Un político peruano que soportó prisión y acusaciones de terrorismo, Yehude Simon, tendrá sobre sus hombros la tarea de conducir el nuevo gabinete del gobierno de Alan García, asolado por un demoledor escándalo de corrupción.
García afronta la peor crisis de su segunda gestión, iniciada el 28 de julio de 2006, tras revelarse que la empresa estatal de petróleo Perupetro adjudicó lotes de hidrocarburos a la compañía noruega Discover Petroleum por intermedio de operadores corruptos vinculados al gobernante Partido Aprista Peruano.
El flamante primer ministro Simon, que gobernaba desde 2002 la norteña región Lambayeque, es un médico veterinario de origen palestino e italiano. En 1985 fue elegido diputado por la alianza Izquierda Unida y en 1991 se vinculó a la organización Patria Libre, a la que se atribuía ser el brazo político del entonces insurgente Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
El 11 de junio de 1992, poco después de que el entonces presidente Alberto Fujimori protagonizara un "autogolpe" de Estado, la policía detuvo a Simon, que dirigía la revista Cambio, considerada portavoz del MRTA, con una acusación de "apología del terrorismo".
En un juicio que no cumplía los requisitos básicos del debido proceso, Simon fue condenado a 20 años de prisión. Después de ocho años y medio de reclusión, el presidente Valentín Paniagua (2000-2001) lo indultó.
Simon volvió a la actividad política alejándose de la izquierda radical, al fundar el centroizquierdista Partido Humanista Peruano en 2001.
En lo que fue interpretado como un verdadero milagro de rehabilitación política, en 2002 ganó las elecciones para la presidencia de la región Lambayeque, donde había nacido el 18 de julio de 1947 y que era hasta entonces una tradicional plaza fuerte del aprismo.
Con decisiones pragmáticas y apertura a los capitales extranjeros, Simon ganó respaldo popular y proyección nacional. En 2006, al derrotar nuevamente al aprismo e iniciar un segundo periodo de gobierno de Lambayeque, se perfilaba como posible candidato presidencial para los comicios de 2011.
Al frente de los presidentes de las 25 regiones del país —que en el último medio año han sostenido disputas con García por la transferencia de recursos como el canon minero y por la lenta aprobación de obras públicas—, Simon desarrolló un perfil concertador.
Cuando el diario La República le preguntó qué condiciones había establecido para aceptar el ofrecimiento de García de asumir la presidencia del Consejo de Ministros, Simon respondió: "No le he pedido condiciones, le he pedido libertad".
La prioridad en su agenda es la lucha contra la corrupción, tema con el que García entonó su discurso de julio de 2007, cuando incluso anunció la constitución de la Oficina Nacional Anticorrupción (ONA).
Un año después, en julio de 2008, la ONA había sido desactivada y García no la mencionó hasta que el 5 de octubre, Fernando Rospigliosi, ex ministro de Alejandro Toledo (2001-2006), divulgó en el programa televisivo Cuarto Poder conversaciones grabadas entre un director de Perupetro y personas vinculadas a Discover Petroleum.
Otro frente de atención para el gabinete que será investido este martes son las protestas sociales, incluyendo un prolongado conflicto del personal médico de la salud pública.
Simon adelantó que negociará con los sectores en conflicto y que varios ministros del gabinete saliente continuarán en sus puestos, como el responsable de la cartera de Economía, Luis Valdivieso, ex funcionario del Fondo Monetario Internacional criticado por haber emprendido una severa política de recorte presupuestal.
Los antecedentes izquierdistas de Simon generaron la crítica del bloque parlamentario fiel al ex presidente Fujimori, hoy preso y sometido a varios procesos por delitos de derechos humanos y de corrupción.
La legisladora Luisa María Cuculiza le reclamó "un deslinde claro y contundente con el terrorismo antes de asumir la presidencia del Consejo de Ministros", mientras su par Martha Moyano aseveró "que su pasado extremista lo condena, ya que dirigió una publicación que celebraba las acciones terroristas y criminales del MRTA".
Para uno de los líderes más importantes de la izquierda, el ex congresista y ex candidato presidencial Javier Diez Canseco, la permanencia de Valdivieso debe interpretarse como un adelanto de que "no va a cambiar el modelo económico", lo que constituye "una irresponsabilidad del próximo primer ministro".
Simon precisó algunos cambios que intentará promover. "Está bien la inversión, pero falta la inclusión social", explicó a La República. "Y falta mucho diálogo sin temores y mayor fortaleza en la lucha contra la corrupción", dijo. Pienso otorgarle "una importancia inmensa a la agricultura, a la descentralización y a la regionalización", añadió.
Otro enorme desafío es el grado de desaprobación que afronta García. Una encuesta divulgada este lunes por el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica indica una aprobación de 23 por ciento a la gestión del mandatario, frente a 71 por ciento de opiniones contrarias.
En octubre de 2006, la desaprobación de García era de 26 por ciento.
Simon aclaró que su papel no sería el de salvador del aprismo. "Tengo serias discrepancias con el partido, pero a la vez soy profundamente respetuoso por su gente", dijo.
Los rumores indican que la presencia de Simon en el gabinete será compensada con la de figuras de la derecha. Pero la incertidumbre se terminará este martes, si se cumple la prevista investidura.