Rusia pretende que el Consejo de Seguridad de la ONU permita a los líderes separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, hoy integradas en Georgia, participar en las negociaciones internacionales sobre el futuro de esos territorios.
Moscú reconoció esta semana la independencia de ambas jurisdicciones, que fueron objeto de un conflicto armado entre Rusia y Georgia este mes, laudado con la mediación de Francia el día 12.
Sin embargo, Estados Unidos y buena parte de Occidente advierten que Osetia del Sur y Abjasia deben ser considerados parte inalienable de Georgia.
Este jueves, el embajador de Rusia en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Vitaly Churkin, dijo ante el Consejo de Seguridad que "esta reunión no puede ser plenamente válida si no están representados Osetia del Sur y Abjasia.
La audiencia pública del Consejo fue convocada por su presidencia a instancias de Georgia.
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Churkin defendió el reconocimiento de la independencia de Abjasia y Ossetia del Sur, y reiteró que Rusia se vio obligada a hacerlo como consecuencia de lo que considera una ruptura del acuerdo por parte de Georgia.
Representantes de Estados Unidos y de la Unión Europea deploraron la decisión de Rusia, a la que acusaron de violar la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.
También reafirmaron su apoyo a Georgia, cuya integridad territorial dicen defender.
De todos modos, Rusia tuvo cierto éxito al lograr el apoyo de algunos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad procedentes del mundo en desarrollo. Indonesia y Sudáfrica, por ejemplo, coincidieron en que Georgia había violado el acuerdo promovido por Francia.
"Este acuerdo tenía una buena base", dijo el embajador sudafricano Dumisani Kumalo, quien, sin embargo, acotó que la situación se "complicó" porque los bandos en pugna no aceptaron plenamente los seis puntos que lo componen.
Kumalo también respaldó la propuesta rusa de incluir a los líderes separatistas de Osetia del Sur y Abjasia en las conversaciones.
Por su parte, Indonesia manifestó su frustración por el bloqueo de las gestiones diplomáticas, y aplaudió los esfuerzos que culminaron con el acuerdo de seis puntos.
De acuerdo con ese pacto, las fuerzas de Georgia se retirarían a bases militares permanentes, y las rusas detrás de la "línea vigente antes del inicio de las hostilidades", es decir, fuera de Osetia del Sur y de Abjasia.
Las fuerzas rusas se retiraron de Georgia, pero no de las regiones separatistas, pues espera que antes se procese en la comunidad internacional una discusión sobre la seguridad y la estabilidad de la zona.
En cambio, Georgia y sus poderosos aliados occidentales insisten en que Rusia se retire de todos los territorios disputados, una condición que Moscú no parece dispuesto a aceptar.
Georgia es un aliado clave de Occidente en la región del Cáucaso, zona de paso de energía rumbo a Europa y cruce estratégico hacia Medio Oriente, Irán, Afganistán, Rusia y Asia central.
Tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991, Osetia del Sur y Abjasia quedaron incluidas en Georgia, aunque entonces se sabía que el público de ambos territorios pretendía su reconocimiento como estados independientes.
La antigua constitución soviética preveía la secesión de sus repúblicas.
Rusia creó fuerzas de mantenimiento de la paz en ambas regiones en 1992 y en 1994, luego de incursiones militares ordenadas por Tiflis bajo la consigna "Georgia para los georgianos".
El presidente ruso Dimitri Medvedev dijo el martes, al reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, que su país apoyó la unidad de Georgia por 17 años.
Sin embargo, agregó, Moscú se vio obligado a cambiar de postura luego de que el gobierno georgiano lanzó una operación militar masiva en Osetia del Sur el 8 de este mes, la cual tuvo como consecuencia el desplazamiento de cientos de miles de personas y la muerte de centenares.
Informes sin confirmar indican que líderes abjasios y osetios están muy dispuestos a participar en deliberaciones del Consejo de Seguridad, pero que no lograron la visa par viajar a Estados Unidos en la embajada de ese país en Moscú.
China, el gigante del mundo en desarrollo y poseedora de facultad de veto sobre las decisiones del Consejo, no participó en la sesión de este jueves. "No tenemos quejas de nuestros colegas" chinos, dijo Churkin, consultado por la prensa.
Entre otras cosas, se considera la posibilidad de enviar observadores de la ONU al Cáucaso, "pero deberá haber más discusiones al respecto", afirmó el embajador ruso.
En cambio, un diplomático francés dijo a IPS: "No, no hay esperanzas de un avance en el corto plazo."