de República Democrática de Congo (RDC), el rebelde Congreso Nacional por la Defensa del Pueblo liderado por Laurent Nkunda se ha apoderado de buena parte de la provincia de Kivu del Norte.

Los combates ya provocaron el desplazamiento forzoso de alrededor de 250.000 personas.

El senador Ernest Wamba dia Wamba, académico y teórico político, quien posee un profundo entendimiento del conflicto que sacude a su país, examinó en una entrevista con IPS las raíces de la crisis y señaló que un acuerdo que llegue desde el exterior, "una pacificación colonial" no será una solución duradera.

IPS: Con frecuencia se señala que los factores étnicos son la clave del conflicto en la región, pero usted tiene una opinión diferente. ¿Cuáles son a su juicio las causas reales?

ERNEST WAMBA DIA WAMBA: El conflicto gira en torno al reparto del poder y el acceso a los recursos, en el contexto de un Estado débil y discriminatorio. A su vez, el tema de los recursos atrae a fuerzas externas. A esto se suman cuestiones irresueltas del genocidio de Ruanda, como la presencia en Congo de las rebeldes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, integradas por ex miembros del ejército y las milicias de ese país responsables del genocidio, que tienen una alianza con el gobierno de Kinshasa.

El tribalismo es un modo particular de funcionamiento del Estado colonial, que organizó administrativamente a los pueblos conquistados dividiéndolos en tribus.
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Cuando los estados poscoloniales no lograron resolver con éxito la cuestión nacional mantuvieron un carácter discriminatorio y en algunos casos continuaron funcionando como lo hacía el Estado colonial. Sólo si las diferencias étnicas se convierten en base de la discriminación, entonces generan conflictos. Ahora, nuestro Estado continúa tratando a las comunidades en forma diferente, lo que incluso se refleja en la formación del gobierno.

Los tutsis tienen una historia de opresión por parte del Estado. Por ejemplo, durante el régimen de Mobutu Sese Seko (1965-1997), su derecho a la nacionalidad fue revocado. Desde entonces, permanece en la mente de la gente tratarlos en forma diferente, y los tutsis sienten que podrían volver a sufrir una situación similar si no son protegidos. El Estado no ha puesto fin en forma definitiva a esos miedos y a esas ideologías de las personas.

IPS: Varios de los países vecinos de RDC se han visto envueltos militarmente en el conflicto en un momento u otro, por ejemplo Ruanda y Angola. ¿Qué papel juegan?

EW: La mayoría de ellos no quieren realmente un Congo fuerte y, hasta el momento, el Congo no ha desarrollado una política de buena vecindad. Ruanda y otros países han sufrido desestabilización por parte del régimen gendarme de Mobutu y desean que el Congo continúe siendo débil. Y el acercamiento del gobierno de Kinshasa hacia China hace que los países occidentales se sientan menos inclinados a apoyarlo.

Esto se debe a que el gobierno no puede ejercer su autoridad en las fronteras. Prácticamente carece de un verdadero ejército nacional o una real administración pública y por lo tanto no puede preservar su integridad territorial.

La corrupción, alimentada por el hecho de que los máximos líderes tienen intereses comerciales, dificulta el funcionamiento de las instituciones. Fondos y materiales que se envían al frente de combate con frecuencia jamás llegan a destino. Alimentos destinados a los soldados aparecieron a la venta en tiendas de la ciudad de Kisangani.

IPS: ¿Cuál es el papel de otros gobiernos africanos en la búsqueda de una paz duradera?

EW: No habrá solución duradera en la medida en que operen dentro de lo que podemos llamar la concepción de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la resolución de conflictos, en la que la paz es vista como algo que llega del exterior, una "pacificación colonial".

Desde los años 60, cada acuerdo de paz fracasó en la tarea de abordar honestamente el tema de la reconciliación nacional. Con demasiada frecuencia, la solución se basó sobre la idea de compartir el poder, favoreciendo a la facción más poderosa y a veces ignorando al sector derrotado. Las divisiones no son superadas y algunos continúan sintiéndose excluidos, haciendo dificultoso que el Estado funcione para todos.

Es fundamental que haya ahora un diálogo real para lograr la reconciliación. Las soluciones militares son temporarias y cada facción se limita a esperar que haya un cambio en el balance de fuerzas. A largo plazo, Congo debe ser reconstruido. Hay que encontrar una forma de organizar un ejército real y una administración real. Y salvo que la gente participe en ese proceso, el resultado más probable será la aparición de un Estado represivo.

La consolidación de las instituciones democráticas puede ayudar. Hasta ahora, el sistema multipartidista ha tendido a agravar las divisiones. El neoliberalismo no ha facilitado que los Estados débiles controlen sus recursos. La economía mundial del crimen se vincula fácilmente con las estructuras corruptas para saquear los recursos y marginar y empobrecer a las personas.

IPS: Congo es importante para el mundo. Se han firmado importantes contratos para la explotación de minerales, la ONU ha enviado una misión de paz, hace poco se hicieron presentes diplomáticos de alto rango de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. ¿Qué papel están jugando esos actores extranjeros?

EW: La mayor parte de lo que hacen nosotros lo sabemos por lo que publica la prensa. Se está desarrollando una gran actividad diplomática, pero no estoy seguro de que esto sirva para lograr una solución favorable para el pueblo congoleño. Los países occidentales actúan asumiendo que sus intereses y privilegios serán resguardados.

Será bueno si la diplomacia tiene éxito en abordar rápidamente la trágica crisis humanitaria. Aquí existe el temor de que la inacción de Occidente para prevenir el genocidio de Ruanda pueda llevar a una situación similar a la de Kosovo, con la escisión de un nuevo Estado. Pero el pueblo congoleño defenderá su integridad territorial.

En cuanto a la misión de paz de la ONU, hasta el gobierno que la invitó parece haber cambiado de opinión. Incluso el incremento en el número de soldados no cambiará mucho las cosas. Una completa evaluación de esa misión no ha sido realizada aún. No fue necesariamente exitosa. Si Congo no cuenta con un ejército eficiente que permita al Estado ejercer su autoridad en todo el territorio, la ayuda de la ONU será sólo limitada.

IPS: ¿Cuáles son los actores importantes para negociar un futuro mejor para el país?

EW: En la Asamblea Nacional y el Senado, hay legisladores que reclaman negociaciones directas con Nkunda. El ministro de Relaciones Exteriores se ha reunido con representantes del gobierno de Ruanda, pero ignoro qué se ha logrado.

Sería bueno que se realizara una reunión de alto nivel para garantizar la implementación de los acuerdos que eventualmente se alcancen. El gobierno debe consultar con personas que gozan de respeto en todo el país para tener una idea de qué podría llevarnos hacia un futuro mejor.

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