Las fuerzas de paz de la ONU dan a soldados de países de Asia meridional la posibilidad de ganar, por un tiempo, un salario mucho mayor del que reciben en sus países. Y también podrían servir para disuadirlos de violar los derechos humanos en sus países.
Países de esta región figuran entre los principales contribuyentes a las 17 misiones de paz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), en las que participan, en total, 110.000 soldados.
La prensa ha investigado en los últimos años informes sobre una supuestamente elevada criminalidad entre los cascos azules, acusados de delitos tan variados como el tráfico de oro y armas y la explotación sexual de mujeres y niños.
Al mismo tiempo, los informes insinúan que las investigaciones están detenidas para no desalentar a los gobiernos de los países que aportan gran cantidad de soldados a las misiones.
También desalentó o minimizó los efectos, en cierta forma, de los desbordes militares en materia política y de derechos humanos, lo cual ha sido notorio en Bangladesh y en Nepal, según expertos consultados.
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La política de "tolerancia cero" a los abusos a manos de las tropas que contrata la ONU tuvo el efecto de inspirar a las autoridades de los países que los aportan a estrechar los controles sobre sus fuerzas armadas.
"La actuación en el exterior desalentó al ejército de Bangladesh de entrometerse aun más en la política nacional", dijo a IPS C. R. Abrar, profesor de la Universidad de Dhaka. "Creo que lo pensarían dos o tres veces antes de embarcarse en un aventurerismo."
Bangladesh tiene una larga historia de golpes militares. El último fue hace poco, en enero de 2007, cuando se impuso el estado de emergencia, se suspendieron las elecciones y se instaló un gobierno de transición con apoyo de donantes occidentales.
Pero las fuerzas armadas no tomaron el poder directamente, lo cual es considerado un fenómeno excepcional, dados los antecedentes.
Asia meridional contribuye con 43 por ciento de las tropas de la ONU, según datos del año pasado. Pakistán estaba al frente de la lista, con 10.173, seguido por Bangladesh, con 9.675, India, con 9.471, y Nepal, con 3.628.
La ONU entrega a los gobiernos 100 dólares mensuales por cada miembro de las fuerzas de paz, 68 de equipo e indumentaria y cinco dólares para armamento personal, entre otras asignaciones.
Los suboficiales reciben 303 dólares mensuales más como bonificación, y los oficiales, 2.200.
Para la mayoría de los militares del Sur en desarrollo, es la oportunidad de ahorrar para toda la vida. Se calcula que a Bangladesh ingresan cada año 200 millones de dólares gracias a las misiones de paz.
Los gobiernos nacionales reciben la totalidad del dinero dirigido a sus uniformados, determinan cuánto cobrará cada uno y lo distribuyen. En Nepal, la cuestión es objeto de una demanda por salarios no pagados presentada por militares ante la Corte Suprema de Justicia.
También la ONU les debe dinero. Los atrasos en su desembolso a los gobiernos han llegado en ocasiones a cientos de millones de dólares.
Aun así, los ejércitos de Asia meridional mantienen sus tropas en conflictivas zonas y permiten así que la ONU continúe cumpliendo su rol pacificador.
Organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales advirtieron que, por esa razón, la ONU se abstuvo de prestar mucha atención a las crisis políticas que se registraron en Bangladesh y en Nepal en los últimos años.
"Existe evidencia creíble según la cual las fuerzas armadas obtuvo ciertas garantías de la Secretaría General de la ONU antes de su respaldo al 'golpe' de 2007", afirmó el periodista Afsan Choudhury.
"En esos tiempos había insistentes versiones sobre la creciente anarquía, y los diplomáticos occidentales temían que (la red extremista) Al Qaeda se aprovechara de la turbulenta situación", agregó.
Hubo una intensa actividad para convencer al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el mecanismo acordado, según Chowdhury, fue el que predominó: la instalación de un gobierno civil de transición apoyado por las fuerzas armadas.
Pero antes, en 2006, la Comisión Asiática de Derechos Humanos había pedido al jefe de las misiones de paz de la ONU, Jean Marie Ghehnno, no recurrir a los cascos azules de Bangladesh por los abusos cometidos en este país en una campaña contra la criminalidad urbana.
En 2006, el entonces representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Nepal, Ian Martin, pidió al foro mundial excluir a soldados nepaleses acusados de abusos.
"Las fuerzas de seguridad de Nepal deben ser llamados a la responsabilidad por violaciones a manos de miembros suyos, que deben ser excluidos de las misiones de mantenimiento de la paz", sostuvo Martin.
El gobierno de Nepal estuvo envuelto durante 10 años en una sangrienta guerra civil. En 2004 y 2005, fue el país con mayor cantidad de desapariciones forzadas.
Luego del golpe de Estado encabezado por el entonces rey Gyanendra en 2005, la entonces Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Louise Arbour, informó sobre el abuso de fuerza contra manifestantes a la oficina a cargo de las misiones de paz de la ONU.
¿Es posible tener "tolerancia cero" en el extranjero sin "tolerancia cero" en casa? El activista indio Gautam Navlakha dijo que las políticas de la ONU pueden tener "algún efecto disuasivo sobre pequeñas naciones" como Bangladesh o Nepal, "pero no tiene impacto sobre India o Pakistán".