La IV Flota de Estados Unidos comenzó sus operaciones en aguas latinoamericanas con una misión humanitaria inaugurada en Nicaragua, a cargo de un gran buque de guerra que recorrerá seis países del Caribe, América Central y del Sur.
El buque anfibio USS Kearsarge de la IV Flota del Comando Sur de Estados Unidos ancló el 11 de agosto en la Costa Mosquitia de Nicaragua, sobre el mar Caribe, llevando a 1.600 personas, entre militares y personal estadounidense de salud pública y voluntarios de varios países, que permanecerán hasta el 25 de este mes.
Según el comodoro Frank Ponds, jefe de la misión humanitaria Promesa Continua, el propósito son labores de atención médica y reconstrucción de edificios e infraestructuras dañadas en septiembre de 2007 por el huracán Félix.
El buque está equipado para lanzar tres tipos de misiles y efectuar operaciones de asalto, traslado de fuerzas especiales, evacuación de tropas y de civiles. Contiene un moderno hospital flotante. Transporta varios tipos de helicópteros y aviones de combate, vehículos pesados, anfibios y camiones.
Botado en 1992, ha cumplido misiones en operaciones bélicas en República Democrática del Congo, Sierra Leona, Bosnia-Herzegovina y Kosovo. También tomó parte en operativos humanitarios en Turquía y en la guerra estadounidense contra Iraq.
[related_articles]
El mismo día en que ancló en Bilwi, cabecera departamental de Puerto Cabezas, en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN), el presidente sandinista Daniel Ortega criticó su presencia.
El buque "pertenece a la IV Flota. Esos médicos, esas enfermeras, esos paramédicos, esos especialistas que vienen en ese barco, no vienen con la intención de labor de inteligencia", dijo el mandatario en un recinto de la fuerza naval nicaragüense.
"Ellos vienen con la intención de prestar un servicio humanitario, pero para eso hay división de trabajo, y un barco como ese tiene todas las condiciones para que vengan los especialistas que están haciendo labor de inteligencia, mientras los otros hacen la labor humanitaria", aseveró.
"Le damos la bienvenida a la labor humanitaria, claro que no podemos darle la bienvenida a la labor de inteligencia", insistió.
La tripulación completa del USS Kearsarge se compone de 2.000 "marines" (infantes de marina) 1.100 marineros y 77 oficiales, según informa su sitio en Internet.
Además de los militares, viajan en el barco miembros del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, y de organizaciones no gubernamentales como Proyecto Esperanza y Operación Sonrisa, así como voluntarios civiles de Francia, España, Brasil, Holanda, Estados Unidos y Canadá.
En una conferencia de prensa ofrecida por Ponds, periodistas de medios extranjeros cuestionaron el uso de un barco de guerra para llevar a cabo acciones humanitarias en países como Nicaragua, que sufrió en los años 80 una guerra civil promovida y financiada por Washington.
"Yo no me meto en eso", contestó Ponds. "Estoy hablando sobre atención médica, cuidado dental, infraestructura, colegios y edificios que serán reconstruidos y restaurados, de eso estoy hablando", se defendió.
Este tipo de operaciones a gran escala están borrando la línea delgada entre misiones militares y misiones humanitarias civiles. Hay organizaciones que se rehúsan a trabajar con los militares, a pesar de su alto grado de organización y capacidad debido a esto, cuestionaron periodistas estadounidenses al jefe militar.
"¿Cómo se sostienen ustedes en ese filo entre misiones militares y misiones humanitarias? ¿Cómo piensan entrar a Nicaragua en este gran barco gris y cuadrado y no asustar a la gente?", interrogaron los periodistas.
"A las víctimas del tsunami (de 2004 en el océano Índico) no les importaba que fuésemos un gran barco gris o azul. Lo que les importaba era que traíamos ayuda humanitaria a un área de desastre, un área que había sido despedazada", respondió Ponds.
Según la oficina de prensa de la embajada de Estados Unidos en Managua, la misión Promesa Continua 2008 se desarrollará durante cuatro meses, pasando por Nicaragua, Panamá, Colombia, Trinidad y Tobago, Guyana y República Dominicana.
Hasta ahora, el personal ha efectuado 2.500 consultas médicas generales y casi 100 intervenciones quirúrgicas a integrantes de las comunidades indígenas nicaragüenses de Betania, Tuapi, Yulu y Bilwi, que quedaron muy afectadas por el desastre del Félix.
Las labores de reconstrucción incluyen puentes y edificios públicos, instalación de redes de agua y drenajes, bombas para pozos hídricos, donación de equipos médicos y útiles deportivos a jóvenes.
"Lo que veo es una gran misión de humanismo, no veo a nadie hurgando en nada, sino ayudando a la gente más necesitada", dijo a IPS la alcaldesa de Puerto Cabezas, Elizabeth Enríquez, quien recibió oficialmente a la delegación del USS Kearsarge.
El gobernador de la RAAN, Reynaldo Francis, comentó que el barco llegó gracias a la gestión local en busca de ayuda internacional.
"A través de nuestra gestión hoy contamos con la presencia grata de este equipo de ayuda humanitaria, y esperamos que sigan viniendo, y que vengan más", dijo.
El sábado 16, Ortega cambió en parte su opinión sobre la presencia de la nave. "Hay un barco de guerra en Bilwi, pero con ayuda médica, los barcos de los Estados Unidos están viniendo para ayudarle a la gente y hay que agradecerlo con sinceridad", dijo el mandatario.
Una fuente de la embajada de Estados Unidos dijo a IPS que se había extendido al presidente una invitación para visitar el USS Kearsarge, que todavía no ha sido contestada. IPS no pudo conseguir declaraciones de fuentes gubernamentales sobre este punto.
"Lo hemos invitado a otros eventos similares y no ha llegado, pero ha enviado a miembros de su gobierno", dijo la fuente diplomática, en referencia al buque hospital USS Comfort, que el año pasado estuvo la misma zona para atender a más de 5.000 personas tras el paso de Félix.
El líder indígena Osorno Coleman, candidato a alcalde por el opositor y derechista Partido Liberal Constitucionalista, "a Ortega no le han enseñado qué hacer cuando el enemigo le extiende la mano".
"Él dice muchas cosas malas de Estados Unidos y los descalifica, pero esta vez no supo qué hacer cuando su enemigo le extendió la mano, y ahora aparece agradecido dando la bienvenida", dijo.
La IV Flota fue creada por Estados Unidos en 1943 en plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945) para controlar el avance de Alemania y Japón hacia el océano Atlántico, pero en 1950 fue desactivada. Por eso sorprendió la determinación de reactivarla a fines de abril bajo la órbita del Comando Sur, con sede en Florida.
La escuadra está conformada por 11 naves de guerra. Según Thomas Shannon, subsecretario de Estado (vicecanciller) para Asuntos del Hemisferio Occidental, se dispuso reactivarla para dar respuesta a desastres naturales, realizar operaciones humanitarias, de asistencia médica, y también para combatir el narcotráfico y cooperar en temas ambientales y en tecnología.
Esta formación "no tiene capacidad ofensiva, ni portaaviones, ni barcos de guerra. Su buque más grande es un hospital", aseguró Shannon en declaraciones efectuadas en julio, cuando visitó Argentina.
Países como Brasil, Argentina y Venezuela han expresado su molestia con esta decisión y han advertido que los buques de la IV Flota no podrán ingresar a sus aguas territoriales.