La crisis económica todavía no se ha declarado en España, pero ya presenta síntomas que preocupan al gobierno socialista y dan armas a sus adversarios, en especial a la principal fuerza de oposición, el centroderechista Partido Popular (PP).
Además del índice de inflación de 5,3 por ciento anual en julio, el más alto de los últimos 12 años, y de la baja en las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), hay evidencias ciertas en dos sectores económicos de primer nivel, como es el turismo y la construcción.
Pero también se aprecia una caída en el negocio de la prostitución que, si bien no influye en la marcha de la economía, si muestra la bajada de gastos de importantes sectores de la población.
La construcción, llamada en España "industria del ladrillo", ha caído notablemente, sobre todo en las costas del mar Mediterráneo, donde los turistas eran los principales compradores. Las nueve inmobiliarias más poderosas contaban en 2007 con más de 100 oficinas cada una, pero en la actualidad solamente tres de ellas las tienen.
Una de esas grandes empresas, Tecnocasa, pasó de tener 1.000 oficinas (o tiendas) a sólo 415, mientras que su competidora Don Piso cayó de 140 oficinas a 20.
La considerada mayor compañía intermediaria en la transacción de propiedades de todo el mundo, Coldwell Banker, estuvo instalada en España apenas dos años, ya que en julio decidió retirarse tras suspender las negociaciones para comprar una red inmobiliaria que había iniciado en 2006.
"Solamente entre marzo y agosto de este año cayeron cinco por ciento las ventas de productos de todo tipo" en los establecimientos comerciales, dijo a IPS Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC).
La caída se nota también en las inversiones de capital privado, que este año se calcula sumarán 3.000 millones de euros (unos 4.500 millones de dólares), lo cual equivale a una caída de 30 por ciento respecto de 2007, según José Martí Pellón, responsable de las estadísticas para la patronal del sector.
En el turismo, la caída se notó en julio, cuando habitualmente se registra el mayor número de turistas extranjeros.
En este año esa presencia extranjera retrocedió ocho por ciento sólo en julio, la mayor caída de los últimos 13 años y que afectó fundamentalmente a Cataluña y Andalucía, dos de las 17 comunidades autónomas que integran España y que tradicionalmente son las que más turistas atraen a sus playas del mar Mediterráneo.
Esa caída se notará sensiblemente en el PIB, ya que el turismo ha contribuido en las últimas dos décadas con 10 por ciento, el más alto por sector económico.
En el negocio de la prostitución, además de la merma en la actividad aparece una novedad como es la vuelta de españolas, ya que la mayor parte de las personas que se dedicaban a esa actividad eran hasta ahora extranjeras, procedentes en su mayor parte de América Latina y de Europa oriental.
Ahora no sólo han regresado las españolas sino que lo destacan en los anuncios publicitarios, con avisos pagos en periódicos en los que colocan su nombre y destacan que son "españolísima". Así se puede leer "madrileña guapísima", "bisexuales españoles", "española, delgadita, sensual", "española supersexo" y otros por el estilo.
Una investigación del diario madrileño El País recogió declaraciones de la propietaria de una "casa de masajes" (prostíbulo encubierto) en el centro de Barcelona, quien manifestó que "cada día más chicas nacionales se ofrecen ahora para trabajar".
Una de ellas, Laura, explicó que "hace años, las españolas podíamos trabajar de gogó (bailarina) de discoteca o de lo que hiciera falta, no necesitaban recurrir a esto, pero hoy la economía va muy mal".
Pilar Casas, directora de Amaranta, una fundación que atiende a mujeres excluidas, confirmó ese aumento de españolas y explicó que en la mayoría de los casos se trata de casi adolescentes con un panorama social y familiar muy desestructurado, "para las que hoy es muy difícil participar del sistema y de sus exigencias, más aún en una situación de crisis económica".
Ante esta situación, que algunos llaman de pre-crisis y para muchos es lisa y llanamente de crisis, María Dolores de Cospedal, portavoz del PP en el Congreso de Diputados, dijo este lunes que lo necesario ahora "es sacar a España de la crisis económica y no a Zapatero de su crisis política".
Con esa referencia al presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el PP alude a su afirmación de que no se están tomando medidas preventivas ni correctivas frente a la crisis.
Zapatero anticipó medidas que se dispone a adoptar en las próximas semanas, incluyendo la anulación de un impuesto que afecta a las pequeñas y medianas empresas y otras reformas que impulsen el desarrollo económico y amplíe la justicia social.
Su principal problema, el más inmediato, en septiembre, será lograr apoyos para que se apruebe el presupuesto general del Estado, que deberá presentar en el Congreso. Al carecer de mayoría absoluta tanto en la cámara alta (el Congreso de Diputados) como en el Senado, está obligado a pactar con otras fuerzas políticas.
Al no lograr apoyo del PP, no le queda otro remedio que pactar con partidos y coaliciones minoritarias, en su mayor parte gobernantes en algunas comunidades autónomas, por lo que exigen mayores fondos para ellas como compensación por su apoyo.
El diputado vasco José Ramón Beloki se refirió a ello diciendo que él, como miembro de la Comisión de Fomento del Congreso ha visto como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pedió cinco votaciones seguidas. Por ello le aconsejó que "hacer ejercicios espirituales en el verano y meditar sobre el futuro, en los próximos meses y en los próximos años".
Precisamente eso es lo que está haciendo Zapatero y la dirección del PSOE: meditar sobre el futuro, para lo cual presentarán propuestas en los primeros días de septiembre.