CORRUPCIÓN-MÉXICO: El hilo se rompe por lo más delgado

Si se juzga por las últimas detenciones, los policías de bajo y mediano rango parecen ser los únicos funcionarios del Estado corruptos en México.

Pero observadores subrayan que la corrupción también pervive fuertemente en los altos niveles políticos, abonando la delincuencia.

"El hilo de las corruptelas se rompe ahora por lo más delgado. Sin embargo, éstos policías u otras autoridades que están siendo detenidas fueron nombradas por funcionarios de alto nivel, así que hay que llegar hasta ellos, donde persiste la impunidad", dijo a IPS Guillermo Zepeda, experto en seguridad del Centro de Investigación para el Desarrollo, Asociación Civil (Cidac).

Tres altos comandantes de la policía del sudoriental estado de Tabasco fueron detenidos el jueves pasado por su supuesta vinculación con bandas delictivas. Ese mismo día y por la misma razón, 100 policías fueron obligados a entregar las armas en el central estado de Aguascalientes, mientras que su unidad pasó a jurisdicción militar.

Entre los detenidos en Tabasco está el comandante Arturo Herrera. Su hermano, Javier, ex coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal, sostuvo que el arresto fue en represalia por sus propias denuncias de corrupción contra la Secretaría (ministerio) de Seguridad Pública.
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Javier Herrera, cesado del cargo en los primeros meses de este año, había acusado al secretario de Seguridad Pública, Genaro García, de nombrar mandos policiales sin experiencia, manejar su cargo con irresponsabilidad e incurrir en delitos de corrupción. Sin embargo, no vinculó al funcionario con bandas delictivas.

Mientras, autoridades de la capital informaron este lunes que detuvieron a Sergio Ortiz, otrora jefe policial, por su presunta responsabilidad en el secuestro y asesinato de un hijo adolescente del empresario Alejandro Martí.

La muerte de este joven, que se sumó a otros sonados casos de violencia, generó una ola de indignación popular que se expresó en marchas contra la inseguridad el 30 de agosto.

"Se está actuando. Pero esperemos que esas acciones apunten también hacia arriba del sistema político, donde la corrupción existe sin duda", expresó Zepeda.

En fecha próxima, el gobierno del presidente Felipe Calderón hará acusaciones importantes y se detendrá a un "pez gordo" ubicado en los círculos del poder político, confió a IPS un miembro del oficialista Partido Acción Nacional (PAN).

"Hay que tener paciencia. En esto no puede haber apresuramientos", señaló el político que prefirió no dar su nombre.

Las detenciones de algún secretario de Estado, gobernadores, jueces o legisladores por actos de corrupción en México son hechos que casi nunca suceden.

Uno de los pocos que permanece detenido desde 2001 es Mario Villanueva, gobernador entre 1993 y 1999 del estado caribeño de Quintana Roo y miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Más de 20 testigos lo señalan como protector del llamado cartel de Juárez.

"En las altas esferas nadie parece tener relaciones oscuras o culpas, pero eso resulta increíble en un país donde la corrupción sigue estando presente en toda la sociedad", dijo a IPS el politólogo Alejandro Córdova, de la Universidad Nacional Autónoma.

Según el capítulo mexicano de la organización Transparencia Internacional (TI), en este país se cometieron el año pasado casi 200 millones de actos de corrupción con los servicios públicos, entre los que destacan los sobornos a policías para evitar infracciones.

Se trata de una proyección sobre la base de encuestas a cerca de 15.000 personas. TI calcula que, el año pasado, los mexicanos pagaron en diversos actos de corrupción más de 2.700 millones de dólares.

Hace casi dos décadas, el escritor brasileño-estadounidense Alan Riding señaló, luego de trabajar en México y conocer su sistema político, que la corrupción es el aceite que permite el funcionamiento de la sociedad en este país.

La frase molestó sobremanera a los gobernantes del PRI —partido que en 2000 dejó la presidencia por primera vez en 71 años—, pero nunca lograron desmentirla. Los gobiernos de Vicente Fox (2000-2006) y Calderón, del PAN, prometieron extirpar la corrupción, pero tampoco lo han logrado.

La corrupción y la criminalidad persisten al cambio de presidentes, gobernadores y alcaldes. "No queremos aprender la lección: no es cuestión de personas, es de instituciones, es de estructuras", afirmó el portavoz de TI en México, Federico Reyes Heroles.

Para Zepeda, del CIDAC, la corrupción cotidiana es "el caldo de cultivo de la delincuencia".

"De la corrupción pequeña, que siempre es un acto de deshonestidad, se escala a lo grande, que es el crimen y la violencia", dijo.

Datos oficiales indican que se cometen cada hora en México un promedio de 256 delitos, 98 por ciento de los cuales quedan impunes por la ineficacia de policías, de investigadores o de jueces, y porque sólo un ínfimo porcentaje de las víctimas se anima a presentar la denuncia.

Según los últimos datos, en México hay 412.000 policías repartidos en 1.600 cuerpos, cada cual con un mando propio. Casi la mitad de los agentes apenas terminaron la educación secundaria.

Para hacer frente al violento narcotráfico, al que se le atribuye los actos más violentos, Calderón desplazó a miles de militares y policías federales a diferentes estados.

Sin embargo, datos de la propia Procuraduría (fiscalía) General indican que la estrategia no logró disminuir el tráfico de drogas. Por el contrario, aumentó 24 por ciento en promedio en sus diferentes modalidades —transporte, producción y posesión— durante la gestión de Calderón, iniciada en diciembre de 2006.

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