El parlamento de Kirguizstán dispuso que los presos más peligrosos que cumplen condenas a cadena perpetua sean recluidos en celdas aisladas de prisiones dispersas por el país, luego de un intento de fuga en el que murieron cuatro personas y que reabrió el debate sobre la pena de muerte.
Aunque fue abolida en 2006, la crisis del sistema penitenciario ha llevado a que algunos sectores planteen su restitución como forma de superar los problemas y aplicar un "adecuado castigo" a los delincuentes.
Los legisladores adoptaron esa medida de emergencia el 14 de este mes, a pedido del viceministro de Justicia, Sergey Zoubov, hasta tanto se construya una cárcel de máxima seguridad, en la que serán alojados todos los condenados a cadena perpetua.
Una segunda categoría de reclusos, menos peligrosos, entre los 189 que cumplen esa pena, serán colocados bajo estricta vigilancia y se les prohibirá el contacto con otros presos.
"Algunos son una mala influencia para el resto de la población carcelaria. Nos dificultan mantener el orden y están debilitando el sistema penitenciario", aseguró Zoubov a los parlamentarios.
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El fallido intento de fuga se produjo en la cárcel de Belovodskaya, 50 kilómetros al noroeste de la capital, Bishkek. Allí estaban alojados 33 condenados a prisión de por vida.
Un grupo de ellos atacó a otros presos y a los guardias, dos de los cuales murieron, dijo Sergey Sidorov, portavoz del Departamento de Prisiones.
La policía informó que los presos que no cumplen cadena perpetua se opusieron al intento de fuga y que más tarde dos de los líderes fueron golpeados hasta morir por algunos de sus compañeros mientras eran trasladados a otra cárcel.
Otra versión, sin embargo, señala que murieron por heridas que les causaron los guardias. Una investigación sobre la situación del sistema penitenciario, a cargo de una comisión gubernamental, desembocó en la remoción del ministro de Justicia, Marat Kaiypov.
Durante un debate parlamentario sobre cómo responder a la emergencia se propuso reestablecer la pena de muerte, abolida en 2006. Lo hizo Asanbek Baitikov, del partido Ak Jol, creado por el presidente Kurmanbek Bakiyev dos meses antes de ser elegido en los comicios de diciembre de 2007.
"Todos saben que estas personas no han sido adecuadamente castigadas por sus crímenes. Lo único que se puede esperar es que cometan más actos de este tipo, como tomas de rehenes a ataques a servidores públicos", afirmó.
Sus comentarios fueron una aparente referencia a los asesinatos del legislador Tynychbek Akmatbaev, presidente de la Comisión de Justicia y Defensa, y del director del Departamento de Prisiones, coronel Ekmatulla Pulatov. Un preso les disparó durante una visita de inspección a la cárcel de Moldovanovka en 2006.
Zoubov aseguró en el parlamento que la amenaza que plantean algunos de los condenados a cadena perpetua puede contenerse si se los coloca en celdas de aislamiento, normalmente utilizadas para alojar a personas que se encuentran bajo prisión preventiva.
Existe en el país un escaso número de ese tipo de celdas, en las ciudades más importantes. La seguridad es mayor porque se encuentran dentro de comisarías.
Se conocen pocos detalles sobre la prisión de máxima seguridad que planea construir el gobierno en la ciudad de Djanydjer, en la zona nororiental del país.
Zoubov afirmó que se necesitan 800.000 dólares para completar el proyecto. Ya se han invertido 130.000 dólares en los cimientos del edificio, pero el trabajo quedó interrumpido. "La crisis económica internacional está empezando a afectarnos", agregó.
Los economistas predicen que se desacelerará la tasa de crecimiento de la economía. Varias obras públicas se han interrumpido, los planes de inversión fueron recortados y la moneda local se devaluó.
El ombudsman Tursunbek Akun, designado por el parlamento para supervisar el respeto de los derechos humanos, pidió fondos públicos y de organizaciones internacionales para mejorar el sistema penitenciario en general y construir la nueva cárcel de máxima seguridad en particular.
Antes del fallido intento de fuga, Akun expresó alarma por las condiciones de las prisiones de Kirguizstán. Sugirió que se abolió la pena de muerte sin tomar en cuenta qué hacer respecto de las condiciones de las "mazmorras" subterráneas donde están alojados la mayoría de los condenados a cadena perpetua.
"Muchos preferirían ser ejecutados antes que soportar esas condiciones", dijo en esa oportunidad.
Una encuesta realizada antes de la abolición de la pena capital reveló que sólo siete de los condenados a muerte preferían pasar sus vidas en una celda en lugar de ser colocados frente a un pelotón de fusilamiento.
Akun propuso otorgar empleos pagos a los prisioneros. Zoubov expresó su apoyo a la idea de abrir talleres en las cárceles, al igual que habilitar instalaciones para enseñar una profesión a los presos.
La crisis del sistema penitenciario de Kirguizstán es similar a la de otros países de Asia central que también abolieron la pena de muerte para reemplazarla con las sentencias a cadena perpetua.
