MALASIA: Líder opositor se juega todo por el todo

El actual intento del líder de la oposición de Malasia, Anwar Ibrahim, de incorporarse al parlamento es, según él, la última batalla hacia un nuevo país sin discriminación racial.

"No es una elección cualquiera, es una batalla entre el viejo orden corrupto y la nueva Malasia sin razas ni discriminación y con equidad y justicia para todos sus ciudadanos", dijo a sus partidarios en un encuentro la semana pasada, refiriéndose a la próxima elección en el distrito de Permatang Pauh, bastión familiar del septentrional estado de Penang.

Ibrahim afrontará todo el peso del gobierno en esa circunscripción que quedó vacante tras la renuncia el viernes 1 de la titular Wan Azizah Ismail, su esposa y presidenta de su multirracial Partido por Justicia Popular (PJP).

Impertérrito ante las acusaciones de sodomía que pesan sobre él, Ibrahim sostiene que son una trampa.

Al igual que la de 1998, ésta es una trampa, según Ibrahim, montada por las autoridades contra su intento de atraer diputados de la coalición gobernante.
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Las acusaciones de sodomía formuladas en 1998 llevaron a Anwar, quien era viceprimer ministro desde 1993, a pasar seis años en prisión hasta que el máximo tribunal del país lo declaró inocente. Para entonces, su meteórica carrera política se había derrumbado.

Sin embargo, en los últimos años logró reconstruir su reputación y, con la promesa de "una nueva Malasia" logró ubicarse nuevamente en el umbral de la jefatura de gobierno.

El resultado de los comicios en esa circunscripción consolidará o destruirá su carrera, según numerosos analistas políticos.

La Comisión Electoral se reúne esta semana para fijar las nominaciones y la fecha, que será a fines de este mes o principios de septiembre.

"Es posible que la contienda signifique un punto de inflexión para que nuestra sociedad alcance equidad, justicia y democracia", sostuvo Wong Chin Huat, politólogo de la Universidad de Monash, en Kuala Lumpur.

"Se espera que Anwar obtenga un gran triunfo, pero todos estarán atentos a la mayoría que obtenga porque eso indicará qué grado de aceptación tiene su programa entre los votantes", explicó Wong.

Los malayos musulmanes constituyen 60 por ciento de los 27 millones de habitantes que tiene este país y gozan de políticas de discriminación positiva.

Los chinos, que representan 25 por ciento de la población, y los indios, ocho por ciento, son descendientes de inmigrantes.

El multirracial Partido por Justicia Popular (PJP) está aliado al prochino Partido por la Acción Democrática y el Partido Pan-Malayo Islámico.

Las elecciones locales se consideran cada vez más una batalla entre la "filosofía política y de inclusión social y cosmopolita" de Ibrahim versus la decadente ideología racial de la gobernante Organización Nacional de los Malayos Unidos (ONMU), a la cabeza de la coalición Frente Nacional.

No hay fecha para el acto electoral, pero ya empezó una dura campaña con acusaciones de ambos lados.

La ONMU se juega la carta del miedo señalando que Ibrahim traicionará los intereses de los malayos mediante la anulación de la Nueva Política Económica que brinda un trato preferencial a esa comunidad en materia de negocios y educación.

"Anwar es una persona ambiciosa dispuesta a entregar todo lo sagrado a los malayos con tal de convertirse en primer ministro", señaló Ezam Mohamad Noor, ex asesor de Ibrahim que se pasó a la ONMU.

Ibrahim triunfó por primera vez en ese distrito como representante del partido de gobierno en 1982. Con el correr de los años, luchó allí y ganó con facilidad hasta su detención en 1998.

Luego, su esposa encabezó la oposición y logró mantener el asiento en 1999, 2004 y en las elecciones generales del 8 de marzo de este año, en las que la oposición ganó cinco gobiernos estaduales y 82 escaños en el parlamento de 222 miembros.

Ibrahim aseguró a sus partidarios que habrá un cambio de gobierno antes del 16 de septiembre, una promesa que según los analistas es difícil de cumplir, pero sirve para mantener el optimismo.

"La acusación de sodomía seguramente será un asunto clave en los comicios locales", señaló un analista político que pidió reserva de su identidad.

"Anwar decidió hacer frente a la ciudadanía, plantearles el asunto y dejar que la gente decida su culpabilidad o inocencia mediante el resultado electoral".

Ibrahim declaró que su victoria propiciará su ambición de regresar al parlamento, promover las deserciones a fin de debilitar el gobierno y convertirse en primer ministro.

"Debo convertirme en primer ministro para empezar a implementar reformas verdaderas que el país necesita con urgencia", señaló.

Su declaración fue una respuesta a las medidas dispuestas por el primer ministro, Abdullah Badawi, a fin de limpiar el sistema judicial y la policía ante la oposición de sus propios compañeros de gabinete, y que Ibrahim consideró una "parodia".

Badawi, por su parte, alegó que "corromper y comprar" diputados del partido gobernante es inmoral y el peor tipo de corrupción.

Además advirtió a su contrincante que sobornar legisladores para que cambien de partido es un delito grave.

Pero Ibrahim desechó las acusaciones y respondió que los legisladores cambiaban de partido por afinidad con su programa de reformas.

Badawi sostiene que su programa de reforma social, contra la corrupción y a favor de la transparencia y la responsabilidad es firme, gradual y sostenido y que toda "usurpación de poder" desestabilizará al país, causará pánico y expulsará a los inversores extranjeros.

Ibrahim respondió que las reformas de Badawi están estancadas y que se necesita una nueva agenda política y económica para "salvar" al país.

"Nunca estuvimos tan mal", señaló Ibrahim en un acto de campaña el domingo. "La economía está a la deriva y el mundo se ríe de nosotros".

La policía culminó las investigaciones respecto de las acusaciones contra Ibrahim.

Resta que el procurador general decida si lo acusa de sodomía, un grave delito en éste país que se castiga con 20 años de prisión y azotes o si, por el contrario, desestima el caso.

"Me discriminan porque me atrevo a defender al pueblo y denunciar la corrupción. Ven que cuestiono un sistema corrupto", señaló Ibrahim.

Viejos líderes políticos declararon que los votantes del distrito de Permatang Pauh tienen una oportunidad histórica de incidir en el panorama político del país.

"La elección no se trata de una persona o una circunscripción, sino del futuro del pueblo malasio y de una nación", señaló el veterano legislador de la oposición Lim Kit Siang.

Los votantes de Permatang Pauh deben expresarse por todos los malasios y mostrar su disgusto con el deterioro de la política, la economía y la crisis en ciernes y enviar un mensaje claro e inequívoco de que la gente perdió confianza en los gobernantes", añadió.

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