«Entraron en el pueblo y juntaron a los campesinos, los torturaron para que dijeran quiénes eran terroristas y, como no hablaron nada, los mataron», relató el ex soldado José Contreras, uno de los responsables del asesinato de 69 personas en la sureña localidad peruana de Accomarca.
Más de dos décadas después de esta masacre, la justicia comenzó a detener a los soldados, como Contreras, que bajo el mando del entonces teniente Telmo Hurtado barrieron a sangre y fuego a Accomarca, matando a 16 hombres, 30 mujeres y 23 niños.
El también ex solado Francisco Marcañaupa contó, a su turno, que juntaron "a todos en una choza", sacando a algunos de ellos de "los matorrales" mientras otros escapaban". "No nos dispararon ni nos hicieron nada (y) de pronto vi al teniente Telmo Hurtado disparando, después lanzó una granada y empezó a salir humo de la choza".
Todavía queda una docena de ex soldados con órdenes de captura pendientes, responsabilizados por el brutal asesinato de campesinos del 14 de agosto de 1985 en la sudandina población de Accomarca, una de las mayores masacres registradas en el marco de lucha contra la insurgente organización maoísta Sendero Luminoso (1980-2000).
Todo indica que no se trató de la obra de un oficial que actuó por su cuenta y riesgo sino que el crimen era parte del objetivo de un operativo contrainsurgente aprobado por los superiores del teniente Hurtado. Por eso, una vez que se consumó la matanza, el ejército pretendió ocultar el hecho.
Contreras reveló que el plan incluyó no dejar sobrevivientes ni testigos. "El teniente Telmo Hurtado disparó para rematar a las víctimas", que "no estaban armadas, pero dijo que eran el apoyo de la subversión", testificó, según el registro judicial al cual tuvo acceso IPS.
"Después que Hurtado llevó a todas las personas a una casa, lanzó una granada. Pero como no se murieron todos, empezó a rematarlas con armas de fuego y ordenó que quemaran la casa", indicó.
"Es entonces que apareció una señora, a lo que el teniente ordenó dispararle, pero no la alcanzaron. Por su disposición, el sargento 'Managua' salió a buscar corriendo a la mujer. Le disparó dos tiros y falló. Con el tercer tiro le dio muerte", detalló. Se trataba de Juliana Baldeón García, una campesina de 80 años. No tuvieron reparos en asesinar ancianos ni niños.
También Contreras aseguró al tribunal que Hurtado "informó de todo lo acontecido al entonces mayor del ejército José Williams Zapata.
En el periodo que se perpetró el asesinato de Accomarca, Williams Zapata era el jefe de la Compañía Lince, a la que pertenecían las patrullas que dirigían los tenientes Hurtado y Juan Rivera Rondón.
Desde dicha posición, Williams Zapata fue parte de la elaboración del denominado "Plan Huancayocc", cuya meta era eliminar a los supuestos senderistas que se ocultaban en Accomarca.
Hurtado permanece detenido en Miami acusado de violar las leyes migratorias estadounidenses y pronto será deportado a Perú, mientras que Rivera Rondón fue enviado hace dos semanas a Lima extraditado desde Maryland, también en Estados Unidos, donde había sido apresado por el mismo delito que su camarada de armas.
En cambio, el ahora general retirado Williams Zapata ha recibido un trato deferente por parte del gobierno de Alan García, pese a que se encuentra bajo proceso judicial. El presidente lo designó representante de su país ante la Junta Interamericana de Defensa, con sede en Washington, aunque ese puesto lo debería ocupar un oficial en actividad.
"El teniente Hurtado nos dijo que Accomarca era una zona roja, que no nos debíamos perder de vista, porque si lo hacíamos salíamos muertos de ese lugar", explicó Marcañaupa al tribunal, "Nos dijo que esa zona la dominaba Sendero Luminoso y que teníamos que atacar a esas personas", añadió.
Preguntado Marcañaupa quién era el jefe de la Compañía Lince a la que pertenecía, contestó que no podía precisar su nombre. "Sólo recuerdo que era un mayor de apellido Zapata".
Las indagaciones judiciales han establecido que Williams Zapata era el único mayor en dicha zona, de allí que se le abrió proceso y se encuentra con libertad restringida, es decir que cada dos meses debe viajar de Washington a Lima para firmar un libro de asistencia.
El recientemente extraditado Rivera Rondón podría contribuir a establecer la cadena de mando que indujo a Hurtado a matar a campesinos desarmados e inocentes.
En la declaración de Contreras quedó claro que el propósito de los militares era que los pobladores se autoinculparan como miembros o colaboradores de Sendero Luminoso. "Cinco mujeres fueron desnudadas, las pusieron (sumergieron) en agua y las interrogaron", afirmó.
Además, se llevaron evidencias del crimen. "Todos los soldados de mi patrulla y los de las otras juntaron los casquillos (de las balas disparadas). En el cuartel Hurtado nos dijo a todos que guardáramos silencio porque todos estábamos implicados", sostuvo.
Las declaraciones de Contreras y Marcañaupa son relevantes para establecer las responsabilidades en la masacre, en especial de Hurtado. Según Karim Ninaquispe Gil, abogada de los familiares de las víctimas, la versión de los ex soldados contribuye a que se conozca la verdad de un crimen que parecía sepultado por el olvido y la impunidad.
"Contreras ha dicho que su patrulla salió un día después de la masacre para limpiar la zona con conocimiento de José Williams Zapata. Esto quiere decir que éste tuvo conocimiento inmediato de la ejecución de las víctimas", dijo Ninaquispe.
Tanto Contreras como Marcañaupa, además, han señalado que luego del crimen fueron trasladados al cuartel Los Cabitos, ubicado en la ciudad de Huamanga, donde estaba instalada la sede del Frente Político Militar bajo el mando del general del ejército Wilfredo Mori Orzi.
Por lo tanto, la actuación de la Compañía Lince contaba con la aprobación de este general, lo cual explica por qué Hurtado se movilizaba en helicóptero.
"Efectivamente, quien autoriza la salida de las patrullas, en especial de las que conformaban la Compañía Lince, le corresponde al jefe político-militar Wilfredo Mori", explicó Ninaquispe a IPS.
"La información del ex soldado Contreras dejaría en evidencia que Zapata y Mori participaron no sólo en la planificación del Plan de Operaciones Huancayocc, sino además en el encubrimiento de los responsables de la ejecución de la masacre", puntualizó la abogada.
La hora de la verdad de caso Accomarca está cada vez más cerca.