POLÍTICA-VENEZUELA: Denuncia de magnicidio aviva disputas

¿Hay un complot para asesinar al presidente Hugo Chávez? El gobierno de Venezuela dice que sí, la oposición se declara hastiada del tema, varios militares van a la cárcel y los medios de comunicación vuelven a ser blanco del debate.

Crédito: Presidencia de Venezuela
Crédito: Presidencia de Venezuela
Los generales Eduardo Báez, de la Fuerza Aérea, y Wilfredo Barroso, de la Guardia Nacional, y el vicealmirante Carlos Millán, todos retirados, fueron grabados cuando conversaban acerca de planes para interceptar el avión del presidente con un caza F-16 o atacar el palacio de Miraflores en Caracas, la sede del gobierno.

En lo que se ha conocido de sus diálogos estarían involucrados al menos un oficial y un suboficial en actividad. Varios uniformados fueron llamados a declarar ante la Dirección de Inteligencia Militar, algunos señalados están prófugos, y Millán fue detenido.

El programa de televisión "La Hojilla", del estatal Canal 8, presentó un audio con parte del diálogo entre los oficiales como producto de una grabación telefónica, y su conductor, Mario Silva, aseguró que la conspiración involucraba a civiles que dirigen medios de comunicación de línea editorial opositora.

La denuncia corre paralela desde la segunda semana de este mes con el juicio en Miami a empresarios acusados de actuar ilegalmente en Estados Unidos como agentes secretos de Venezuela para ocultar el origen y destino de una valija con 800.000 dólares decomisada el año pasado en el principal aeropuerto internacional de Argentina, en un vuelo privado procedente de Caracas.
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Según la fiscalía en Miami y varios de los acusados, el dinero era parte de un aporte de Caracas a la campaña electoral de la que luego sería presidenta de Argentina, Cristina Fernández.

Chávez responsabilizó del complot para matarlo a Estados Unidos y a opositores políticos en Venezuela, a quienes llama repetidamente "pitiyanquis", y tanto él como sus colaboradores se mostraron indignados por el escaso interés que la prensa y estaciones privadas de radio y televisión mostraron por las denuncias de magnicidio.

En sucesivas cadenas de radio y televisión, Chávez aseguró que "se reactivan planes" para matarlo. "Las fuerzas yanquis están buscando militares activos y pilotos para que bombardeen Miraflores o, en su defecto, el programa dominical Aló Presidente", que conduce desde distintas locaciones en el país, añadió.

Por esos mismos días llegaron a Venezuela cazabombarderos rusos en labores de entrenamiento, se anunciaron maniobras en el Caribe junto a una flota también de ese país y Chávez expulsó al embajador estadounidense, tras proclamar en un mitin televisado: "Váyanse al carajo, yanquis de mierda".

La expulsión del embajador, Patrick Duddy, se tomó "en solidaridad con Bolivia", cuyo gobierno hizo lo mismo con el representante de Washington en ese país tanto, tras acusarlo de conspirar con las fuerzas opositoras que desataron protestas violentas en la franja oriental, que dejaron al menos 15 personas muertas.

A su vez, el gobierno de Estados Unidos replicó con la misma medida contra el embajador venezolano en ese país, Bernardo Álvarez, y colocando a responsables de los servicios de inteligencia civil y militar de Venezuela en sus listas de colaboradores con el narcotráfico internacional.

Chávez "inventa un golpe de Estado o un magnicidio cada vez que baja su popularidad, se siente acorralado o vienen elecciones. Ya van 11 magnicidios inventados", dijo Henry Ramos, secretario general del opositor partido Acción Democrática.

Los venezolanos están convocados a las urnas para el 23 de noviembre con el fin de elegir gobernadores estaduales y alcaldes de ciudades.

Encuestas indican que la oposición tiene posibilidades de ganar entre seis y nueve de las 22 gobernaciones en disputa, cuando en los últimos comicios, en 2004, sólo logró dos, mientras que puede llegar a más de 100 de las 328 alcaldías en juego, frente a menos de 30 que ahora tiene.

El partido socialcristiano Copei reclamó al gobierno "dejar el circo y dedicarse a resolver los problemas de los venezolanos", mientras que el ex candidato presidencial de la oposición en 2006, Manuel Rosales, dijo que "Chávez debe calmarse, (pues) va a salir de la presidencia a punta de (a fuerza de) votos".

En cambio, para Leopoldo Puchi, del centroizquierdista Movimiento al Socialismo, la actitud de la oposición frente a la denuncia fue equivocada.

"La oposición perdió la oportunidad de condenar el golpe y el magnicidio. Tomar el camino de negar los hechos, o del choteo a través de la burla, fue un error".

Pero también, según Puchi, "las denuncias de golpe y magnicidio perdieron impacto por la forma en la que se las presentó, a través del polémico programa de Mario Silva", consagrado a la crítica, incluso con lenguaje soez, de los medios opositores.

El alto mando militar confirmó que, aunque tenían informaciones sobre el complot, de sus detalles se enteraron a través del programa de Silva, y sus portavoces aseguraron que desde el punto de vista operacional podían proteger al mandatario de un atentado como el descrito en las conversaciones de Báez, Barroso y Millán.

Dirigentes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) convocaron concentraciones con cientos de partidarios en Caracas para expresar apoyo al presidente y allí subrayaron sus alegatos contra medios de comunicación.

"No dejaremos que le pase nada al presidente, pero si llegan a matarlo, velaremos su cuerpo en capilla ardiente, porque incendiaremos el país por los cuatro costados. A los enemigos, para que respeten, los vamos a quemar vivos", amenazó el alcalde de Caracas, Freddy Bernal.

"Yo te lo voy a decir desde aquí: tú, Ravell, estás metido en la conspiración. Yo te voy a buscar donde sea si algo le pasa a Chávez. Te voy a buscar, ten la certeza de eso. Y asumo mi responsabilidad", dijo por su parte Diosdado Cabello, teniente retirado del ejército y gobernador del estado de Miranda, al este de Caracas.

"Lo mismo Miguel Henrique Otero, al frente del periódico El Nacional. Los dueños de los medios son los que están dirigiendo la conspiración para asesinar al presidente", dijo Cabello entre sus enfervorizados partidarios. Se refería a Alberto Federico Ravell, director de la estación televisora de 24 horas de noticias Globovisión, así como al director y al propio El Nacional, dos de los medios que despacharon enviados especiales a Miami para seguir día a día el juicio por "la valija".

"Le restamos importancia a las amenazas de Cabello", dijo Ravell a IPS. "Él representa lo que se ha llamado chavismo sin Chávez, un movimiento que aspira llegar al poder cuando Chávez salga de la presidencia por cualquier motivo", apuntó.

"Nosotros aspiramos a que el presidente salga por la vía electoral. En Venezuela los golpistas no están en la oposición sino en el poder", agregó Ravell.

Con Ravell coincidió el diputado Luis Tascón, disidente del gobernante PSUV, quien dijo a IPS que "quienes se rasgan las vestiduras son los golpistas". "Un golpe o atentado contra Chávez no es posible realizarlo sin personas vinculadas al presidente", admitió.

Carlos Correa, de la organización no gubernamental sobre periodismo Espacio Público, señaló a IPS que "todo complot o intento de magnicidio es censurable, hágalo quien lo haga, pero precisamente por eso se requiere una investigación transparente".

"Sólo medios gubernamentales pueden acceder a las diligencias de los órganos jurisdiccionales en relación a este caso, lo que no habla bien de la transparencia, y además vemos que la lógica de la denuncia es seguida por otra, que es la de la imbricación y criminalización de los medios de comunicación", añadió Correa.

Finalmente, el tema del magnicidio se desbordó hacia el exterior, una vez que el ex vicepresidente José Vicente Rangel sostuvo que el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, y otros dirigentes del vecino país conspiran contra Venezuela.

Santos "se reúne frecuentemente con políticos de oposición y militares venezolanos retirados", dijo Rangel. También la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), "no cesa un día de conspirar contra el presidente Chávez", agregó.

En Colombia, Fernando Londoño, ex ministro del Interior del presidente Álvaro Uribe, dijo que "hay circos que divierten por su calidad, y otros de puro ridículos". "Suponer que el director de Globovisión pueda matar a Chávez es una fanfarronada, pero puede ser una advertencia. Un tirano amenazado de elecciones es una fiera fuera de la jaula", dijo.

El toque de humor lo puso el presentador de televisión peruano Jaime Bayly, señalado por el embajador venezolano en la Organización de Estados Americanos, Roy Chaderton, de ser parte de la madeja mediática internacional que conspira para matar a Chávez.

"Yo no me hallo en esas conspiraciones de magnicidio, o minicidio", replicó Bayly en uno de sus programas, "pero no por razones morales, sino por falta de tiempo".

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