En medio de la cruenta batalla en marcha contra y entre narcotraficantes, el gobierno de México y un líder de la oposición de izquierda colocaron sobre la mesa sendos proyectos de ley que apuntan al despenalizar el consumo y porte de ciertas drogas y según cantidades.
Las dos propuestas generaron un animado debate y pusieron sobre rieles la idea de que conviene revisar la estrategia punitiva que prevalece en la lucha contra las drogas, que en el caso de México no ha logrado frenar el tráfico, la violencia ni el consumo, según estadísticas oficiales y estudios independientes.
"De eso se trata, bienvenido el debate", dijo a IPS Víctor Hugo Círigo, coordinador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Asamblea Legislativa de la capital mexicana, al ser cuestionado por las reacciones contrarias que en su propio colectivo y en otros sectores generó su propuesta de legalizar la siembra, comercio y consumo de marihuana.
Círigo presentó el martes un proyecto en el legislativo de la ciudad de México con el propósito de "establecer una política de Estado, que en lugar de enfrentar con balas a los narcotraficantes, desarme de una vez por todas su negocio al hacer lícito el consumo y comercio de la marihuana", explicó.
El fracaso de la estrategia vigente, que deja ya miles de muertos, obliga a repensar la forma de enfrentar el problema de las drogas. El debate sobre la legalización es necesario y hay que impulsarlo, señaló el legislador.
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Según cifras oficiales, en 2007 en México fueron asesinados en hechos vinculados al narcotráfico 3.042 personas. En lo que va de este año la cifra ya superó los 3.000, según los conteos de los medios de comunicación locales.
Entre 2002 y este año, los adictos a las drogas en este país pasaron de 307.000 a 465.000, y el número de personas que confesaron haber consumido alguna vez narcóticos de 3,5 millones a 4,5 millones, según un informe de la Secretaría (ministerio) de Salud.
La propuesta de Círigo indica que el Estado permitiría a una persona mayor de edad el porte de dosis de marihuana de hasta 30 gramos, su venta en tiendas especializadas y el cultivo de hasta cinco plantas de esa hierba en viviendas particulares.
Para el experto en narcotráfico Wellington Medrano, legalizar la marihuana sería adecuado, pero "es imposible en el contexto actual por el bajo apoyo político, la violencia, la falta de respaldo de otros países y el repudio ciudadano que tendría algo así".
No obstante, "estas ideas mueven el piso y eso es importante, además no es descabellado suponer que en el futuro las políticas coercitivas cederán hacia una legalización de ciertas drogas a nivel internacional", dijo Medrano a IPS.
En similar sentido se pronunció Ricardo Sala, líder de la organización no gubernamental Convive, que promueve la regularización del consumo de drogas.
"Se está abriendo una puerta de discusión importante, se está saliendo del tabú que implicaba hablar de regular o legalizar las drogas, lo que es muy satisfactorio para nosotros", dijo Sala a IPS.
La propuesta de Círigo difícilmente prosperará, pues fue desautorizada por sus propios compañeros de bancada y de los otros grupos parlamentarios que la consideraron excesiva e inviable en los actuales momentos, pues además debería primero ser aprobada en el parlamento de la capital y luego en el nacional.
En tanto, el presidente de México, el conservador Felipe Calderón, envió al legislativo federal una propuesta de ley para despenalizar el porte de pequeñas dosis de marihuana, opio, heroína, cocaína y LSD (dietilamida de ácido lisérgico). El objetivo es que quienes sean descubiertos con tales estupefacientes reciban trato de farmacodependientes y se los encauce a rehabilitación.
A diferencia de la normativa impulsada por Círigo, la propuesta de Calderón, que reedita una que fue vetada por su predecedor en la presidencia y correligionario Vicente Fox (2000-2006), fue respaldada por gran parte de los legisladores.
Según observadores, es muy posible que pase todo el trámite parlamentario y se transforme en ley.
Calderón declaró que su iniciativa no busca despenalizar las drogas, "sino establecer criterios objetivos referidos a cantidades específicas para definir el delito de narcotráfico".
Las leyes penales vigentes indican que quienes sean detenidos con droga serán castigados con cárcel, pero aclara que los que demuestren ser adictos o consumidores quedan libres y deben someterse a rehabilitación.
Empero, esta normativa no precisa cuál es la cantidad tope de droga para que el portador sea considerado un consumidor y no un traficante.
En esa imprecisión se amparan muchos de los que distribuyen las sustancias prohibidas en pequeña escala para quedar libres de culpa y cargo, mientras algunos consumidores terminan en la cárcel al no lograr acreditar de forma fehaciente, por falta de abogados adecuados o conocimientos, que son adictos o usuarios ocasionales.
En la propuesta de ley de Calderón se permite que un ciudadano porte dos gramos de marihuana, dos gramos de opio, 50 miligramos de heroína, 500 miligramos de cocaína y 15 miligramos de LSD.