SRI LANKA: Civiles del norte en estado de emergencia

Unas 230.000 personas necesitan desesperadamente asistencia en el norte de Sri Lanka, zona controlada por los separatistas de la etnia tamil, según agencias humanitarias internacionales.

Desde junio, civiles huyen de los combates en el área conocida como el Vanni, donde los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) tienen su baluarte. Pero decenas de miles permanecen atrapados, mientras el ejército srilankés se acerca y las luchas se intensifican.

Desde 1972, y bajo el mando de su líder, Velupillai Prabhakaran, el LTTE lucha por una patria independiente para la minoría tamil en esta nación insular de mayoría cingalesa. Cerca de 75.000 personas han muerto en el conflicto.

«Se estima que 200.000 personas están en riesgo en el Vanni y necesitarán más asistencia», dijo en su último informe de situación el Comité Permanente Inter-Agencias (IASC, por sus siglas en inglés), coalición de oficinas internacionales de ayuda, entre ellas algunas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La pequeña población de Kilinochchi, donde el LTTE tiene su sede política, fue abandonada por los civiles a medida que los enfrentamientos se acercaban. Fuentes civiles en la localidad dijeron a IPS que los desplazados se trasladaban hacia el noreste, ingresando más en el Vanni.
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«Ellos están instalando campamentos en el área de Darmapuram, a unos 15 kilómetros de Kilinochchi, donde hay agua gracias de los canales de irrigación», señalaron fuentes del hospital de Kilinochchi.

«Pero las instalaciones sanitarias serán un gran problema, porque todos están usando los terrenos abiertos», agregó.

El informe del IASC indicó que las luchas se acercaban más Kilinochchi. «Aún se reportan bombardeos aéreos y tiroteos con armas pequeñas en zonas cercanas al pueblo, mientras la campaña militar se ha intensificado. Como resultado, buena parte de la población fue desplazada, y los desplazados de otras áreas que permanecen en y alrededor de Kilinochchi se han mudado», según el informe.

Las agencias internacionales, entre ellas de la ONU, se reubicaron fuera del Vanni el 16 de este mes, tras una directiva del gobierno. Sólo el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) permanece en el lugar.

Ninguna agencia reinició sus tareas desde la reubicación, pero la ONU dijo estar ansiosa por continuar asistiendo a los civiles en el Vanni. «Queremos seguir jugando ese papel vital», dijo el portavoz de la ONU en Colombo, Gordon Weiss.

«Estamos en proceso de hacer arreglos con el gobierno sobre las modalidades de trabajar en el Vanni», agregó.

El gobierno indicó que la capacidad logística del Programa Mundial de Alimentos (PMA) será usada para que los suministros sigan llegando al Vanni. De hecho, sugirió que el PMA permaneciera en el lugar pese a la reubicación, pero la idea fue rechazada por la ONU.

Funcionarios de la ICRC dijeron que no se reportaron situaciones de escasez o de crisis desde el Vanni, pero que había áreas de preocupación.

«Las necesidades más acuciantes de estas personas son seguridad, salud, agua, refugio, saneamiento y alimentos. Las instalaciones de salud locales se han trasladado junto con la población civil, y continúan proveyendo servicios en condiciones extremadamente difíciles. El hospital general del distrito de Kilinochchi recibe más pacientes de lo habitual. Todavía no se ha reportado ningún problema sanitario a gran escala, pero la cercanía de las lluvias monzónicas es causa de preocupación», dijo Anthony Dalziel, jefe adjunto de la ICRC en Sri Lanka.

Por lo menos 14 instituciones médicas en el Vanni han sido reubicadas desde junio debido a los enfrentamientos, lo que resultó en una pérdida de 200 camas.

La educación también se vio perjudicada. La ONU informó que 45 por ciento de los postulantes del Vanni no fueron capaces de presentarse al principal examen de ingreso a la universidad realizado en agosto.

Por lo menos 30.000 escolares se han visto afectados por los enfrentamientos, según organizaciones no gubernamentales.

«Queremos continuar con el trabajo que hicimos con las escuelas, como abrir centros provisionales de aprendizaje», dijo Menaca Calyaneratne, portavoz de la organización británica Save the Children.

El gobierno de Sri Lanka ha dado garantías de que velará por la población civil en el Vanni pese a que continuará con las operaciones contra los Tigres.

«Nuestro gobierno considera a la ayuda humanitaria a su pueblo como su principal responsabilidad», dijo el presidente Mahinda Rajapakse a la Asamblea General de la ONU el 24 de este mes.

«El gobierno de Sri Lanka continúa con esta política humanitaria incluso hoy, aunque sabemos que los terroristas confiscan una gran proporción de estos suministros. Nuestras provisiones no se reducen a alimentos, sino que también hay medicinas y los demás elementos básicos, así como escuelas y hospitales, con maestros, médicos, enfermeros y todo otro personal esencial», aseguró.

Rajapakse también señaló que las agencias de la ONU y el ICRC se han comprometido a apoyar los esfuerzos humanitarios del gobierno.

«Nuestro gobierno también ha buscado y recibido la cooperación de la ONU, el ICRC y otras agencias para ayudarnos a brindar asistencia humanitaria», dijo.

En el marco de las sesiones de la Asamblea General en Nueva York, los co-presidentes de la Conferencia de Donantes de Tokio, un colectivo de los principales donantes para Sri Lanka que incluye a la Unión Europea, Noruega, Japón y Estados Unidos, se reunieron para una discusión informal de la situación.

«En este momento hacemos mucho énfasis en la protección de los derechos humanos de los civiles atrapados en los enfrentamientos, y en la responsabilidad del gobierno democrático de respetar y extender el amparo para las personas en las áreas que ellos controlan», dijo a la prensa luego de la reunión Richard Boucher, secretario adjunto de Estados Unidos para Asuntos de Asia Meridional.

 

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