La pesca es considerada una actividad esencialmente masculina en Camboya. Pero, ante la disminución de la captura, cada vez más mujeres se lanzan al agua.
"En realidad, las mujeres han estado vinculadas con la pesca desde hace tiempo en este país, incluyendo la captura, el procesamiento y la preparación", señaló Mak Sithirith, director del Equipo de Coalición para la Acción en la Pesca (FACT), organización que trabaja con las comunidades del gran lago de Tonle Sap.
"No tengo cifras para sustentarlo, pero estoy seguro de que cada vez hay más mujeres involucradas", añadió.
FACT realizó un seminario de un día en Phnom Penh sobre la participación femenina en el sector pesquero.
"Las mujeres están ante una situación delicada. Si no pescan con sus esposos, no tienen suficiente comida porque estos no pueden capturar solos lo necesario. Pero al dedicarse a esa actividad, se recargan de trabajo", explicó.
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El papel que desempeñan las mujeres en la pesca es un reflejo de los cambios más amplios que ocurren en la sociedad camboyana, en la que ellas tienen cada vez más participación en diversos sectores de la economía, formal e informal.
El pescado es un alimento muy importante para los camboyanos: 75 por ciento de las proteínas que consumen las obtienen de ese recurso (90 por ciento en las comunidades pesqueras).
"Mucha gente sigue pensando que es cosa de hombres y que sólo ellos son capaces de usar las herramientas necesarias. Pero a medida que disminuye la captura, cada vez más personas se dedican a esa actividad", señaló Tep Chansothea, investigador del Instituto de Capacitación en Gestión de Recursos Naturales de la Comunidad.
"Se necesita más esfuerzo para obtener la misma cantidad de peces. Por ello, las mujeres debieron involucrarse", apuntó.
"La captura de los hogares disminuye", según Eric Baran, especialista del Centro Mundial para la Pesca, con sede en Phnom Penh. "No necesariamente quiere decir que las existencias del recurso se reduzcan. Sucede que cada vez más y más personas pescan, por lo cual la cantidad que obtiene cada una disminuye", explicó.
También cambia el producto que se extrae. En vez de peces grandes de mucho valor, se obtienen ejemplares más pequeños y más sensibles a las variaciones estacionales.
Los especialistas atribuyen a muchos otros factores la disminución de la pesca familiar, entre ellos la creciente contaminación.
"Todavía resta por estudiar el posible cambio de las actividades femeninas en el sector pesquero. Debe hacerse con urgencia", remarcó Baran.
En la misma dirección apuntan los resultados de una investigación, todavía sin publicar, sobre el estatus de las mujeres en las comunidades pesqueras en seis provincias de Camboya, realizada por el Instituto de Capacitación en Gestión de Recursos Naturales de la Comunidad, el Centro Mundial para la Pesca y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Bosques.
El estudio concluyó que las mujeres desempeñan un papel importante en las actividades y en la gestión de las comunidades, en especial las que trabajan en ríos y tierras anegadas.
Existen diversas opiniones sobre la intervención femenina.
"Ciertamente es beneficiosa", sostuvo Yumiko Kura, coordinadora del programa Mekong, del Centro Mundial de la Pesca y una de las investigadoras del estudio.
"Las mujeres suelen desempeñarse mejor en la gestión del dinero, en la difusión de información y en la realización de actividades de capacitación", señaló.
"Ellas realizan una tarea importante explicando a sus maridos, y a otras personas, por qué no deben usar aparejos de pesca ilegales y logran que no los usen más. Si un hombre trata de hacer eso, termina en violencia".
Pero la participación femenina en las actividades pesqueras también tiene desventajas significativas por ser considerada una industria pesada, peligrosa y sucia.
"Su participación en la pesca significa que tienen más trabajo", remarcó Sithirith. "Tienen que ocuparse de la familia, además de ayudar a sus maridos".
"Claro que tiene consecuencias negativas", como en la salud, sostuvo Chang Kim Hong, pescadora de la central provincia de Kompong Thom, quien participó en el seminario de FACT.
"Puede ser peligroso, según el tipo de pesca, porque ellas no suelen saber advertir el comienzo de una tormenta o de vientos fuertes, lo que las expone a más riesgos", apuntó.
Desde un punto de vista social amplio, también hay dudas sobre los beneficios de esta creciente participación femenina.
"Cuánto más pescan, más viajan, lo que significa que los niños mayores deben ocuparse de la casa, cuando deberían ir a la escuela", indicó Chang.