ECONOMÍA-ESTADOS UNIDOS: A no temerle al gasto

El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, heredará una economía enferma. La manera de curarla es elevar el gasto público y alentar el consumo, según economistas independientes.

"Necesitamos estimular la demanda" de bienes, dijo a IPS Allan Mendelowitz, uno de los directores de la Junta Federal de Financiamiento de la Vivienda. Los consumidores y las empresas redujeron sus compras por falta de capacidad de pago, señaló.

Muchos perdieron sus trabajos o temen que esto les ocurra, y además se encarecieron el petróleo, el gas y los alimentos. Al mismo tiempo, los propietarios de viviendas ven caer el valor de sus casas y, para algunos, las cuotas hipotecarias suben.

El gasto del Estado para la creación de puestos de trabajo —por ejemplo, en la reparación de infraestructura y la implementación de planes de energía alternativa—, así como extender los beneficios del desempleo y los cupones de alimentos para las personas que están sin trabajo, serían medidas positivas, dijo.

"La gente se siente menos segura y más pobre, porque se ha vuelto pobre. Cuando la riqueza decae, el público responde reduciendo el consumo", dijo Mendelowitz.
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El gobierno debe poner dinero en manos de los trabajadores estadounidenses lo más rápidamente posible, con el objetivo de que recompongan sus empleos y vuelvan a gastar, además de pagar impuestos, señaló.

El consejo a los consumidores de gastar para ayudar a la economía está hecho a la medida de un presidente que defiende los ideales progresistas, como Obama.

Sin embargo, "no tiene nada que ver con la izquierda, la derecha o la ideología progresista. Es buena economía", dijo a IPS Robin Hahnel, profesor de economía en la American University.

"Incluso los conservadores en materia fiscal dirán que, durante el primer año o los dos primeros años, tiene que haber enormes cantidades de gasto", señaló el economista Theodore Moran, de la Universidad de Georgetown.

El gobierno de George W. Bush y el Congreso legislativo dejan atrás un presupuesto deficitario en un billón de dólares y que se suma a la multimillonaria deuda pública.

En septiembre, el secretario del Tesoro (ministro de hacienda) Henry Paulson logró que el Congreso legislativo asignara 700.000 millones de dólares para rescatar corporaciones financieras estadounidenses.

La industria bancaria estaba cerca del colapso y necesitaba efectivo inmediato, argumentó Paulson.

Hahnel cree que el rescate da demasiada flexibilidad a los bancos, y no el respaldo suficiente a los contribuyentes. Obama debería pedirle cambios a Paulson, dijo Hahnel, aun antes de asumir la presidencia.

"Ya aprobamos el pésimo rescate", señaló Hahnel. Pero se les puede decir a los bancos "los estamos observando y vivirán un infierno si se aprovechan de los contribuyentes entre ahora y el 20 de enero", agregó.

Obama debería urgir al Congreso a gastar todo lo posible este año, dijo Mendelowitz.

"Un financiamiento claramente disponible será muy estrecho. Pero no se quiere seguir una religión fiscal y no gastar porque se está atravesando un gran déficit", añadió.

Con un empujón de Obama, el Congreso puede aprobar un paquete de 61.000 millones de dólares para crear trabajos y extender los subsidios a los desempleados este mismo mes, cuando concluya el día 17 el asueto legislativo. Un plan similar fracasó en el Senado en septiembre.

El plan encaja con la plataforma de Obama de "hacer arrancar la economía", que promueve gastar 25.000 millones de dólares en reparación de carreteras y puentes y enviar 25.000 millones de dólares a los estados, muchos de los cuales han comenzado a despedir empleados.

El economista Nouriel Roubini, de la Universidad de Nueva York, recomendó al Congreso establecer gastos por hasta medio billón de de dólares, lo más pronto posible, para impedir que la economía se deslice hacia una recesión profunda.

Obama no debería preocuparse por la deuda, opinó Moran. "Todos los economistas sensatos dicen que en el año próximo no es adecuado equilibrar el presupuesto, ni restringirlo siquiera", destacó.

Por el contrario, Obama debe concentrarse en estimular la economía, inyectándole efectivo, agregó.

El plan económico de Obama todavía es un bosquejo. El presidente electo dice que luego de asumir el cargo quiere crear empleos financiando el desarrollo de energías alternativas y ampliando el programa federal de salud.

Mendelowitz respalda este plan, como inversión sólida a largo plazo y por razones morales.

Hahnel le aconsejó a Obama que no impulsar un nuevo programa de atención a la salud en los primeros dos años de su gobierno, por motivos políticos, como aprendió Hillary Clinton. Eso insumiría una enorme cantidad de atención y de capital político, y lo distraería en vez de concentrarlo en los acuciantes problemas económicos.

Obama hereda una economía peligrosamente débil.

"No estoy seguro de que se pueda llamar afortunado a nadie que haya ganado estas elecciones", declaró Mendelowitz, argumentando que "la economía está en su peor forma".

El producto interno bruto (PIB) creció apenas 0,3 por ciento entre julio y septiembre, lo que constituye el peor registro en siete años.

El jueves, comercios minoristas de toda la nación difundieron estadísticas que mostraban una caída de dos dígitos en las ventas de octubre.

Una reciente encuesta de la industria manufacturera sitúa esa actividad en el punto más bajo en 26 años. Mientras, el Departamento (ministerio) de Trabajo de Estados Unidos informó que la productividad de los trabajadores se ubicó en un crecimiento de 3,6 por ciento en la primavera boreal, pero cayó a 1,1 por ciento a fines de septiembre.

Cerca de 500.000 hogares fueron rematados por falta de pago en las cuotas de hipoteca y se avecinan otros 2,5 millones de ejecuciones.

El desempleo aumentó a 6,1 por ciento, y desde hace años es de dos dígitos en las comunidades más pobres, y en sectores de la población como los jóvenes negros.

El gobierno puede ayudar volcando miles de millones de dólares en "la economía real" y crear trabajo, extender exoneraciones y reembolsos de impuestos.

"Desde el 20 de enero hay toda una serie de cosas que Obama puede hacer bien. Que sus asesores económicos lo alienten o no es otro asunto", dijo Hahnel.

"Él no ha comenzado a deliberar con los expertos correctos. Robert Rubin es un neoconservador", agregó.

Secretario del Tesoro en el gobierno de Bill Clinton (1993-2001), Rubin actualmente preside el CitiGroup.

Y "Larry Summers es su clon", opinó Hahnel. Summers también fue secretario del Tesoro de Clinton.

Es probable que Obama afronte fuertes críticas por defender un mayor gasto que eleve la ya enorme deuda pública.

"La verdad del asunto es que cuando uno se encamina hacia una recesión lo último que hace es retirar el gasto en programas. Eso sólo agrava la recesión. Uno pierde ganancias por concepto de impuestos y termina dejando a la gente sin trabajo", sostuvo Hahnel.

Obama debería apegarse a su propuesta de conceder reembolsos y exoneraciones tributarias a los trabajadores, agregó.

"Ellos pueden decir: '¿Cómo va a conceder reducciones impositivas a la clase media ahora, con la economía en recesión?'. Su respuesta debería ser: 'Eso es exactamente lo que debe ocurrir'", señaló.

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