BOLIVIA: Morales gana en medio de presión opositora

Una tormenta opositora se desató en Bolivia para hacer frente al presidente Evo Morales, quien ratificó de modo contundente su mandato con más de 63 por ciento de los votos en el referendo, según coinciden las encuestas de boca de urna divulgadas por las principales cadenas de televisión del país.

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Bolivia se ha sacudido por el encendido discurso del mandatario izquierdista, quien tras confirmar su nuevo triunfo ofreció conciliar su proyecto de nueva Constitución con los estatutos autonómicos aprobados en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, y por el fervoroso rechazo de esa propuesta de parte del líder de la oposición, el también ratificado prefecto (gobernador) cruceño Rubén Costas.

Mientras Morales llamó a la unidad de los departamentos del occidente del país, donde recogió su mayor caudal de respaldo, con la llamada media luna oriental, Costas afirmó que el voto mayoritario por el No a la ratificación del mandato presidencial en esa zona y el sureño Chuquisaca, es un rechazo a la "dictadura y al proyecto de constitución que lleva a la confrontación entre hermanos".

La plaza de armas de La Paz, inundada de partidarios del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), retumbó cuando Morales cerró su discurso con la frase acuñada por la Revolución Cubana "patria o muerte", recibiendo como respuesta un cerrado "¡venceremos!".

A 1.000 kilómetros al este de la ciudad sede del gobierno, en la plaza 24 de septiembre de Santa Cruz de la Sierra, un coro de seguidores del derechista Costas repitió la palabra "independencia" mientras éste proclamó la victoria local contra el "evismo chavista".
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Con esa particular expresión, los seguidores del líder del conglomerado cruceño de empresarios, terratenientes y grupos derechistas, unidos en un movimiento cívico conservador, tratan de ligar en lo interno a Morales con su principal aliado político externo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

La red de televisión ATB informó que, según la encuesta de boca de urna, el Sí a la ratificación del mandato del primer presidente indígena de Bolivia y del vicepresidente Álvaro García Linera sumó 63,1 por ciento de los votos, sobre el total de las mesas electorales instaladas el domingo.

Por su parte, la cadena de televisión Unitel concedió 63,52 por ciento de los votos para el Sí, sobre el conteo de las encuestas en 93 por ciento de las mesas.

Para desalojar de sus cargos a Morales y a García Linera se necesitaba que el No superara el 53,740 por ciento de los votos válidos, que fue el porcentaje con el cual esa fórmula ganó las elecciones de diciembre de 2005. Por su parte, para los ocho prefectos que también pusieron en juego sus mandatos el domingo se necesitaba que el rechazo fuera superior al 50 por ciento.

La victoria de Morales viene cargada de un sabor agridulce, se apresuraron en afirmar los analistas políticos que ven al presidente con un fuerte respaldo sólo en los departamentos de La Paz, donde habría sumado 81 por ciento de votos, Oruro con 81 por ciento, Potosí con 79 y Cochabamba con 71 por ciento.

En cambio, el pronunciamiento a favor del revocamiento del mandato de la pareja gubernamental izquierdista dominó en Santa Cruz, donde el Sí sólo recogió 39 por ciento de los sufragios, en Beni llegó a 43 por ciento, Pando recogió 49 por ciento, Tarija 47 y Chuquisaca 46 por ciento, según los datos de Unitel.

El recuento preliminar de las consultas de las cadenas de televisión, para el caso de los gobernadores, indica que el prefecto del departamento de La Paz, José Luis Paredes, deberá dejar su cargo, pues el No llegó a 57 por ciento de los votos.

De este modo los paceños desaprobaron la conducta inestable de este veterano político, que osciló entre una independencia y marcados pronunciamientos a favor de las autonomías y grupos influyentes de los departamentos autonomistas, al margen de una gestión calificada por el gobierno nacional de corrupta.

En Cochabamba, el prefecto Manfred Reyes Villa también perdió la contienda, con la desaprobación de 60 por ciento de los electores, entre los cuales se cuenta a los cultivadores de coca, seguidores de Morales, quien fue su dirigente sindical, y opositores a la gestión del líder regional derechista y ex aliado del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003).

Las filas del oficialismo, por su parte, perdieron la prefectura del departamento de Oruro, ocupada por Alberto Aguilar, quien recibió el rechazo de 54 por ciento de los electores, según los datos preliminares de las encuestas de boca de urna.

En el frente de los vencedores se ubican el derechista Costas, quien logró 66 por ciento de apoyo, resultado que fue interpretado por éste como un respaldo al proceso de autonomía que encabeza junto a los gobiernos locales de Beni, Pando y Tarija.

Con la fuerza del apoyo a su mandato, Costas anunció la creación de un "organismo de seguridad" paralelo a la policía, una entidad recaudadora de impuestos y una oficina de coordinación para transferir recursos generados por el petróleo al resto de departamentos, en reemplazo del ministerio de Hacienda que actualmente cumple ese rol.

Entre las autoridades opositoras más votadas se encuentra el jefe de la prefectura de Tarija, Mario Cossío, quien marchó contra pronósticos que anunciaban su derrota y consiguió 64 por ciento de aprobación.

La primera autoridad departamental de Beni, Ernesto Suárez, logró 61 por ciento de apoyo, mientras que su par de Pando, Leopoldo Fernández, consiguió 56 por ciento de adhesiones, según los mismo cálculos primarios extraoficiales.

El oficialista Mario Virreina, quien conduce la prefectura de Potosí, sorprendió por la amplia votación favorable obtenida con 75 por ciento, y es la única carta que ostenta el Movimiento al Socialismo a nivel de gobiernos locales.

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