GEORGIA: Los ángulos de la agresión

El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvilli, se ha convertido en un líder incierto. En 2003 fue elogiado por conducir exitosamente la popular «Revolución Rosa», que lo catapultó al poder. Ahora recibe condenas internacionales por el ataque militar que ordenó en la región autónoma de Osetia del Sur.

Los enfrentamientos militares que dejaron muchos civiles muertos y a miles sin hogar ahora harán difícil integrar a Osetia del Sur con Georgia.

Pero Saakashvilli puede haber sido arrastrado por Rusia a esta crisis, que no ha terminado, pues en las últimas dos jornadas hubo insistentes denuncias de infracciones a un precario acuerdo de alto el fuego, conseguido con mediación francesa.

El conflicto comenzó cuando tropas georgianas intentaron tomar control de Osetia del Sur, área protegida por fuerzas rusas de mantenimiento de paz desde 1992.

Moscú respondió con una amplia operación militar con la que logró repeler a las fuerzas georgianas de la capital de Osetia, Tskhinvali, 100 kilómetros al noroeste de la capital de Georgia, Tiflis.
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Giorgi Kakulia, presidente de la Academia para la Paz y el Desarrollo, una institución no gubernamental dedicada a la investigación en Tiflis, cree que la causa principal del conflicto en Osetia del Sur es que Rusia quiso provocar y desestabilizar a Georgia.

"La razón para la escalada fueron los incesantes ataques contra aldeas georgianas por parte de Osetia. En las últimas dos semanas, el lado georgiano pidió varias veces a las fuerzas de paz rusas que intervinieron, pero ellos no hicieron nada, y no fue posible detener a los osetios sin atacarlos. Es por eso que el ejército georgiano ingresó en la zona del conflicto, a fin de detener la agresión y restablecer el orden constitucional en la región", dijo Kakulia a IPS.

Según este razonamiento, Rusia intentó así frenar los intentos georgianos de integrarse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que llevarían los límites de esa alianza militar occidental casi hasta la frontera rusa.

"En cuanto a Estados Unidos, ellos quieren tener acceso a territorio georgiano por diferentes razones. Una es el tránsito de petróleo y gas. Y, segundo, establecer una base militar para el ejército estadounidense en caso de un ataque contra Irán, y para ubicar radares o sistemas antimisiles", señaló.

Georgia se encuentra en el corazón del Cáucaso, territorio de un importante gasoducto que va de Asia a Europa y objeto de una batalla por la influencia regional entre Estados Unidos y Rusia.

Georgia está atrapada en una disputa cada vez más tensa con Rusia en torno a las dos regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur, que se escindieron de Tiflis tras la caída de la Unión Soviética, en 1991.

A comienzos de este año, el parlamento de Rusia aprobó por unanimidad una resolución que urgió al Kremlin a reconocer a esas dos regiones autónomas de Georgia. Moscú debería considerar acelerar ese reconocimiento de las regiones rebeldes como independientes si la pro occidental Georgia se encamina a unirse a la OTAN, alegaron los legisladores.

La resolución no vinculante de la Duma fue ampliamente considerada como una señal del Poder Legislativo al Ejecutivo de que Moscú podría echar mano a la autoproclamada independencia de la provincia autónoma serbia de Kosovo —a la que se opuso ferozmente— como precedente para reconocer a los separatistas que tiene más cerca.

Irina Bolgova, especialista en política soviética del Instituto Estatal de Moscú para las Relaciones Internacionales, opina que el despliegue militar georgiano en Osetia del Sur es legal porque la región es parte del estado de Georgia, pero el modo en que se efectuó la operación, con bombardeos contra civiles, podría considerarse un atentado a la paz. Las medidas militares de Moscú fueron una respuesta a la muerte de efectivos de paz rusos.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, dijo que la acción de su país se llevó a cabo de conformidad con el artículo 51 de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), según el cual esas acciones defensivas no requieren permiso del foro mundial para ajustarse al derecho internacional.

Tiko Tkeshelashvili, del Instituto del Cáucaso para la Paz, la Democracia y el Desarrollo, con sede en Tiflis, dijo a IPS que Georgia fue invadida por fuerzas militares rusas.

"Somos castigados por nuestra aspiración a volvernos parte de un mundo democrático; hoy nuestra opción hacia Occidente está amenazada. La agresión rusa es un desafío para la comunidad internacional, y cada minuto es crítico para las vidas de civiles inocentes", dijo Tkeshlashvili a IPS.

En una reunión en el Kremlin con el presidente francés Nicolas Sarkozy el martes, el presidente ruso Dimitri Medvédev dijo que las operaciones en Osetia del Sur han terminado porque lograron su principal objetivo: proteger a los efectivos de paz y a la población civil.

Medvedev señaló que Georgia había sido la agresora. Habló de más de 1.000 víctimas, decenas de miles de refugiados y destrucción masiva.

El líder ruso dijo que la única manera de salir de la crisis era la retirada de las fuerzas armadas georgianas de la zona del conflicto, y regresar a la negociación de paz y firmar un acuerdo obligatorio contra el uso de la fuerza.

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