EUROPA: Escudo de EEUU gana apoyo tras guerra en Georgia

El conflicto entre Rusia y Georgia aceleró la firma del polémico acuerdo entre Estados Unidos y Polonia para instalar un escudo de defensa antimisiles en Europa oriental.

Washington se propone instalar un radar en República Checa y construir un sistema antimisiles en Polonia a fin de proteger a Europa de posibles ataques de países hostiles de Medio Oriente.

La administración de George W. Bush ya había suscrito el tratado con el gobierno checo a principios de este verano boreal, pero aún debe ser ratificado por el parlamento.

El convenio con Varsovia fue firmado el 20 de este mes. Funcionarios polacos anunciaron que esperarían el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre antes de enviarlo al parlamento.

La ratificación de ambos acuerdos podría requerir un proceso complicado, en especial en República Checa, donde el apoyo parlamentario no está asegurado.
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Moscú cuestionó el acuerdo porque la base antimisiles polaca tendría alcance para controlar las operaciones militares en el territorio ruso europeo, afectando el equilibrio estratégico en el continente y promoviendo una carrera armamentista.

"Los rusos tienen un plan claro de respuesta al escudo antimisiles, no así al conflicto con Georgia. El asunto ahora es saber si endurecerá su postura tras el acuerdo con Polonia a la luz de la situación en Georgia", dijo a IPS el analista András Deák, especialista en asuntos rusos del Instituto Húngaro de Asuntos Internacionales, con sede en Budapest.

El 8 de este mes, el ejército georgiano intentó tomar el control de Osetia del Sur, independiente en los hechos desde 1992. Rusia, que tiene efectivos en esa provincia en el marco de una misión de paz, respondió con una ofensiva militar.

La misión de paz en esa región fue creada tras la guerra de 1992 y está conformada por efectivos de Rusia, Osetia del Sur, la rusa Osetia del Norte y Georgia, pero Tiflis alega que hay un desequilibrio en las fuerzas.

La ofensiva militar rusa en Georgia acercó a Estados Unidos y Polonia. El presidente ruso Dimitri Medvédev señaló que el acuerdo firmado en Varsovia atenta contra su país.

"A los ojos de Washington, el conflicto probó que Rusia no es un socio estable para Estados Unidos, y que sigue percibiendo el ambiente internacional como su área exclusiva de influencia", señaló el ministro de Defensa polaco Bogdan Klich poco después de sellar el acuerdo.

"Con seguridad se dieron cuenta de que Polonia necesita protección contra misiles de largo alcance, pero también contra mediano y corto alcance", apuntó Klich.

Para Moscú, el acuerdo entre Washington y Varsovia, que incluye el despliegue de misiles Patriot en territorio polaco, es una prueba de que el sistema será instalado en realidad contra Rusia, más que contra una hipotética amenaza de Medio Oriente.

La tensión suscitada por el acuerdo es la culminación de un año de negociaciones para que Rusia pudiera ejercer cierto control sobre la futura base.

La retórica de Washington demuestra que cada vez más percibe a Moscú como enemigo potencial, por lo que la viabilidad de las medidas para generar confianza está en duda.

Rusia anunció que respondería con "medidas asimétricas", aunque no reveló de qué tipo. Una posibilidad es construir infraestructura militar en su aliado Belarús, o en Kaliningrado, enclave ruso cerca de la frontera con Polonia.

"Será más que una respuesta simbólica, pero menos que una real", especuló Deák. "Recurrirá a una retórica dura, pero como de costumbre será difícil separarla de sus verdaderas acciones".

"No quieren correr una carrera armamentista con Estados Unidos, pero el conflicto con Georgia puede cambiar las cosas. Podrían ponerse más duros", dijo el analista a IPS.

Nacionalistas y sectores pro estadounidenses de Europa oriental condenaron el conflicto en Georgia, acusaron a Rusia de atacar en forma premeditada e insistieron en que Occidente no debe capitular ante Moscú.

Muchos sostienen que la "agresión rusa" no debe quedar sin respuesta, y que el escudo antimisiles es la mejor forma de demostrar que Occidente no tiene miedo.

Esa es la postura a la que de forma sorprendente adhirió la mayoría de la población polaca, que hasta ahora estaba en contra al escudo. Una encuesta realizada el 18 de este mes concluyó que 55 por ciento de los entrevistados se mostraron a favor y 44 por ciento en contra.

Para muchos, la ofensiva rusa en Georgia fue una prueba de que Moscú está dispuesto a incluso golpear objetivos militares occidentales si se siente rodeado.

Rusia subraya que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se comprometió en una declaración unilateral de 1999 a no desplegar armamento en nuevos estados miembros.

Mientras, funcionarios rusos estarían considerando la posibilidad de construir infraestructura militar en lugares cercanos a Estados Unidos, como Cuba o Venezuela, según versiones de prensa.

"No costaría mucho, pero no es seguro que el gobierno cubano acepte ni hay pruebas de que los países de América Latina vayan a cooperar. Pero es una posibilidad", sostuvo Deák.

"Hay una posibilidad cierta de que se agraven las relaciones. Estamos lejos de una guerra fría, pero con seguridad los vínculos están bastante helados", apuntó.

Dependerá mucho de cómo se resuelva la situación en Georgia, si hay una retirada rusa y un nuevo acuerdo de mantenimiento de paz, y de la capacidad de Occidente y de Moscú de separar sus desacuerdos varios y no verlos como parte de un conflicto general.

"El verdadero peligro para Rusia es que puede encontrarse en una situación de aislamiento absoluto", acotó Deák.

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