AMBIENTE-INDIA: Así en la Tierra como en el espacio

La infraestructura de saneamiento de India deja bastante que desear, pero los científicos de este país tal vez estén más preocupados por los desechos que pululan por el espacio.

Cuatro decenios después de su creación, la Organización India de Investigación Espacial, que el 4 de este mes logró posar una nave en la Luna, se concentra hoy en la contaminación más allá de la atmósfera terrestre, informó V. Adimurthy, experto en aerodinámica de la institución.

"Éste también es un problema en el espacio. De no atenderse pueden surgir graves problemas en el futuro", dijo Adimurthy en la tercera conferencia "Saneamiento por dignidad y salud", a la que este mes asistieron representantes de los países de Asia meridional.

En la conferencia se consideró que el saneamiento, un factor decisivo en el desarrollo sustentable, no se acota a los retretes.

Ocho países, entre ellos Afganistán, Bangladesh, Bhutan, India, Nepal, Maldivas, Sri Lanka y Pakistán se comprometieron a cubrir las necesidades de la población en materia de retretes e infraestructura de higiene.
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El objetivo de la conferencia regional es acelerar y mejorar las condiciones de higiene y saneamiento y la calidad de vida de la población de la región, con miras a alcanzar los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio para 2015.

Sólo 28 por ciento de la población rural de India, es decir dos tercios de los más de 1.000 millones de habitantes del país, tenían retretes en 2006, según Lizette Burgers, directora de agua y saneamiento de la oficina en Nueva Delhi del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

De las 2.500 millones de personas que carecen de letrinas en el mundo, 50 por ciento se encuentran en Asia meridional. La situación de la población rural de este país es peor que la de sus vecinos de Bangladesh y Pakistán.

Pero India está concentrada en su programa espacial. "Nuestros astronautas tienen las mismas necesidades que nosotros en la Tierra", remarcó Adimurthy a los participantes de la conferencia. Cada ser humano produce, en promedio, 4,98 kilogramos de desechos diarios.

Al principio, los astronautas usaban pañales. Luego, implementó un tipo de cisterna.

Para resolver el problema de la ingravidez, los hombres orinan en bolsas y las mujeres en embudos que, corrientes de aire mediante, llevan la orina a unas cisternas que la lanzan al espacio exterior mediante la fuerza centrífuga.

Esa mecanismo se llama de "ciclos abiertos". Los residuos que no se reciclan y se almacenan en tanques se traen luego a la Tierra, en los casos de misiones cortas de siete días, o se vuelcan al espacio para evitar problemas de salud a la tripulación, sumándose a otros tipos de desecho.

El "sistema cerrado" de reutilización y reciclado para las misiones de larga duración no ha sido aún perfeccionado.

"El manejo de los desperdicios en el espacio sigue siendo un gran problema", subrayó Adimurthy, porque más de 200 especies de microbios crecen mucho más en un ambiente de ingravidez.

"Imaginen qué pasaría si, en un ambiente sin gravedad, los desperdicios flotaran dentro de la nave", señaló el experto, con rostro serio. El problema es igual de peligroso en el espacio, aseguró.

Más de 29.000 objetos que flotan en el espacio han sido registrados oficialmente, pero al menos otros 100.000 pequeños, menores de 10 centímetros, no están documentados y son factores de contaminación.

Además hay unas 1.600 partes de cohetes, 1.500 objetos, 3.100 naves y 6.400 fragmentos de vehículos en el espacio, y se prevé un aumento de al menos 210 elementos al año.

Por suerte, los desperdicios que caen del espacio a la Tierra no han causado ningún daño humano o ambiental. Recipientes a presión y tanques cilíndricos, la mayoría pertenecientes al programa estadounidense Delta II, han caído en América Latina, Australia y Medio Oriente.

Desde que un astronauta canadiense de la agencia espacial estadounidense NASA desechó un tanque de amoníaco de 640 kilogramos, llamado Early Ammonia Servicer (EAS), se lanzó una campaña internacional contra los desperdicios en el espacio en julio de 2007.

La iniciativa que rastrea al EAS reúne a Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Italia, Japón, Rusia.

Se teme por el lugar donde caerá el tanque que, según la NASA, entró en la órbita terrestre en octubre de este año.

El Comité Interagencias de Coordinación de Desperdicios Espaciales (IADC, por sus siglas en inglés) elaboró pautas sobre la gestión de los desechos para todos los países con programas espaciales.

Las normas de la IADC instan a restringir la cantidad de desperdicios lanzados al espacio para evitar su desintegración, e incluyen medidas preventivas para evitar "choques orbitales", como accidentes de tránsito, y establecer programas de gestión de desechos al término de las misiones.

La Organización India de Investigación Espacial realiza su propia investigación sobre gestión de desperdicios sólidos con el objetivo de determinar las probabilidades de choques orbitales, indicó Adimurthy.

También estudia los problemas de salud e higiene en el espacio. "Quizá podamos producir tecnologías rentables en el futuro" para lidiar con esta cuestión, apuntó.

El programa espacial de India realizó 26 lanzamientos vehiculares y 58 misiones de naves espaciales en sus 40 años de existencia y suministró datos acerca de recursos naturales, físicos y biológicos.

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