VENEZUELA-COLOMBIA: La sombra del guerrillero

La instalación en un paseo de la capital venezolana de un busto de «Manuel Marulanda», el extinto líder de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ha vuelto a encrespar las siempre sensibles relaciones bilaterales.

Entre las primeras reacciones en Colombia se cuenta la propuesta presentada por el legislador conservador Santiago Castro para declarar persona non grata al alcalde de Caracas, Freddy Bernal, por haber asistido al acto en honor a quien fue el fundador y líder de las izquierdistas FARC por cuatro décadas y media.

Esa declaración está ahora en manos del presidente de Colombia, el derechista Álvaro Uribe, cuya cancillería envió también una nota a la embajada de Caracas en Bogotá en la que pide una explicación al respecto.

Bernal, del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, respondió en conferencia con periodistas que, "el hecho de que la oligarquía más nefasta, paramilitar y narcotraficante de Colombia" lo haya declarado persona non grata, lo asume "como un reconocimiento", y espera que el Congreso del vecino país le envíe "ese acuerdo por escrito".

Desde la embajada de Colombia en Caracas se confirmó a IPS que, una vez que el gobierno de ese país tuvo conocimiento de la planificación del homenaje, se pidió un pronunciamiento del gobierno venezolano de Hugo Chávez.
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"Estamos esperando la respuesta", dijo la fuente colombiana.

Pero es posible que el gobierno de Uribe se quede esperando una respuesta de Venezuela, pues más de dos semanas después de haber recibido la solicitud no se ha pronunciado sobre el particular.

Es que la instalación del busto de Marulanda es una iniciativa de una organización social, y el gobierno no tiene ni arte, ni parte", comentó una fuente de la cancillería venezolana. El gobierno no tiene ninguna responsabilidad en relación a ese homenaje", enfatizó.

La izquierdista Coordinadora Simón Bolívar (CSB) y el Partido Comunista de Venezuela fueron los responsables de inaugurar el 24 de septiembre una plaza y el busto de Marulanda en el barrio 23 de Enero.

En esa zona habitada por familias trabajadoras en el oeste de Caracas, contigua al Palacio de Miraflores (sede del gobierno) se gestaron organizaciones populares izquierdistas que apoyan el modelo impulsado por Chávez como los Tupamaros, el Frente Néstor Zerpa Cartolini y la propia CSB.

"El busto lo hicimos aquí, en el 23 de Enero, y lo organizamos los militantes de la coordinadora", dijo Juan Contreras, dirigente de la CSB. "Es un homenaje para Manuel Marulanda, a seis meses de su fallecimiento", añadió.

"Manuel Marulanda" o "Tirofijo", cuyo verdadero nombre era Pedro Antonio Marín, lideró las FARC desde su aparición, a comienzos de los años 60, hasta su muerte debido a un infarto cardíaco el 26 de marzo, que sólo fue confirmada el 25 de mayo por el propio grupo guerrillero.

Frank León, también de la CSB, dijo en conferencia de prensa semanas atrás que la construcción de la plaza es una idea "totalmente de venezolanos" y que el proyecto es financiado con recursos propios del capítulo venezolano de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB), que tiene como asociado al Partido Comunista de Venezuela.

La CCB es una organización que reúne a un centenar de organizaciones sociales y agrupaciones políticas de izquierda, con capítulos en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

El experto en política exterior Demetrio Boesner, ex profesor de Historia de las Relaciones Internacionales de América Latina de la Universidad Central de Venezuela, entiende que este asunto entre Bogotá y Caracas no pasará a mayores.

A pesar de estar en desacuerdo con la reivindicación de la figura de Marulanda por parte de una comunidad venezolana con anuencia de autoridades locales, Boesner considera que el gobierno de Chávez le bajará el tono al caso y es pesimista sobre la posibilidad de que le responda a la nota enviada por Colombia.

"Pienso que a los más altos niveles (del gobierno venezolano) el homenaje a Marulanda no habrá caído muy bien, pero por estrategia interna (electoral) no habrán querido oponerse", comentó Boesner. Sin embargo, el experto considera que Colombia está en su derecho de enviar una nota de protesta.

La propuesta del legislador Castro contra Bernal debe ser autorizada o rechazada por Uribe, quien acaba de recomponer las relaciones con Chávez tras un período de enfriamiento cuando los destituyó de su papel de mediador, junto a la senadora colombiana Piedad Córdoba, para una posible liberación de rehenes en poder de las FARC.

Por su parte, el profesor José Guido, del Instituto del Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual dependiente de la cancillería venezolana, dijo que hay muchas señales en torno a la instalación del busto de Marulanda que apuntan a la existencia de dos fuerzas que pujan en Colombia por dominar las relaciones con Venezuela.

Por una parte, el Congreso legislativo y la cancillería intentan recalentar la relación y, por otra, el presidente Uribe, que no se hace eco de esa posición de rechazo.

Sin embargo, Guido comentó a IPS que el fin de ambos bandos es el mismo: "derrocar al gobierno de Venezuela y el de Ecuador, lo otro es una cuestión de movimientos tácticos".

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