FINANZAS-EUROPA: La crisis resalta desigualdades

La inestabilidad de los mercados financieros y la desaceleración de la economía mundial, consecuencias de la debacle bancaria estadounidense, han remarcado las desigualdades en el marco de la UE.

Por un lado, los altos ejecutivos de las empresas francesas han gozado un aumento de casi 60 por ciento en sus ingresos en 2007, por lo que frecuentemente exceden los nueve millones de dólares al año.

Por el otro, 43 millones de ciudadanos de la UE (Unión Europea) corren peligro de no poder pagar una comida que contenga suficientes proteínas esenciales todos los días. Parece ser el momento oportuno para introducir firmes regulaciones que prevengan comportamientos temerarios del sector financiero, opinan analistas.

El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, cuyo país ejerce hasta fin de año la presidencia rotativa de la UE, calificó esta semana de "alocadas" que las reglas por las que se rigieron los mercados mundiales durante muchos años.

En particular, apuntó contra las agencias de evaluación de riesgos financieros. No sólo Francia, sino también Alemania y la Comisión Europea, rama ejecutiva del bloque regional, las criticaron por su lentitud en advertir a los inversores sobre los peligros que los amenazaban tras el estallido en 2007 de la "burbuja inmobiliaria" especulativa en Estados Unidos.
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"Construyamos un capitalismo en el que esas agencias de evaluación estén sujetas a controles y sean sancionadas cuando resulte necesario, en el que la transparencia reemplace a la opacidad", dijo Sarkozy este martes ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.

"Actualmente, esa opacidad es tal que tenemos dificultades hasta para comprender lo que está ocurriendo", agregó.

Pero no todos los altos funcionarios de la UE están convencidos de la necesidad de introducir regulaciones en el mercado financiero.

Charlie McCreevy, comisario europeo a cargo de supervisar el funcionamiento del mercado único, optó por no intervenir en relación con los llamados fondos de cobertura ("hedge funds").

Estos fondos han sido utilizados por inversores adinerados para acumular enormes ganancias a través de la especulación. Entre sus cuestionadas prácticas figura la venta de acciones tomadas a préstamo de una compañía con la esperanza de poder recomprarla a un precio menor.

Aunque estos fondos ejercen una considerable influencia sobre los mercados, no están regulados en la forma en que otras instituciones, como los bancos, sí lo están. Cuando el año pasado Alemania propuso que sus operaciones se hicieran transparentes, tanto Estados Unidos como Gran Bretaña se opusieron.

McCreevy afirmó esta semana que esos fondos juegan un papel positivo. Argumentó que los bancos convencionales son más responsables por los problemas del sistema financiero internacional.

"Quiero ser claro. La economía europea necesitará inversiones masivas. Sin los fondos soberanos, las acciones de compañías privadas y otros instrumentos similares, la recuperación de la crisis actual será más lenta", aseguró.

Algunos miembros del Parlamento Europeo criticaron severamente los comentarios de McCreevy.

Proinsias de Rossa, del Partido Laborista irlandés, citó el ejemplo del multimillonario John Paulson, quien operó el más exitoso fondo de cobertura de Estados Unidos el año pasado "apostando" contra las hipotecas de alto riesgo que finalmente desataron la crisis.

Esta semana se supo que Paulson destinó 1.500 millones de dólares a una maniobra especulativa que buscaba el derrumbe del precio de las acciones de bancos británicos.

De Rossa señaló que si McCreevy no reconocía el daño causado a la economía por esas actividades debía "ser forzado a renunciar".

El eurodiputado francés Francis Wurtz señaló que Europa debería apoyar el llamado del presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, de establecer un impuesto internacional a los flujos de capitales.

Según Wurtz, los ministros de finanzas europeos "deben abandonar sus torres de marfil y mirar lo que le ocurre a la gente común, que está sufriendo para beneficio de los especuladores. Al apoyar a los mercados, están condenando a la gente y las sociedades a la desesperación".

Martin Schulz, jefe del bloque socialista en el Parlamento Europeo, dijo que "el capitalismo salvaje está amenazando a economías enteras. Lo que observamos no es sólo la bancarrota de algunas instituciones financieras, sino la quiebra de una filosofía económica".

Durante años "nos dijeron que sólo el capitalismo podía generar crecimiento. Este es el sistema que se está desplomando ahora", agregó.

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