Un lustro después de la muerte en combate del líder rebelde Jonas Savimbi, angoleños hacen negocios con portugueses a la velocidad vertiginosa que permite el crecimiento económico de dos dígitos anuales del mayor país luso-africano.
Hasta ahora, era la ex metrópoli la que sumaba jugosos lucros con las inmensas oportunidades ofrecidas por la reconstrucción de Angola, destruida por cuatro décadas de enfrentamientos armados, divididos entre la lucha por la independencia contra el ejército colonial portugués (1961-1974) y la guerra civil (1975-2002).
A más de seis años del comienzo de la paz en este flagelado país de África austral, con 17 millones de habitantes y un territorio de 1,25 millones de kilómetros cuadrados, comienza el "contraataque", invirtiendo una buena parte de las ganancias de su potente industria petrolera en diversos sectores de la economía y de las finanzas portuguesas.
Los campos de actividad de las inversiones angoleñas en Portugal van desde el petróleo, el sector bancario, las telecomunicaciones y los diamantes, hasta fincas de producción de los mundialmente famosos vinos de Oporto y de Douro, pasando por el campo inmobiliario, de producción de cementos y construcción civil, entre otros.
Tan sólo las ventas de petróleo en 2007 significaron para el Estado angoleño 18.800 millones de dólares de ingresos, controlados en su totalidad por la monopólica firma Sonangol, única concesionaria de la explotación y producción de combustibles.
Las compañías extranjeras presentes en la industria petrolera angoleña sólo pueden operar en asociación con Sonangol, empresa que controla la octava producción mundial de crudo y la primera de África, al haber superado a la de Nigeria en agosto.
A los "petrodólares" se une el dinero de los diamantes, de la cooperación internacional para la reconstrucción y el de los lucros por colocación de capitales en los sistemas "off-shore", es decir de manejo extraterritorial.
¿Qué hacer con tanto dinero? Invertir en Portugal es uno de los proyectos centrales llevados a buen puerto. Por razones económico-financieras principalmente, pero también por la fuerte presencia de la clase dirigente angoleña en los círculos empresariales lusos.
Entre estos, se destacan Isabel dos Santos, la hija mayor del presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, y la del general Manuel Hélder Vieira Dias Junior, "Kopelipa", el todopoderoso jefe de la Casa Militar de la presidencia, director del Cuerpo de Seguridad de Diamantes (CSD) y jefe del Servicio de Contraespionaje. Los grandes grupos económicos nacionales y el propio Estado portugués ven en la ex colonia africana una posibilidad para huir de la crisis, no sólo invirtiendo en Angola sino también dando la bienvenida al sentido opuesto.
Además de que "vivimos en una época de globalización, de economías abiertas, esto de atraer capitales angoleños es coherente con la propia historia de Portugal, que colonizó, pero aceptó ser colonizado por los territorios que otrora conquistó", comentó a IPS el empresario luso-angoleño Silvio de Paula.
"Cada vez me parece más acertada la célebre frase de Don Afonso de Albuquerque (1462-1515, virrey del imperio portugués de Oriente): el mestizaje, diccionario privilegiado de las civilizaciones, porque en Lisboa, donde vivo ahora, soy portugués de pura cepa, pero cuando aterrizo en África soy totalmente angoleño, pese lo claro de mi piel", añadió.
La explicación de De Paula responde a la consulta de IPS sobre el excesivo tono nacionalista de algunos sectores de la sociedad portuguesa, que no aceptan de buen grado la fuerte presencia angoleña en sectores claves de la economía.
Tampoco han faltado críticas de editorialistas de periódicos, en su inmensa mayoría ex ultraizquierdistas reciclados al neoliberalismo económico, que critican al gobierno del primer ministro socialista portugués José Sócrates por concertar acuerdos en el sector energético con Angola y con Venezuela, países que califican como "dictatoriales".
"Yo no voy a defender a Dos Santos ni a (el presidente de Venezuela, Hugo) Chávez, pero la verdad es que en sus países hay elecciones, mientras que esas mismas personas que escriben editoriales inflamados jamás han cuestionado negocios petroleros con las dictaduras monárquicas medievales de la península arábiga", recordó el empresario.
Las inversiones angoleñas en Portugal, descrito por Dos Santos durante una reciente visita de Sócrates como el país de "los amigos de siempre", corresponderán a la inversión portuguesa en Angola.
El ejemplo parte de Sonangol, descrita por los analistas Cesaltina Pinto, Clara Teixeira y Francisco Galope, del semanario luso Visão, "una empresa energética con 10.000 trabajadores que funciona como instrumento financiero del régimen.
La debilitada economía portuguesa aceptó de buen grado el año pasado que Sonangol se convirtiese en el primer accionista, al asumir el control de 10 por ciento del Banco Comercial Portugués (BCP), que este año pretende fijar su participación hasta el 20 por ciento.
Américo Amorim, conocido como "el rey del corcho" por controlar 67 por ciento del comercio mundial de la corteza de alcornoque, debido a su participación en Sonangol a través del 33,34 por ciento del control accionario en Galp, la petrolífera nacional, se convirtió en el hombre más rico de Portugal.
Negocios avalados por Manuel Domingos Vicente, presidente de Sonangol, que a inicios de este año anunció su intención de colocar el capital de la empresa en bolsas y cotarla en los mercados de capitales de Johannesburgo y de Nueva York antes de fines de 2010.
Antes, decidió comenzar el proyecto de internacionalización de Sonangol en Portugal, con la entrada en el BCP y en Galp. Sin embargo, impuso su veto a las pretensiones de Amorim de hacer entrar en la compañía energética portuguesa a los rusos de Gazprom, sin negar que lo hacia para no reducir su influencia en la empresa lusa.
Al mismo tiempo, Vicente anunció que Sonangol ya estableció acuerdos para la compra de 49 por ciento de los bancos portugueses instalados en Angola, que además del BCP, son el Banco do Espirito Santo (BES), el Banco Portugués de Inversiones (BPI) y la estatal con participación privada Caixa Geral de Depósitos (CGD).
Respecto del futuro, Angola anuncia también su interés en invertir en Portugal Telecom, en Electricidad de Portugal y la empresa de celulosa Portucel.
Isabel dos Santos, la joven empresaria que estudió en Portugal, al terminar la universidad y con el apoyo de su padre comenzó su vida empresarial mediante acuerdos con el grupo Amorim, el BES y Portugal Telecom.
La primogénita del presidente de Angola, después de menos de cinco años de actividad económica y financiera, tiene una vasta red de complicadas participación mediante acciones de su holding Geni, en sectores tan diversos como las telecomunicaciones, cementos e inmobiliarios.
El principal consejero de su padre, Vieira Dias "Kopelipa", invirtió por su parte en la región vitivinícola del río Douro (Duero), en el norte de Portugal, adquiriendo varios establecimientos vitivinícolas y de olivares para producir aceite y vinos añejados de alta calidad.
Sus actividades incluyen también una alianza con el empresario portugués Filipe Vilaça Berreiros Cardoso, con quien fundó la empresa Vieira Dias & Barreiros Cardoso, especializada en restauración y turismo.
El total del volumen de inversiones en Portugal del omnipotente general angoleño se estima en 10.000 millones de dólares, mientras en su país controla el grupo Media-Nova, cuya joya de la corona será TV Zimbo, que pretende ser el primer canal privado de televisión que trasmitirá en señal abierta.
Según estiman los tres citados analistas de Visão, "el mensaje es claro: Angola quiere recuperar el dominio de su economía".
La antigua colonia exige una relación de igual a igual. Por cada dólar invertido en Angola, otro dólar será invertido en Portugal.