La Iglesia Católica es acusada de ayudar en la perpetuación de la pobreza en Filipinas por oponerse con intransigencia a los anticonceptivos que no sean «naturales», posición apoyada desde el propio gobierno.
La presidencia Gloria Macapagal-Arroyo, católica devota, se niega a dar su apoyo a un proyecto de ley sobre salud reproductiva a debate en el parlamento, mientras los líderes de esta iglesia, mayoritaria en Filipinas, convocan a la población a las calles para que lo rechacen.
Quince obispos encabezaron una manifestación a la que asistieron unas 12.000 personas el 25 de julio.
Presionando en sentido inverso, la prensa publicó numerosos artículos de opinión que le exigían a Macapagal-Arroyo tomar posición a favor del proyecto de ley.
Pero Arroyo no los complació. Lejos de aprobar el proyecto de salud reproductiva, el 28 de julio, en su discurso anual sobre el Estado de la Nación ante el parlamento se pronunció en directo por radio y televisión a favor de la "planificación familiar natural".
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"Promoviendo la planificación natural y la educación femenina redujimos la tasa de crecimiento de la población de 2,36 por ciento en los años 90, cuando se publicitaba el 'control artificial' y los anticonceptivos como sinónimo de planificación familiar, a 2,04", aseguró.
"Nuestra campaña despierta conciencia sobre la paternidad responsable y el espaciamiento entre nacimientos. Más parejas filipinas, que son en su mayoría católicas, deben saber sobre la planificación familiar natural", sentenció Arroyo.
Tres días antes, dirigiéndose a la manifestación, el arzobispo de Manila, Gaudencio Borbón Cardinal Rosales, había llamado a su feligresía a la disciplina y el autocontrol.
"Si hay disciplina en el lecho marital, hay disciplina en las calles, en las escuelas y en el gobierno", dijo el arzobispo.
En un artículo publicado en el periódico Malaya, el columnista Dahli Aspillera anotó: "Cuando un esposo filipino está en la cama con su esposa luego de llegar a casa frustrado, cansado y borracho, ella no tendrá la posibilidad de revisar su calendario para ver si es un mal día".
La Iglesia Católica sólo aprueba métodos anticonceptivos "naturales", que implican el control de la temperatura y los ciclos menstruales de la mujer para determinar su fertilidad día a día.
Pero la promoción de este método en escuelas católicas y desde el púlpito causó la aversión de métodos como los condones, que habría derivado en embarazos adolescentes. El aborto es delito en Filipinas.
El ex presidente Fidel Ramos (1992-1998), de religión protestante, había promovido la reducción del crecimiento demográfico del país para hacer frente a la pobreza.
"La política de población de este gobierno es defectuosa, por la sumisión de la presidenta a los obispos católicos", dijo Ramos a IPS.
"Alegar que quien recurre a mecanismos 'artificiales' de planificación familiar incurre en una conducta equivalente a un aborto es completamente equivocado. Deberíamos respetarlos a todos, porque se trata de proteger la calidad de vida de la familia filipina", agregó.
Ramos destacó que la concurrencia de niños y niñas a la escuela se redujo en los últimos cuatro años de 90 a 82 por ciento del total, porque el aumento de la población no pudo ser acompañado por la construcción de edificios adecuados.
"¿No sería lógico y razonable incluir el aumento de la población en la planificación nacional?", se preguntó.
El floreciente movimiento evangélico cristiano tiende a coincidir con Ramos. "La Biblia le ordena a la humanidad que se multiplique, pero también que cuide y proteja a toda la Creación", declaró la Junta del Consejo de Iglesias Evangélicas de Filipinas.
Cada día nacen en este país 5.800 bebés. A este ritmo, la población se disparará a 100 millones en apenas un lustro. El Consejo no tiene dudas que ese crecimiento influye sobre el aumento de la pobreza.
"No es preciso ser economista para saber que se necesitará más alimento, agua, viviendas, medicinas y otros recursos. El crecimiento demográfico sin control de estos años llevó a los pobres a volverse más pobres, alentó miles de abortos, innecesarias muertes maternas, abandono de niños. Cada vez más gente vive en las calles", expresó.
Al cabo de este año, la población filipina llegará a 90 millones de personas. En 2007, este país se ubicó en el puesto 90, luego de caer siete puestos, en el listado del Índice de Desarrollo Humano elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"No culpen al crecimiento poblacional de la pobreza. El problema es la desigualdad en el ingreso", sostuvo el sacerdote Francis Lucas, presidente de la Red de Medios Católicos. "¿Cuántas calorías de alimento y cuánta energía desperdician los ricos?"
Annabel, recepcionista de un medio de comunicación en Manila, tiene 35 años y es católica. "Luego de tener a mi quinto hijo, tomé la píldora y luego me administré inyectables", dijo a IPS.
"Si no puedo usar anticonceptivos tendré más hijos. El pecado sería tener más hijos sin poder mantenerlos", agregó Annabel.