JUEGOS OLÍMPICOS-CHINA: La obsesión del medallero

Hace 100 años, los atletas de China no tenían dinero ni gobierno para competir en los Juegos Olímpicos modernos. El emperador Guangxu ni se molestó en contestar la invitación del creador del torneo, el barón francés Pierre de Coubertin. La situación cambió mucho desde entonces.

Cuando las noticias sobre el dramático final de la maratón de los Juegos Olímpicos de Londres 1908 llegaron al Imperio del Medio, una revista de la potencia asiática preguntaba "cuándo podrá China organizar el torneo".

Este viernes, cuando se inauguren los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, los gobernantes comunistas alcanzarán la gloria por haber hecho posible un anhelo centenario.

Cuando los atletas olímpicos desfilen bajo el resplandor del rojo encendido de los fuegos artificiales en la ceremonia de apertura, el equipo chino será el más numeroso y, quizá, el más ambicioso de todos.

"La misión sagrada encomendada por el Partido Comunista es alcanzar la gloria olímpica para la patria", declaró el ministro de Deportes Liu Peng, al anunciar la integración del equipo. "Debemos cumplir nuestra responsabilidad histórica."
[related_articles]
Encumbrados líderes chinos exhortaron a los atletas a "alcanzar la gloria y ganar respeto" para la patria.

El equipo de 639 atletas, el mayor en la historia del país, no sólo debe obtener medallas de oro, sino también fortalecer la imagen de país internacionalmente y también dentro de sus aparentemente interminables fronteras.

Preocupados por problemas económicos, sociales y ambientales, el régimen ve en la conquista de medallas de oro una enorme oportunidad para fortalecer su legitimidad política en el ámbito nacional.

El triunfo deportivo es, para ellos, una forma de demostrar al mundo la llegada de una nueva superpotencia.

Tanto en el régimen como en el público predomina la convicción de que China debería encabezar el medallero, no sólo porque es la organizadora de los juegos, sino para recuperar el tiempo en el último siglo por guerras civiles y campañas políticas radicales.

"Nos iniciamos en el olimpismo mucho después que otros grandes países", observó Huang Zhi, técnico en calefacción y fanático del deporte.

"Imagina lo que podríamos haber hecho si hubiéramos tenido las mismas oportunidades que Estados Unidos. Aun así, nos modernizamos más rápido que muchos otros países y podemos obtener triunfos deportivos antes que ellos", remarcó.

La historia de los Juegos Olímpicos y este país es una "narración de la relación de China con el mundo exterior", sostuvo Susan Brownell, atleta estadounidense y autora del libro "Juegos de Beijing: Su significado para China".

El gran acontecimiento deportivo "oficia de redención colectiva por el sufrimiento nacional del pasado siglo", sostiene.

China creó en los años 50 una maquinaria deportiva similar a la impuesta por la hoy disuelta Unión Soviética, pero perdió ritmo en los siguientes decenios por el aislamiento diplomático del país.

Este país obtuvo su primera medalla de oro en 1984, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Sus logros deportivos se dispararon a partir de Sydney 2000.

Mediante el Proyecto 119, creado en 2000, las autoridades se propusieron impulsar la obtención de la mayor cantidad posible de medallas. Dinero, recursos humanos y talento fueron volcados para alcanzar la gloria nacionalista.

Hace cuatro años, en Atenas, China obtuvo 32 medallas de oro, la mayor cantidad detrás de Estados Unidos y su mayor triunfo en la historia olímpica.

Ahora que organiza los Juegos, las expectativas son aun mayores. Unas 1.300 millones de personas estarán pendientes y a la espera de encabezar el medallero.

"Tenemos un objetivo: figurar entre los primeros del medallero", declaró Zhang Haifeng, portavoz del equipo chino. "Logramos 32 medallas de oro en Atenas y esperamos mejorar en Beijing".

"No debemos ser complacientes ni dar nada por sentado hasta que nuestros bolsos no estén llenos de oro", declaró el ministro de Deportes Liu Peng.

Figuras del deporte olímpico chino como el pívot de la NBA (nombre de la liga estadounidense de basquetbol) Yao Ming, el campeón de vallas Liu Xiang y la multipremiada estrella de clavado Guo Jingjing no tuvieron descanso.

Liu Xiang, quien se hizo famoso en 2004 tras obtener la primera medalla de oro en atletismo masculino, parecía seguro. "Lo único que tengo que hacer en la pista es superarme a mí mismo", declaró a la prensa.

Pero también se filtraron comentarios acerca de la presión que sufren los atletas, del dolor y el estrés que revelan la presión del sistema de entrenamiento.

La maratonista Zhou Chunxiu reconoció el año pasado que "nunca había sentido tanta presión". "Organizar los Juegos Olímpicos significó una gran presión para nosotros", remarcó.

Obligados por un sistema estatal que subraya el sacrificio personal en pro de la gloria nacional, algunos atletas debieron competir con graves lesiones físicas.

La famosa especialista en clavado Hu Jia, a quien se le desprendió una retina tras obtener una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney 2004 y siguió entrenando con la otra lesionada, quedó fuera del actual equipo chino.

Analistas deportivos especularon que se la reemplazó por un atleta más joven, pues las autoridades la consideraron muy vieja.

En el ámbito local fue muy criticada la intención de China de obtener réditos políticos mediante triunfos deportivos.

La activista ambiental y autora Dai Qing sugirió que para este país la organización de los Juegos es un mero ejercicio de relaciones públicas.

"Los miles de millones volcados a la preparación y organización de los juegos debieron destinarse a ofrecer más instalaciones deportivas y oportunidades para la gente común", señaló.

"Después de todo, China es un país en desarrollo y sólo una pequeña porción de su población practica algún deporte", remarcó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe