Consultado sobre el futuro de la desfinanciada agenda de desarrollo de la ONU ante la crisis económica, el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon, recordó los 16.000 millones de dólares contra la promesa y el hambre prometidos el mes pasado por jefes de Estado y de gobierno.
Ban eludió una respuesta directa cuando se le preguntó si algún donante ya había entregado el cheque. Se limitó a manifestar su confianza en que, aun en tiempos difíciles, los líderes mundiales están comprometidos con los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio.
Los periodistas le recordaron que un funcionario de la Unión Europea (UE) advirtió, ya en septiembre, que los donantes que reafirman sus compromisos, simplemente, están mintiendo.
Dada la gravedad de la situación y su posible impacto sobre las actividades de desarrollo de la ONU, la Asamblea General, de 192 miembros, convocó una sesión especial para considerar la crisis financiera el día 24.
Anwarul Karim Chowdhury, ex subsecretario general de la ONU a cargo de los países menos adelantados, dijo que la actual crisis financiera mundial causará "un importante enlentecimiento" de la campaña hacia el cumplimiento de los Objetivos del Milenio antes de 2015, el plazo establecido por la comunidad internacional.
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"Será casi imposible para cualquiera de los gobiernos de los países industrializados —los donantes tradicionales— mantener siquiera mantener el actual nivel de asistencia oficial al desarrollo, para no hablar de un aumento", señaló.
Eso también debilitará la capacidad de acción de las organizaciones dedicadas al financiamiento del desarrollo, agregó.
Consultado sobre si la actual crisis afectará las actividades de desarrollo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Chowdhury dijo a IPS: "Sí, creo que muy pronto".
Los Objetivos del Milenio, definidos en 2000 por la Asamblea General de la ONU, incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre respecto de 1990, garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y materna.
Además, combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
La inminente conferencia de la ONU sobre Financiamiento para el Desarrollo, que se realizará a fines de noviembre en Qatar, afrontará "un serio desafío en la obtención de un resultado que valga la pena" para los países del Sur.
Las peores víctimas serán los 49 países menos adelantados, los más pobres del mundo pobre, porque, a diferencia de otras naciones en desarrollo, son los menos atractivos para la inversión extranjera directa, observó Chowdhury.
Anuradha Mittal, directora ejecutiva del Instituto Oakland, que ha realizado varios estudios sobre comercio internacional y desarrollo, dijo a IPS que la capacidad de la ONU para llevar a cabo esas actividades ya se había visto socavada porque los países ricos no cumplieron sus promesas.
Incluso antes de la crisis financiera, la credibilidad del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) cayó, pues todavía no cumplieron su compromiso de duplicar la asistencia a África, formulado en 2005.
De hecho, entre 2005 y 2006, la asistencia general a África apenas aumentó dos por ciento, excluyendo las operaciones de cancelación de la deuda, calculó Mittal.
Mientras, si se excluye estas operaciones financieras de la asistencia a todos los países que la reciben la suma, en realidad, se redujo dos por ciento, agregó la experta.
"Dada la evidente falta de voluntad y compromiso político, no sorprenderá a nadie que las naciones ricas usen la crisis financiera, causada por sus propios errores y por la falta de mecanismos reguladores efectivos para Wall Street, falten a sus compromisos", pronosticó.
"Mientras, el goteo de su crisis financiera fuera de sus fronteras impactará en comunidades y en la calidad de vida de los trabajadores pobres de todo el mundo", alertó Mittal.
Las cuotas de los países para el funcionamiento de la ONU son de carácter obligatorio. Pero los aportes a agencias como los fondos de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y para la Población (Unfpa) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son voluntarios.
La gran parte del presupuesto de esos organismos procede de Estados Unidos, Japón y los países de Europa occidental.
Si la crisis financiera persiste, como todas las señales lo indican, en la conferencia de Qatar la mayoría de los donantes reducirán sus aportes argumentando que sus países atraviesan una recesión.
La crisis financiera es "sin ninguna duda" extremadamente seria, dijo a IPS James Paul, director ejecutivo del centro de estudios sobre desarrollo Global Policy Forum. Paul pronosticó que algunos países irán a la bancarrota, como ya lo fueron grandes compañías.
"Podríamos ver en el futuro un enorme desorden social, económico y político", advirtió.