Normalidad dentro de la tensión. Así calificó Miguel Bofill, observador de la OEA, al referendo de este domingo en Bolivia, donde el presidente Evo Morales acumuló un considerable respaldo que le permite ratificar su mandato, según la tendencia de los primeros cómputos.
Los resultados extraoficiales difundidos por medios locales indican que Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera recogen 60 por ciento de los votos, sobre el 80 por ciento contado. Lejos de las previsiones más pesimistas y tras una semana intensa por la violencia que rodeó el tramo final de la campaña política, la tranquilidad dominó en todo el país en la concurrencia a las urnas, al punto de que Morales, el líder indígena del izquierdista Movimiento al Socialismo, dijo sentirse admirado por el comportamiento sereno de la ciudadanía.
Unos cuatro millones de electores estaban convocados para decidir por la continuidad o revocatoria del mandato constitucional de Morales, de García Linera y de ocho de los nueve prefectos (gobernadores) departamentales.
Una resolución de la Corte Nacional Electoral aclaró que para revocar el mandato del presidente y del vicepresidente la fórmula del No debía ganar con un porcentaje mayor al 53,740 por ciento de los votos válidos, es decir por encima de lo obtenido por Morales y García Lineras en las elecciones de diciembre de 2005 cuando alcanzaron el gobierno.
A diferencia del cálculo anterior, para los prefectos rige una modalidad diferente y señala que esa autoridad departamental podrá ser revocada cuando los votos por el No sean mayores al 50 por ciento de los votos válidos. Una cifra igual a dicho porcentaje o inferior no determinará el cambio de las autoridades departamentales.
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"Al margen de los pequeños problemas, destaco la participación del pueblo boliviano. Estoy sorprendido por la participación de la gente y esperamos que esta asistencia profundice la democracia", afirmó la tarde de este domingo en la región central del Chapare, conocida por su importante producción de coca, en el departamento de Cochabamba donde sufragó.
"Estamos para contribuir a la transparencia del proceso", dijo el español Bofill a IPS mientras visitaba los recintos electorales de la ciudad de El Alto, contigua a La Paz, un escenario electoral donde Morales tiene mayores adherentes.
Incidentes esporádicos como el asalto y secuestro de material electoral en la población de Yucumo, 250 kilómetros al este de Trinidad, la capital del norteño departamento de Beni, han sido las notas marginales que fueron superadas por las autoridades de la Corte Departamental con la reposición de papeletas y ánforas en rápidos envíos mediante una avioneta.
Al atardecer de este domingo, el ministro de Gobierno (interior), Alfredo Rada, expresó el temor de asaltos a las ánforas para evitar la conclusión del proceso de consulta ciudadana y llamó a la policía y al ejército para cooperar en el traslado y vigilancia de las planillas de recuento hasta las cortes electorales departamentales.
Los adherentes del prefecto de La Paz, José Luis Paredes, denunciaron que una persona desconocida intentó atacar a la autoridad departamental con un arma de fuego.
Los prefectos de las regiones que impulsan la autonomía, Rubén Costas, de Santa Cruz, Leopoldo Fernández, de Pando, Ernesto Suárez, de Beni, y Mario Cossío, de Tarija, abandonaron por unos minutos los recintos donde cumplen una huelga de hambre en demanda de recursos fiscales recortados por el gobierno nacional, votaron y luego continuaron con su protesta.
Esos cuatro prefectos, de sector de oposición al gobierno de Morales, recogen apoyo en el referendo con tendencias de voto diferentes, que según observadores políticos podrían debilitar al movimiento autonomista en caso de que a la postre se revoque el mandato de una o más de esas autoridades departamentales.
Como una "jornada ordenada y de total tranquilidad", calificó por su parte el observador uruguayo Luis Rosadilla, diputado del izquierdista y gobernante Frente Amplio, ante la consulta de IPS.
Rosadilla recordó los momentos de tensión de la semana pasada y los enfrentamientos registrados entre mineros y la policía, pero observó que la calma se instaló en este país de 10 millones de habitantes para dar lugar a un día "sin incidentes que pudieran distorsionar el ambiente electoral y donde se dirimieron las diferencias mediante el voto".
El recuento de votos, tras ocho horas de votación, señaladas por las normas electorales, ha comenzado a señalar las tendencias de la opinión ciudadana que se inclinan por el respaldo a Morales y a García Linera, pero opinan de manera diversa sobre la continuidad o revocatoria de los prefectos departamentales.
Morales acumula mayor apoyo en el occidente del país, que comprende a los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí, además de la región central de Cochabamba, pero el caudal de votación es menor en los departamentos donde la oposición se asentó con mucha fortaleza, como es la llamada media luna oriental conformada por Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija.
El caso más complejo es en Chuquisaca, el departamento localizado al sur de La Paz, donde la lucha es dramática y obligará a recuentos minuciosos para determinar el resultado final.
La consulta revocatoria no incluyó esta vez a la prefecta de ese departamento, Savina Cuellar, pues fue elegida el pasado 29 de junio, con el apoyo del voto urbano y la oposición de los electores rurales.