A causa del recrudecimiento de los desalojos por ejecuciones hipotecarias en los últimos dos años, muchas comunidades en Estados Unidos presencian la proliferación de asentamientos precarios, nuevo hogar de una clase media empobrecida por la crisis.
"Los asentamientos comenzaron a crecer en todo el país hace cuatro años. Hoy observamos un lento pero sostenido incremento de personas sin hogar", dijo a IPS Michael Stoops, director ejecutivo de la Coalición Nacional para los Sin Techo.
Todas las asociaciones de la Coalición, tanto a nivel local como de estados, constataron un aumento de las familias que quedaron en la calle desde que la crisis inmobiliaria iniciada en 2007 disparó los desalojos, ubicados hoy en alrededor de los 10.000 semanales.
El panorama recuerda al registrado en la Gran Depresión desatada por la quiebra de la Bolsa de Valores de Nueva York en 1929.
Entonces, florecieron en todo el país los asentamientos marginales, que albergaban hasta 15.000 personas, bautizados popularmente como "Hoovervilles" en honor al presidente Herbert Hoover (1929-1933), durante cuyo mandato colapsó totalmente la economía.
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Scott, quien hoy vive en uno de esos asentamientos en la occidental ciudad de Los Angeles, dijo a un reportero de televisión que las cuotas de su crédito hipotecario aumentaron tanto que se volvió imposible pagarlas.
"Negocié con el banco y me dieron un mayor plazo. Pero la deuda se volvió demasiado grande y optaron por la ejecución hipotecaria", explicó.
Muchas de las personas que ahora habitan en las versiones modernas de las "Hoovervilles" sufrieron la misma experiencia que Scott. Una mujer dijo a la cadena de radio y televisión británica BBC que vivía en una casa de cuatro ambientes con dos baños. Cuando su marido se enfermó, se les volvió imposible mantenerla.
"Tenemos muchos nietos, que habitualmente nos iban a visitar y se quedaban en casa. Ahora no quiero que vengan aquí. Vamos a visitarlos", agregó. Ella y su marido viven en una casa rodante.
La mayoría de las actuales "Hoovervilles" respetan un espíritu comunitario y están autorreguladas, dijo Scott a IPS. "Existen ciertas reglas. Por ejemplo, no a las drogas, al alcohol y a la violencia", relató.
Scott y su organización han apoyado la creación de los asentamientos. "Obviamente no son la solución, pero resultan necesarios hasta que puedan encontrarse refugios y viviendas adecuadas", afirmó.
"El asentamiento en St. Petersburg, en el estado de Florida, tiene incluso apoyo del gobierno y algunas organizaciones sin fines de lucro asisten en otros similares del resto del país", agregó.
El director ejecutivo del Consejo para una Política Nacional para los Sin Techo (NPACH, por sus siglas en inglés), Jeremy Rosen, considera que la recesión económica aumentará marcadamente el número de personas sin hogar.
Según un estudio del NPACH, para el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano estadounidense (HUD, por sus siglas en inglés) la definición de una persona sin hogar "no incluye a los niños y las familias que perdieron sus casas pero viven temporalmente en moteles o con otras personas porque otro tipo de alojamiento no es apropiado o no está disponible".
Esas personas "se han convertido en los 'sin techo ocultos', moviéndose de un lugar a otro. Duermen en automóviles, refugios, a veces en casas de amigos, a veces en la de familiares. Desafortunadamente, nuestro país prefiere ignorar esta realidad y no considera a muchos de ellos como gente sin techo", agregó Rosen.
Se estima que existen 600.000 niños y jóvenes sin hogar no considerados como tales por el HUD. "Más de 60 por ciento de los estudiantes sin hogar identificados por las escuelas públicas carecen de acceso a la asistencia gubernamental", destaca el estudio del NPACH.
"En los últimos siete años hemos visto un incremento del número de los sin techo, a causa de los huracanes, la recesión no admitida oficialmente y la crisis de las ejecuciones hipotecarias. Hace un mes, más de 900.000 casas fueron ejecutadas y muchas de esas familias terminaron en la calle", afirmó Stoops.
En el condado de Cook, en el estado de Illinois, el sheriff Tom Dart adoptó la semana pasada la inusual decisión de anunciar que suspendía todos los desalojos hipotecarios.
La razón fundamental se debió a la "creciente cantidad de desalojos de inquilinos, la mayoría de los cuales pagaba puntualmente sus alquileres, y que descubrieron que los dueños de las propiedades habían dejado de pagar sus créditos y las viviendas habían sido ejecutadas", dijo a IPS el portavoz de Dart, Steve Patterson.
"Las instituciones financieras sólo ven pedazos de papel, no a las personas, y no les importa quiénes habitan las viviendas. Lo único que quieren es el dinero y no tienen la menor contemplación por los que resultan perjudicados", dijo Dart en una entrevista con la prensa.
El sheriff quiere que las compañías que concedieron los préstamos ofrezcan a su oficina suficiente información para que una ejecución hipotecaria pueda realizarse.
La consultora RealtyTrac señaló que nunca en la historia estadounidense se registraron tantas ejecuciones hipotecarias, que las peticiones respectivas aumentaron cerca de 100 por ciento en el último año y que medio millón de personas perderán sus casas en los próximos dos años, a causa del aumentos en las cuotas variables de sus hipotecas.
Como no existen suficientes refugios en Estados Unidos para todos los sin techo, Stoops pidió "compasión" al gobierno. "Cada ciudad debería tener un parque u otro espacio público para que la gente instale sus tiendas de campaña", afirmó.