La renuncia de la senadora Soledad Alvear, del cogobernante Partido Demócrata Cristiano, a la conducción de su colectividad y a sus aspiraciones presidenciales es sólo una de las importantes consecuencias de las elecciones municipales celebradas en Chile.
En los comicios del domingo pasado, la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia, en el gobierno nacional desde la reinstalación del sistema de derecho en 1990, obtuvo más alcaldes y concejales que la opositora y derechista Alianza por Chile, pero fueron elegidos 57 ediles y 62 concejales menos de esta fuerza que en 2004.
En cuanto al porcentajes de votos, el oficialismo se impuso en concejales, al obtener 45,2 por ciento frente a 35,99 por ciento, pero por primera vez desde 1990 la oposición ganó en votos para alcaldías, con 40,5 por ciento contra 38,4 por ciento, arrebatándole a la Concertación emblemáticos municipios y consiguiendo nueve de las 15 capitales regionales.
Además del PDC, la Concertación es integrada por los partidos Socialista (PS), Por la Democracia (PPD) y Radical Socialdemócrata (PRSD). La Alianza por Chile, en tanto, la conforman Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI).
El gobierno y los dirigentes concertacionistas subrayaron que la ventaja de nueve puntos lograda en la votación de concejales, donde se suelen medir las fuerzas políticas, demuestra que la ciudadanía sigue apoyando mayoritariamente al oficialismo.
Pero el sentimiento generalizado fue de derrota, por la pérdida de sillones y porque la victoria en concejales se debió al hecho de que llevaron el doble de candidatos que en 2004 al competir en dos listas separadas, planteó a IPS el cientista político y sociólogo, Gustavo Martínez, director del Centro de Estudios de Opinión Pública de la Universidad de Chile. Por el contrario, el avance derechista fue celebrado como un triunfo por los dirigentes opositores, principalmente por los de RN, que vieron fortalecida la opción de su candidato presidencial, Sebastián Piñera, quien aparece primero en todas las encuestas, aunque todavía no consigue el apoyo formal de la UDI.
La primera gran consecuencia de estas elecciones fue la renuncia de Alvear, hecho que le abonó el camino al ex mandatario Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), el otro precandidato presidencial del PDC.
Esta fuerza política fue la que sufrió la mayor derrota electoral el domingo, al bajar de 20 a 15 por ciento su votación en concejales, debido principalmente a la aparición del Partido Regionalista de los Independientes (PRI), integrado por militantes expulsados o que renunciaron a esa colectividad.
Para el 5 de diciembre está previsto que el PDC elija nueva conducción y defina a su postulante a la presidencia. Sin embargo, algunos dirigentes han sugerido no llevar candidato propio a cambio de concesiones de sus socios de la Concertación en la conformación de la lista de aspirantes al parlamento en 2009, para que la colectividad no siga cayendo electoralmente.
En el PS el escenario también es incierto. La dirigencia ratificó que la convención que elegirá al precandidato presidencial de ese partido se realizará el 30 de noviembre. Pero numerosas voces internas llaman a aplazarla.
Aunque se estima que el proclamado será el actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, genera incertidumbre la situación del ex presidente Ricardo Lagos (2000-2006), quien descartó ser nuevamente candidato, pero sus adherentes insisten en postularlo.
Una encuesta realizada a 600 personas por el diario local La Tercera después de las elecciones municipales, que fue divulgada este jueves, revela que el ex senador RN y multimillonario empresario Piñera amplió su ventaja frente a los posibles candidatos de la Concertación.
Frente a la pregunta "si la elección presidencial fuera el próximo domingo, ¿por quién votaría usted?, 38 por ciento de los encuestados se inclinaron espontáneamente por Piñera, ocho por ciento por Lagos, cinco por ciento por Insulza, tres por ciento por Frei, dos por ciento por Joaquín Lavín, de la UDI, y uno por ciento por Alvear.
Además, Piñera obtiene 54 por ciento de adhesiones entre los entrevistados si se lo enfrenta con Lagos, quien recoge 32 por ciento.
Contra Frei, el empresario derechista logra 54 por ciento frente a 31 por ciento del ex mandatario demócratacristiano, mientras que con Insulza la ventaja del primero es de 56 contra 28 por ciento.
La Concertación ha criticado el excesivo triunfalismo de Piñera, señalando que actualmente "corre solo", ya que el oficialismo aún no define a su candidato.
El abogado y analista político del PDC Jorge Navarrete también advirtió que la votación concertacionista sumada a la del bloque de izquierda Juntos Podemos Más, integrado por los partidos Comunista (PC) y Humanista, sobrepasó la mitad de los votos válidamente emitidos en las pasadas elecciones. Es decir, la mayoría del país sigue siendo de centroizquierda.
De hecho, tanto Lagos como la actual mandataria Michelle Bachelet ganaron en las elecciones nacionales con votos del PC.
"No es muy arriesgado afirmar que en las actuales circunstancias ninguna de las dos grandes coaliciones —la Concertación por una parte y la Alianza por Chile por la otra— tiene fuerza suficiente para imponerse tanto en las elecciones parlamentarias como en las presidenciales", sostuvo el analista Alfredo Joignant, cercano al oficialismo.
"Por primera vez surge como necesidad imperiosa", para ambos bloques, "negociar con dos actores nuevos", como el Juntos Podemos Más, que no posee representación parlamentaria y obtuvo nueve por ciento de los votos en concejales, y el PRI, que logró cerca de 7,5 por ciento de los sufragios, apuntó Joignant.
Piñera ya ha manifestado su intención de sumar a otros sectores a su candidatura presidencial, como el PRI y Chile Primero, otra colectividad creada este año por ex militantes de la Concertación, como los ex PPD, Jorge Schaulsohn y Fernando Flores.
Mientras el presidente del PRI, el ex diputado del PDC Jaime Mulet, afirmó que su partido no apoyará ni en primera ni en segunda vuelta a Piñera, Chile Primero se ha abierto a dialogar, mostrando simpatías por la opción de derecha.
Para la Concertación, el escenario tampoco es fácil. Algunos dirigentes han planteado que la coalición debe generar alianzas programáticas y electorales con la extrema izquierda, específicamente con Juntos Podemos Más. Esto choca con la intención de otros sectores de volver a seducir a los electores de centro arrebatados por el PRI.
En una entrevista publicada el jueves por el diario local El Mercurio, el ministro secretario general de la presidencia, el socialista José Antonio Viera Gallo, afirmó que la Concertación "hoy es estrecha para la enorme cantidad de gente que es parte del nuevo progresismo". "Debemos partir de la base de representar más allá de nuestra coalición", apuntó.
Más aún, el senador Ricardo Núñez, también del PS, planteó en ese mismo periódico que el PC y otras fuerzas progresistas deberían participar tanto en una "convención" que defina la propuesta programática de la Concertación a largo plazo como en una elección "primaria abierta", donde se elija al candidato presidencial único del oficialismo.
Pero esto fue rechazado tanto por el PC como por el presidente interino del PDC, el diputado Jorge Burgos.
Para el politólogo Martínez, lo más probable es que la Concertación sostenga "algún tipo de negociación programática" con el PC, principalmente en materia laboral, y que establezca un pacto electoral para que éste acceda al parlamento, opción hasta ahora vetada por el excluyente sistema electoral binominal vigente.
Sin embargo, el éxito de este acercamiento también dependerá de cómo se resuelvan las divisiones internas de la Concertación. Dos militantes del PS, el ex ministro Jorge Arrate y el actual senador Alejandro Navarro, ya han anunciado posibles candidaturas presidenciales "por fuera" porque consideran que sus demandas de izquierda no son representadas por el oficialismo.