Cuando el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, preste juramento en la escalinata del Capitolio en Washington el 20 de enero próximo, sabrá que ese edificio, sede del Congreso legislativo, estará lleno de aliados suyos.
El hoy opositor Partido Demócrata obtuvo una resonante victoria el martes en las elecciones legislativas, impulsado por el descrédito del gobernante Partido Republicano y por la popularidad de la fórmula presidencial que encabezó Obama, acompañado por el senador Joe Biden.
El hoy opositor Partido Demócrata obtuvo una resonante victoria el martes en las elecciones legislativas, impulsado por el descrédito del gobernante Partido Republicano y por la popularidad de la fórmula presidencial que encabezó Obama, acompañado por el senador Joe Biden. Los demócratas consolidaron su mayoría en ambas cámaras del Congreso, pero tuvieron disímil suerte en las urnas en batallas clave alrededor de iniciativas populares procesadas en numerosos estados.
"El pueblo estadounidense nos dio a todos nosotros —demócratas, republicanos e independientes— un mandato simple: trabajar juntos para encontrar las grandes soluciones a los grandes desafíos que afronta nuestro país", declaró el presidente del Comité Nacional Demócrata, Howard Dean.
Pero los demócratas prevalecieron. Obtuvieron al menos cinco escaños en el Senado, y podrían ocupar tres más cuando concluyan los escrutinios respectivos. En esos tres casos, los candidatos republicanos tienen por ahora una ligera ventaja.
Este avance electoral asegura a los demócratas una mayoría cómoda, pero les faltarán dos votos en el Senado para los 60 escaños que le permitirían al oficialismo desactivar maniobras dilatorias y obstruccionistas de la minoría.
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El reelecto y veterano senador republicano Mitch McConnell, de Kentucky, liderará la minoría y se encargará de implementar este tipo de estratagemas parlamentarias.
Pero los demócratas se anotaron escaños tradicionalmente republicanos en Virginia, Carolina del Norte, Nueva Hampshire, Colorado y Nuevo México.
El senador por Nueva Hampshire John Sununu, republicano moderado, perdió su lugar en el Congreso ante la demócrata Jeanne Shaheen.
En Georgia, el triunfador en las elecciones al Senado, el republicano Saxby Chambliss, deberá probablemente afrontar una segunda ronda electoral porque no alcanzó el requerido 50 por ciento de los votos.
En Minnesotta, el senador republicano Norm Coleman podría derrotar en un escrutinio electrizante a su desafiante, el conocido comediante televisivo Al Franken, del Partido Demócrata. Coleman fue acusado de recibir obsequios y pagos en dinero impropios de su cargo.
Al parecer, los demócratas se harán con 20 escaños en la Cámara de Representantes, lo cual les dará una ventaja de 70, de acuerdo con el sitio web especializado Politico. Sin embargo, su meta era obtener 30.
La presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, declaró: "Ésta es la noche que estuvimos esperando. Esto será una ola encima de una ola."
Al igual que en el caso de Sununu, la derrota del representante Chris Shays en Connecticut constituyó un retroceso para el ala moderada del Partido Republicano.
De todos modos, algunas iniciativas populares derivaron en duros golpes contra el liberalismo y el progresismo estadounidenses, como la aprobación de las que prohíben en Florida y Arizona el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El escrutinio de una propuesta similar también sometida a las urnas es aún poco claro en California. En caso de resultar aprobada, miles de matrimonios ya celebrados quedarán en un limbo legal.
La ciudadanía de Arkansas aprobó la prohibición de adoptar a parejas no casadas, en lo que se considera otro ataque contra la comunidad homosexual, dado que el matrimonio entre personas del mismo sexo no está previsto en la legislación del estado.
Mientras, en Dakota del Sur, fracasó la propuesta de desactivar en el estado la sentencia Roe versus Wade, que despenalizó de hecho el aborto voluntario en los años 70.
También resultó derrotada la iniciativa que en Colorado definía la concepción como el momento de inicio de la vida humana, lo cual habría servido también de base para penalizar el aborto como asesinato.
La ciudadanía de Massachusets y de Michigan liberalizó el uso de marihuana, lo cual se consideró un repudio a la guerra contra las drogas emprendido hace décadas por el gobierno federal. En el primer caso, se trata de una despenalización total, y en el segundo, del uso con fines terapéuticos.
Washington se convirtió en el segundo estado, luego de su vecino Oregon, en permitir el suicidio asistido por un médico a los pacientes terminales.
Mientras, la ciudadanía de la ciudad californiana de San Francisco no aprobó la despenalización de la prostitución.