Las discusiones para poner fin al conflicto de Georgia tropezaron con las dificultades previsibles a causa de la obstinación de las partes, aunque al menos el proceso está en marcha, evaluó un diplomático europeo que siguió de cerca la apertura de las conversaciones este miércoles.
Los promotores de la reunión, representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Unión Europea (UE) y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), consiguieron superar algunas imperfecciones en el protocolo y aseguraron un nuevo encuentro de las partes, dijo a IPS la fuente, que pidió reserva de su identidad.
Los delegados de Rusia y de Georgia, principales protagonistas de la porfía, más los tres organizadores de la sesión y Estados Unidos, volverán a reunirse el 18 de noviembre en los mismos recintos de la sede de la ONU en Ginebra.
Las hostilidades entre los dos vecinos comenzaron en la noche entre el 7 y el 8 de agosto, cuando autoridades georgianas intentaron recuperar militarmente los territorios de Osetia del Sur y de Abjasia, donde había presencia de fuerzas secesionistas allegadas a Rusia.
La acción fue repelida por tropas rusas. Los choques armados, por momentos intensos y con bajas nutridas principalmente entre la población civil, cedieron el 12 del mismo mes, luego de una gestión apaciguadora del jefe de Estado francés Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la UE en este semestre.
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El impulso mediador de la diplomacia francesa obtuvo el compromiso de los dos bandos de reunirse esta semana en Ginebra para iniciar conversaciones.
Una fuente diplomática francesa celebró el éxito de la gestión y subrayó en particular que Estados Unidos ha quedado en este trámite relegado a un papel secundario. La delegación estadounidense a las conversaciones ha sido encabezada por el secretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Daniel Fried.
El primer inconveniente en las sesiones, como se había anticipado, surgió cuando Rusia insistió en que los representantes de Abjasia y Osetia del Sur se sentarán a la mesa de negociaciones ante los delegados de Georgia, que desconoce la independencia unilateral declarada por esas dos regiones aún pertenecientes a territorio georgiano.
Por ese motivo, la representación rusa desertó de la sesión plenaria de la mañana.
En la tarde, cuando ese obstáculo protocolar había sido aparentemente resuelto, fueron los georgianos quienes se ausentaron de las discusiones.
Esos desencuentros dieron pábulo a nuevas fricciones verbales entre los bandos. El presidente georgiano Mijaíl Saakashvili aseguró en Bruselas que la delegación rusa había abandonado las discusiones.
En una réplica, el jefe de la delegación rusa Grigori Karasin, viceministro de Relaciones Exteriores, acusó a las autoridades georgianas de mentir.
Los tres promotores del encuentro, Pierre Morel, de la UE, Johan Verbeke, de la ONU, y Heikki Talvitie, de la OSCE, ejercieron sus funciones de componedores y trataron de restar dramatismo a los nuevos roces.
Los mediadores resaltaron la decisión de volver a reunirse el mes próximo. En la sesión venidera discutirán las cuestiones de procedimientos, prometieron.
Morel hizo hincapié en que "el proceso ha comenzado". Y Verbeke calificó de "incidente menor" las discrepancias sobre la participación de representantes de Abjasia y Osetia del Sur.
Talvitie confirmó que "hemos partido" a pesar de las dificultades encontradas. Ya sabíamos que este proceso no sería fácil, insistió.
Sin embargo, los tres mediadores evitaron referirse en detalle a los episodios que impidieron formalizar encuentros plenos de todas las delegaciones, incluidos los representantes de Abjasia y Osetia del Sur, reconocidas como independientes hasta ahora sólo por Rusia y Nicaragua.
Por otra parte, en La Haya se conoció un pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia en una causa abierta por el gobierno de Georgia solicitando medidas de prevención para que Rusia cumpla con las disposiciones de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.
El dictamen del tribunal de las Naciones Unidas establece que no solamente Rusia, sino también Georgia, deberán abstenerse de promover, defender o sostener actos de discriminación racial perpetrados por individuos u organizaciones.
La Corte mostró su preocupación por las poblaciones de las zonas afectadas por las hostilidades libradas por fuerzas rusas y georgianas. La referencia abarca a ciudadanos georgianos, pero también de Abjasia y Osetia del Sur.
Los dos bandos se declararon satisfechos con el contenido de la sentencia. Los estudiosos en derecho internacional consultados en Ginebra reclamaron más tiempo para empaparse del sentido del fallo antes de emitir una opinión.