El mundo ve en los talibanes fieros combatientes que han lanzado una nueva ola de violencia en Afganistán y en la vecina Pakistán, que incluye devastadores ataques suicidas, el más reciente de ellos contra el Hotel Marriot en Islamabad.
Pero no todos los talibanes llevan armas. En seminarios diseminados en el inquieto norte de Pakistán, muchos talibanes (estudiantes, en lengua pashtún) aprenden el Corán y juran por la paz.
"Sí, estoy orgulloso de ser un talibán, porque al serlo puedo estudiar el Corán y enseñar a otros", dijo Rahimdad, de 21 años, del seminario Darul Uloom Islamia en la aldea de Khairabad, ubicada en el distrito de Mardan, 120 kilómetros al norte de esta ciudad fronteriza.
Llegó hace un año, desde la provincia afgana de Herat, y su intención es regresar una vez que se gradúe. "No creo que los talibanes seamos terroristas. Buscamos difundir un mensaje de amor y fraternidad entre los pueblos del mundo", afirmó.
Su maestro religioso, Maulvi Zakirullah, también afgano, coincide en que estos estudiantes no son terroristas. "Estamos contra los asesinatos y de matar a los estadounidenses. Nuestro objetivo es divulgar el mensaje de amor entre personas de todas las religiones", dijo a IPS.
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La inteligencia militar de Pakistán formó apresuradamente una fuerza a la que llamó Talibán en 1994, destinada a reemplazar al corrupto y dividido gobierno de Kabul, explicó el analista político Jalid Jan.
La mayoría de los líderes del gobierno talibán eran graduados de seminarios de la Provincia de la Frontera Noroccidental de Pakistán. Impusieron su control sobre la mayor parte del territorio afgano, pero fueron desplazados por la invasión de 2001, encabezada por Estados Unidos.
Siete años más tarde, un resurgente Talibán desafía a los gobiernos de Afganistán y Pakistán.
Los talibanes de las escuelas religiosas paquistaníes dicen que la etiqueta de "terroristas" no se ajusta a la realidad.
"No entendemos por qué el gobierno llama talibanes a los combatientes. Ellos no lo son: nosotros somos los talibanes", aseguró Shumaila Bibi, de 19 años, cubierta de la cabeza a los pies por la tradicional burka.
La joven agregó que les enseñan a amar a la humanidad, con independencia de la religión, casta o estatus social.
"Condenamos el atentado contra el Hotel Marriot. La fe musulmana está en contra del asesinato. Los responsables rendirán cuentas el día del juicio" final, dijo Nawaz, un estudiante de 17 años que asiste al seminario de Kosar, cerca de Peshawar.
El senador Maulana Samiul Haq dirige el seminario religioso Darul Uloom Haqqania, el más grande de Pakistán. Afirmó que sus 3.500 estudiantes "son pacíficos y apolíticos. Que algunos de los graduados hayan sido altos funcionarios del gobierno talibán en Kabul es incidental".
También el ministro de Información de la Provincia de la Frontera Noroccidental, Iftikhar Hussain, defendió a los estudiantes.
"La actual crisis no es obra de los talibanes, sino de agencias de espionaje, que presentan a combatientes y a criminales como talibanes. Ellos no saben nada de armas. Están preocupados con sus estudios y exámenes", dijo a IPS.
Las comunidades locales también los apoyan. Les donan comida y ropa y los invitan a sus casas para las fiestas religiosas. Wali Shah, un estudiante universitario, señaló que los talibanes "juegan al fútbol, al cricket y otros deportes por las tardes. Mucha gente va a verlos".
Según datos del Departamento de Escuelas y Alfabetización, el año pasado había en el distrito de Dir 287 escuelas religiosas, con 8.421 estudiantes afganos y paquistaníes. La cantidad de centros de enseñanza religiosa en todo el país pasó de 245 en 1947 a 6.741 en 2007.
"Los talibanes son totalmente apolíticos. Ni siquiera escuchan las noticias, ni leen los diarios", afirmó Amjad Iqbal, de la no gubernamental Fundación para el Desarrollo de las Aldeas, con sede en el distrito de Bannu.
Agregó que los estudiantes también dan lecciones de religión a los niños en las mezquitas, por las que reciben un pago simbólico.
Saira Bibi, maestra en una escuela del distrito Swabi, que cuenta con 253 seminarios, dijo a IPS que la población local siente un gran respeto por los talibanes.
"Les damos comida, ropa, zapatos y dinero para buscar la bendición de Alá. Los talibanes son los mensajeros del Islam, los heraldos de la paz", afirmó.