Los gobiernos necesitan apoyo de sus pueblos para afrontar la crisis financiera y la mejor manera de traducir ese sostén es a través de las opiniones de la sociedad civil, razonó Werner H. Schleiffer, coordinador de Congo, alianza de organizaciones no gubernamentales de todos los continentes.
La responsabilidad de una solución recae ahora sobre los gobiernos, porque las fuerzas del mercado han demostrado que no pueden resolver las crisis, sostuvo. Aunque tampoco los gobiernos disponen del vigor suficiente para ese reto y tendrán que apelar al aporte de la sociedad civil, concluyó Schleiffer.
Con esa perspectiva, Congo (Conferencia de Organizaciones No Gubernamentales con Estatus Consultivo en las Naciones Unidas) debatirá la semana próxima los rasgos de la actual crisis financiera y de sus efectos económicos, durante una reunión en esta ciudad suiza.
El Foro de Desarrollo de la Sociedad Civil 2008, como se denomina la sesión, examinará también otras cuestiones críticas que afligen a la comunidad internacional, como la crisis mundial de alimentos, con sus pormenores de la sustentabilidad y la soberanía alimentarias, al igual que los nexos entre los derechos humanos y el desarrollo.
Congo se había ocupado someramente de la crisis financiera durante un foro similar realizado en Nueva York en junio, cuando el fenómeno presentaba todavía una magnitud menos amenazadora.
La declaración final adoptada en el foro de Nueva York mencionó "los desórdenes e incertidumbres financieras mundiales", pero en un segundo plano luego de resaltar los peligros de las crisis de los alimentos y de la degradación ambiental.
Sin embargo, al analizar la crisis alimentaria, el texto ya advertía del "papel dominante de las instituciones financieras internacionales en influenciar las estrategias de desarrollo nacionales".
Congo apremió a esas instituciones a modificar sus estrategias con la óptica de asistir a los países definiendo sus prioridades sobre el terreno y empleando las experiencias y los productos de esas naciones.
Otro párrafo del documento de Nueva York demandaba la reexaminación de las negociaciones sobre agricultura que se realizan en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en el marco de la Ronda de Doha.
Pero desde junio, las crisis de los alimentos, de la energía y de las finanzas han adquirido proporciones tan grandes que entonces no podían ser anticipadas, dijo Schleiffer a IPS.
En las primeras discusiones políticas sostenidas durante las sesiones de apertura de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en septiembre, ya quedó en claro que esos temas figuraban en un nivel culminante del orden del día de ese cuerpo del foro mundial, apuntó el coordinador de Congo.
El propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, les atribuyó un carácter "de caso de urgencia para el desarrollo" al indicar que merecen una cuidadosa discusión, recordó Schleiffer.
Estas crisis, que no desaparecerán de la noche a la mañana, no pueden ser enfrentadas sin contar con la participación de la sociedad civil. La ONU y sus gobiernos miembros no pueden manejarla solos por su cuenta, necesitan un aporte firme y determinado de la sociedad civil, insistió el experto de Congo.
Para desempeñar ese papel, el consejo administrativo de Congo, en consulta con sus organizaciones, decidió profundizar las discusiones sobre esos temas y elaborar unas recomendaciones durante el foro de los días 27 y 28 de octubre.
La cuestión de la soberanía alimentaria es muy importante para las organizaciones integrantes de Congo, puntualizó el coordinador.
El otro tema, sobre el nexo entre los derechos humanos y el desarrollo, también requiere un tratamiento profundo, evaluó Schleiffer.
Eso salta a la vista cuando asistimos a los movimientos especulativos que distorsionan los mecanismos del mercado y apuntan básicamente contra el pueblo, en especial contra las poblaciones del Sur, interpretó.
Schleiffer admitió que "nos sentimos inclinados a ver las consecuencias de estas crisis desde las perspectivas de nuestras vidas cotidianas en países del Norte". Sin embargo, aquéllos que más sufren, y de una manera enorme, son los del Sur. "Mucho más que nosotros", manifestó.
Precisamente, delegados de movimientos clave de la sociedad civil de África, América Latina y el Caribe y Asia han sido invitados a participar del foro, lo que ha sido posible merced al apoyo financiero del gobierno suizo, remarcó.
Las autoridades de Congo encaran la reunión del foro estimuladas por los resultados obtenidos durante su participación en el Segmento de Alto Nivel, una sesión que el Consejo Económico y Social de la ONU (Ecosoc) celebra alternativamente cada año en Nueva York y Ginebra.
Por primera vez, los representantes de Congo o de sus organizaciones dispusieron de un lapso prolongado para exponer sus posiciones en esa sesión, que constituye una especie de "parlamento económico y social" de la ONU, describió Schleiffer. En otros años hablaron apenas uno o dos minutos, pero en la última sesión se explayaron durante una media hora, precisó.
Otro aspecto alentador para Congo ha sido la aprobación que mereció entre miembros de la secretaría de la ONU y representantes gubernamentales, el documento de conclusiones presentado por la coordinadora de la sociedad civil.
El texto final de las sesiones del Ecosoc, destinado a la Asamblea General de la ONU, presentaba una "semejanza sorprendente" con la declaración aprobada por la sociedad civil, se entusiasmó Schleiffer.
Las sesiones del foro serán abiertas este lunes 27 por el presidente de Congo, Liberato Bautista, de Estados Unidos, y clausuradas el martes por la vicepresidenta primera, Anna Biondi, dirigente sindical italiana que representa a la Confederación Sindical Internacional (CSI).