El líder izquierdista Andrés López Obrador y parte de sus seguidores activaron este jueves acciones de resistencia civil contra un proyecto de reforma del sistema petrolero estatal celebrado por otros correligionarios suyos, que aducen haber puesto freno así a la privatización del sector.
López Obrador, el ex candidato a la presidencia de México por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), encabezó una movilización callejera de unas 2.000 personas hacia la sede del Senado en la capital mexicana para exigir que no se apruebe la reforma en los términos que fue preparada y negociada en los últimos seis meses.
El documento, que tiene el aval del gobierno de Felipe Calderón y de su partido, el conservador Acción Nacional (PAN), así como del propio PRD y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), llegó este jueves a la sesión plenaria del Senado para su votación final.
Luego deberá ir a la Cámara de Diputados y finalmente se entregará al presidente Calderón para su promulgación o veto.
Si no se atiende el reclamo del llamado Movimiento Nacional por la Defensa del Petróleo, López Obrador advirtió que la "resistencia civil pacífica" se mantendrá por tiempo indeterminado.
De forma previa, esa organización formada por ciudadanos independientes y militantes de la izquierda, indicó que, si la supuesta "privatización se consumaba", desplegarían planes de resistencia que incluirían bloqueos de carreteras, puertos y aeropuertos.
Lo que López Obrador pide es que en el proyecto de reforma, que ya incluye férreos candados a la participación privada en la industria petrolera, sume un párrafo adicional que de forma expresa indique que el Estado "no suscribirá contratos de exploración que contemplen el otorgamiento de bloque o áreas exclusivas".
Varios seguidores, asesores y compañeros de López Obrador en el PRD reconocieron estar desconcertados por tal postura. Algunos incluso lo acusaron de irresponsable y de usar pretextos para mantenerse en la palestra.
No se entiende la posición del ex candidato presidencial y "es muy irresponsable". La izquierda ganó en la negociación de la reforma y logró sacar un proyecto que impide la privatización de la firma Petróleos Mexicanos (Pemex), que era el objetivo del gobierno, dijo a IPS Graco Ramírez, senador del PRD y uno de quienes lideraron la negociación de la reforma.
El párrafo que ahora se pide incluir está expresado de otra forma, no se lo puso textual por problemas de técnica jurídica y porque había riesgo de entrar en contradicción con otros, indicó Ramírez, tras asegurar que López Obrador estaba enterado del tema y de la forma en que fue sorteado en la negociación con el PAN y el PRI.
El contenido general de las reformas diseñadas para el sector petrolero decepcionó a empresarios y a numerosos analistas que pronostican un oscuro futuro a la industria, más cuando está alineada con un contexto internacional difícil y una caída en los precios del crudo.
Pero Calderón avaló los acuerdos alcanzados, pues consideró que demostraron el valor de la negociación y de la tolerancia en la democracia.
Desde que el gobierno envió en abril su paquete de propuestas para reformar el sector petrolero estatal, en crisis por falta de recursos, caída de reservas y un intrincado manejo administrativo, el ex candidato presidencial del PRD y sus seguidores emprendieron movilizaciones por considerar que las autoridades querían una privatización.
Lo aprobado por legisladores en comisiones es positivo para Pemex aunque deja dudas y tiene vacíos de cómo será instrumentado, señaló a IPS Roberto Gutiérrez, especialista en energéticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En las reformas se otorga a Pemex autonomía de gestión con un consejo de administración independiente avalado por el Poder Legislativo. También dispone una progresiva disminución de sus pagos al Estado, al que ahora le entrega casi todos sus recursos, aporte que sustenta 40 por ciento del presupuesto público.
Además, coloca candados a la participación privada en el sector, que se limitará a tareas de apoyo en exploración y explotación de crudo a través de contratos pagados en dinero efectivo y sin vínculos al desempeño o éxito del trabajo realizado. Fue desechada la propuesta de Calderón de permitir la participación privada en refinación y transporte de petróleo o gas.
López Obrador reconoció que la reforma "en general" es positiva, pero advirtió que tiene párrafos en los que "hay gato encerrado" y que podrían desembocar en "privatizaciones disfrazadas".
Este líder de la izquierda convocó a sus seguidores la noche del miércoles a una plaza de la capital para avalar las reformas o rechazarlas. Se repartieron papeletas para votar e instalaron urnas.
En la consulta sufragaron 17.337 personas, 11.999 de las cuales se pronunciaron por rechazarlas.
En la orilla opuesta, la mayoría de los legisladores del PRD y algunos asesores del ex candidato reiteraron que la reforma es histórica y que merece ser aprobada. "Andrés (López Obrador) no nos va a tener secuestrados, la reforma satisface los planteamientos de la izquierda, no podemos actuar como una oposición con esquizofrenia", dijo el senador del PRD Carlos Sotelo.
Mientras, el presidente de la comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida del PRI, opinó que el ex candidato presidencial muestra "una abierta tendencia al suicidio político".
El ex legislador del PRD Manuel Camacho, uno de los más cercanos a López Obrador, también se desmarcó. "No es el momento de ver si traigo una arruguita en la camisa o una manchita en la corbata", pues aprobar lo consensuado es necesario y urgente, declaró.
Las reformas se redactaron tras múltiples foros públicos en los que expusieron puntos de vista decenas de expertos y políticos.
En forma paralela, el ex candidato presidencial, que según diversas encuestas tiene cada vez menos apoyo ciudadano, organizó manifestaciones en las que una y otra vez advirtió que luchará contra la posible privatización de lo que considera "es el único recurso que tenemos para sacar al país de la crisis".
El petróleo soporta una fuerte carga simbólica en México desde su estatización en 1938.
Pemex tiene un simbolismo similar al de la Virgen de Guadalupe, declaró el ex presidente Vicente Fox (2000-2006).
Gutiérrez de la UAM expresó preocupación, "porque, más allá de los textos que se aprueben de la reforma petrolera", lo relevante será definir a la brevedad un plan de metas y productividad para Pemex, así como una hoja de ruta para las autoridades del sector energético.
Lamentó que la reforma no contemple acciones de transparencia para el sindicato de Pemex ni contra la corrupción y que no indique cómo y con qué el Estado irá sustituyendo los ingresos fiscales que ahora recibe del petróleo.
Diversas evaluaciones indican que Pemex sufre una aguda escasez de fondos y tecnología y graves problemas de administración. Además, las reservas probadas de petróleo tienen un horizonte de apenas nueve años. A pesar de ser exportador de crudo, este país importa cada vez más gasolinas y otros derivados.
Las ventas de crudo mexicano entre enero y septiembre fueron de 1,39 millones de barriles por día promedio frente a los 1,8 millones de 2004.
Según prometen los dirigentes políticos que concertaron la reforma energética y que este jueves entró en fase de aprobación parlamentaria, con la nueva normativa Pemex tendrá dinero, adquirirá tecnología y podrá desarrollarse sin obstáculos.
"Desconfío, pues una cosa es lo que dice una ley o un papel y otra son los hechos y el desempeño en una realidad y contexto muy difíciles", expresó el investigador de la UAM.