BIRMANIA: Bomba de humo electoral libera presos políticos

El gobierno militar de Birmania anunció el comienzo de una nueva era con la liberación de más de 9.000 presos políticos esta semana, incluidos varios dirigentes clave.

La liberación el martes parece enmarcarse en el contexto de las elecciones previstas por el régimen para 2010.

También parece coincidir con el aniversario de la brutal represión del año pasado contra la manifestación encabezada por monjes budistas en la meridional ciudad de Rangún, que dejó cientos de personas muertas y muchas más heridas.

En la que se conoció como Revolución Saffron, soldados y policías golpearon y dispararon contra los participantes de las manifestaciones del 26 y 27 de septiembre del año pasado contra el gobierno, motivadas por la disparada del precio del petróleo el 15 de agosto.

"El régimen nunca hace nada que no forme parte de un plan más amplio", dijo a IPS el analista independiente Win Min, residente de la septentrional ciudad tailandesa de Chiang Mai.
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"La liberación de presos políticos quizá marque el comienzo del proceso de preparación de las elecciones a realizarse dentro de dos años. El régimen sabe que debe buscar la forma de controlar el resultado sin parecer demasiado draconiano", indicó.

Los comicios, que forman parte de la hoja de ruta del país hacia una "democracia floreciente y disciplinada", están previstos para la primera mitad de 2010, según fuentes militares birmanas.

Birmania es gobernada por militares desde marzo de 1962.

Por ahora no hay información concreta sobre qué partidos podrán presentar candidatos ni si la agrupación Liga Nacional por la Democracia (LND), de la líder y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, podrá registrar los suyos.

La liberación de presos políticos fue una sorpresa total, señalaron diplomáticos y otros residentes de Rangún. Entre los liberados se encuentra el detenido con más años tras las rejas, el periodista y activista político Win Tin.

También fueron puestos en libertad el martes otros cuatro destacados ex legisladores del LND.

Pero la líder Suu Kyi sigue en detención domiciliaria en su residencia de Rangún, dónde ha permanecido más de 13 de los últimos 19 años y no hay indicios de que la medida vaya a ser levantada en breve lapso.

"Sólo estaré contento cuando todos los presos políticos, incluida Aung San Suu Kyi, estén libres", declaró a la prensa Win Tin tras salir de la cárcel.

Otros dos miembros de la LND fueron liberados junto con sus otros cinco compañeros. Uno de ellos fue Win Htain, asistente privado de Suu Kyi antes de ser detenido en 1996, cuando fue condenado a 12 años de prisión.

"La liberación de esos presos políticos, en especial los más cercanos a Suu Kyi, debe entenderse como un gesto de la Junta hacia la líder pro democrática", dijo a IPS un diplomático asiático residente de Rangún. "No es una oferta de diálogo, pero puede indicar un alivio de la política de mano dura del régimen hacia la LND y su líder."

Win Tin fue un estrecho colaborador de Suu Kyi y contribuyó a la fundación de la LND en 1988. Fue detenido el 4 de julio del año siguiente, pocos días antes que ella.

Fue sentenciado primero a 14 años de prisión por un tribunal militar como presunto miembro del proscrito Partido Comunista de Birmania. En 1996, lo condenaron a otros siete años por escribir a la Organización de las Naciones Unidas informando sobre las condiciones de detención y por redactar y difundir panfletos contra el gobierno dentro de la cárcel.

Editor, periodista y poeta desde hace años, Win Tin se negó a ser silenciado por la prisión.

"Escribía poemas en las paredes de su celda con una tinta hecha de polvo de ladrillo y agua", relató Zin Linn, ex preso político y estrecho colaborador suyo.

Tras su liberación, Win Tin juró seguir luchando hasta que Birmania fuera un país democrático. "Seguiré peleando para que haya democracia en mi país", dijo a los periodistas fuera de su casa en Rangún.

La comunidad internacional aplaudió la liberación de presos políticos, en especial la de Win Tin.

Pero la mayoría de los analistas y diplomáticos de Rangún no creen que sea el inicio de una amnistía generalizada.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres, estima que aún hay más de 2.100 presos políticos consumiéndose tras las rejas.

"La liberación de Win Tin y sus compañeros son de las mejores noticias que se conocen de ese país desde hace muchísimo tiempo, pero por desgracia representan menos de uno por ciento de todos los presos políticos", dijo Benjamin Zawazki, de Amnistía, en entrevista telefónica desde Londres.

"Esa gente nunca debió estar presa. Todavía quedan muchísimos más en prisión", subrayó.

El régimen anunció por los medios estatales de prensa que miles de presos serían liberados con vistas a las próximas elecciones en función de su buen comportamiento y para permitirle trabajar para el país.

La junta gobernante suele liberar convictos para conmemorar ocasiones importantes, como el Día de las Fuerzas Armadas o la fecha patria, pero suelen ser delincuentes menores y, a veces, unos cuantos presos políticos.

El actual líder birmano general Than Shwe recurre a la liberación masiva de presos políticos como forma imagen de cambio.

Más de 20.000 convictos, incluidos cientos de presos políticos, fueron liberados a lo largo de varios meses en 1992 para conmemorar el inicio de su jefatura de Estado y del proceso constitucional, con la preparación de la Convención Nacional.

Luego, en noviembre de 2004, tras la expulsión del jefe de inteligencia militar y ex primer ministro general Khin Nyunt, más de 10.000 prisioneros fueron liberados, incluidos muchos de la llamada "generación de estudiantes del 88", entre ellos Min Ko Naing, Ko Ko Gyi y otros, que permanecieron 14 años en la cárcel.

Pero volvieron a ser detenidos el año pasado tras la Revolución Saffron.

Es posible que en las próximas semanas se produzcan cambios en el escenario político en el marco de los preparativos electorales, pero en su mayoría superficiales. El régimen ya comenzó a hablar de sí mismo como de autoridad de transición.

El ministro de Información, Kyaw Hsan, dijo al enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, en una reunión que mantuvieron el mes pasado en Rangún, que el gobierno de transición "se opondría y eliminaría a todos los que intentaran poner en peligro o dañar la Constitución".

Eso sólo puede entenderse como una señal de que la junta seguirá reprimiendo sin piedad a la oposición.

"El ejército no volverá a cometer el mismo ‘error’ de 1990, cuando permitió elecciones parlamentarias libres y justas", en las que ganó la LND, dijo Win Min a IPS.

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