Autoridades y políticos de México han exacerbado su discurso ante resonantes hechos de sangre y se escucha decir que los secuestradores merecen pena de muerte o al menos cadena perpetua, mientras muchos ciudadanos piden aplicar torturas. El escenario se pinta de violencia, con la niñez en medio.
Casi 20 menores murieron en lo que va del año, la mayoría de ellos al quedar entre dos fuegos cruzados de narcotraficantes y policías en episodios que son parte de "la guerra", como llama el gobierno del conservador Felipe Calderón a su lucha contra el comercio ilegal de drogas.
También se registró en este mismo periodo la aplicación de torturas a dos adolescentes y el caso de una menor que fue usada como escudo humano por sicarios y en esa condición recibió varios impactos de bala.
Pero el caso que más conmocionó fue el secuestro y posterior asesinato del hijo de 14 años del conocido empresario Alejandro Martí, dueño de una próspera cadena de tiendas de ropa deportiva. El hallazgo del cadáver del joven, el 1 de este mes, fue la gota que derramó el vaso de la indignación contra la inseguridad.
En una encuesta telefónica realizada por la firma Ulises Beltrán y Asociados a 400 personas el 7 y 8 de este mes, 49 por ciento de los consultados indicaron que estaría de acuerdo con que se permita torturar a los secuestradores y 78 por ciento con imponerles la pena de muerte. Para el caso de violadores, 68 por ciento de los entrevistados se pronunciaron por castrarlos.
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"El contexto se vuelve cada vez más violento, y los menores sufren, tiene miedo, se confunden y algunos hasta mueren en medio de las balas o en las manos de los secuestradores, es indignante", dijo a IPS Gerardo Sauri, director de la no gubernamental Red por los Derechos de la Infancia de México.
"La cultura de la violencia se instala del lado de los delincuentes, del Estado y de la sociedad, pero nadie piensa en los menores, en los adultos del mañana", advirtió Sauri.
Grupos de la sociedad civil invitaron a realizar el próximo día 30 una marcha en la capital y otras ciudades para demandar seguridad. El activista opina que los menores podrían participar, pero primero sugiere que sus tutores o padres les expliquen y reflexionen juntos sobre la violencia reinante para rechazarla.
De los 104 millones de mexicanos, 31,3 millones tienen hasta 14 años de edad y 6,2 millones entre 15 y 17 años. La Red por los Derechos de la Infancia sostiene que 42,6 por ciento de los niños y niñas de este país viven en condiciones de pobreza.
Sauri alertó que al crecer en una cultura de violencia como la actual, muchos de los menores pueden transformarse en el futuro en delincuentes.
Pero no siempre hay que esperar a que crezcan. Estadísticas oficiales indican que muchos ya cayeron en las redes de la delincuencia.
A sus 17 años, Carlos Omar, alias "el Banda", fue detenido por la policía de la capital del país en mayo. El joven lideraba un grupo delictivo que cometió cuatro secuestros, robó 30 automóviles y mató a siete personas. Como este menor, medio millar son detenidos cada mes en esta urbe por diversos delitos.
La policía capitalina aprehendió el año pasado a 48.389 presuntos delincuentes, 5.806 de los cuales tenían menos de 18 años. Los menores fueron acusados de participar en robos en venta de droga, homicidios, violaciones, porte de arma de fuego, extorsiones y secuestros, entre otros ilícitos.
De los 111 secuestradores detenidos en la capital en 2007, ocho eran adolescentes. En los últimos cuatro años, en la capital se denunciaron 104 secuestros donde las víctimas eran menores.
Muchas son las causas por las que una persona se transforma en delincuente, pero una importante es desarrollarse en un contexto de violencia e impunidad ya sea externo o familiar, señaló el director de la no gubernamental Red por los Derechos de la Infancia de México, que reúne a 60 organizaciones de la sociedad civil que trabajan con menores.
Según diversos estudios, más de 90 por ciento de los delitos que se cometen en este país quedan impunes.
Según encuestas nacionales realizadas en 2003, un 28 por ciento de los y las estudiantes mexicanas adolescentes reportaron haber presenciado peleas entre sus padres o las personas adultas que vivían en su hogar. El 14 por ciento afirmó que esas disputas estaban relacionadas con el consumo de alcohol.
Así lo señala el estudio titulado "Creciendo en América del Norte: Salud y seguridad de la infancia en Canadá, Estados Unidos y México", realizado por la Red por los Derechos de la Infancia de México junto a la "Canadian Council on Social Development" y la Fundación Anni E. Casey, de Estados Unidos.
Este reporte, difundido el día 13, indica que tanto en Canadá como en México y Estados Unidos existe una marcada "preocupación acerca de la violencia presente en la sociedad actual, la seguridad de sus comunidades y el bienestar de sus niños y niñas".
Durante el gobierno de Calderón, iniciado en diciembre de 2006, se desplazó a miles de militares y policías a diferentes estados para combatir contra los narcotraficantes. En ese frente fueron asesinadas desde diciembre de 2006 a la fecha unas 4.790 personas, 500 de las cuales eran policías y militares.
Además, las autoridades reportaron 384 secuestros en 2007, pero la cifra podría llegar hasta 1.100 si se suman los casos no denunciados.