El gobierno de Australia reiteró su negativa a vender uranio a países que no firmaron el Tratado de No Proliferación Nuclear, como India, que forja con Estados Unidos acuerdos de cooperación en la materia.
Esa decisión parece contradictoria con la de avalar el apoyo del Grupo de Proveedores Nucleares al acuerdo bilateral. El Grupo, conocido por sus siglas en inglés NSG, está integrado por 45 países exportadores de estos insumos que declaran interés en frenar la proliferación de armas atómicas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Stephen Smith, aplaudió la decisión del NSG de autorizar el acuerdo nuclear con fines civiles entre Estados Unidos e India.
El NSG, del que Australia forma parte, autorizó el día 6 a India a importar tecnología y combustible nuclear de Estados Unidos si el Congreso legislativo de ese país ratifica el acuerdo.
El gobierno de George W. Bush quiere que los legisladores ratifiquen rápidamente el convenio de cooperación atómica, antes de que se vuelquen de lleno a la campaña para las elecciones presidenciales del próximo 4 de noviembre.
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De todas formas, aclaró el canciller Smith, "nuestra política histórica es que no exportamos uranio a un país que no se sumó al Tratado de no Proliferación Nuclear". Según diversas estimaciones, Australia tiene 40 por ciento de las reservas mundiales de ese metal.
Aunque la posición de Canberra aparece contradictoria a primera vista, analistas señalan que la importancia del acuerdo entre Washington y Nueva Dehli trasciende la cuestión nuclear.
"Se trata, fundamentalmente, de aceptar a India como una potencia y el reconocimiento de Estados Unidos de esa realidad", dijo Robert Ayson, director de estudios de estrategia y programas de defensa de la Universidad Nacional de Australia.
"El hecho de que Canberra no se haya opuesto a la autorización del acuerdo por parte del NSG debe ser interpretado como un apoyo del gobierno a la política de Estados Unidos de recibir a India en el ámbito de las potencias", agregó.
Smith declaró a la prensa que mientras por un lado "buena parte de la industria nuclear india queda bajo la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica", el gobierno laborista australiano es conciente de la importancia estratégica del acuerdo entre Washington y Nueva Delhi, con vistas a garantizar la no proliferación.
Este año, los el Partido Laborista cumplió una promesa de la campaña rumbo a las elecciones de noviembre pasado de dejar sin efecto un acuerdo para vender uranio a India, concretado durante el mandato del conservador John Howard (1996-2007).
Ayson señaló que el apoyo al convenio entre Washington y Nueva Delhi del actual primer ministro, Kevin Rudd, demuestra su respaldo a India como nuevo actor de importancia en la escena mundial, pero al mismo tiempo avala el papel de Estados Unidos para ayudar a la nación asiática a ocupar esa posición.
"Una de las razones por las que los estadounidenses quieren hacerlo es para contrabalancear a China", agregó.
Sin embargo, Ayson reconoció que la negativa australiana a vender uranio a India podría afectar las relaciones entre ambos países, "que no han sido siempre fáciles para sostener un progreso en las mismas".
"Si se trata de un 'no' permanente, el vínculo bilateral se verá afectado", señaló.
No está claro qué puede ocurrir. El senador australiano Scott Ludlam, del Partido Verde, que controla cinco de las 76 bancas de la cámara alta, cuestionó el apoyo del gobierno al acuerdo y afirmó que India puede acceder al uranio australiano a través de un tercer país.
"El gobierno de Rudd le dice al público que no venderá combustible nuclear a India, pero el acuerdo entre Washington y Nueva Delhi, apoyado por el NSG, le permite a ese país acceder a tecnología y materiales atómicos. Australia no necesita venderles uranio en forma directa. Les llegará por otra vía", dijo.
Aunque las autoridades australianas dicen que eso sólo podría ocurrir con su consentimiento, los analistas ponen en duda esa afirmación.
"Australia no vende uranio directamente a Taiwán, por su política de reconocer sólo a China, pero el uranio australiano llega allí a través de Estados Unidos, ya que tenemos con Washington un acuerdo que lo permite", señaló Ayson.
A pesar de la posición de Canberra a favor de la no proliferación, el experto tiene dudas sobre la continuidad en el tiempo de la negativa de vender uranio a India.
"No deberíamos descartar la posibilidad de que este enfoque sea modificado en el mediano o largo plazo", advirtió Ayson.