La carestía del petróleo y de los alimentos es el producto de una nueva gran burbuja especulativa mundial, creada para compensar a los mercados financieros de sus pérdidas cuando estallaron las del comercio tecnológico e inmobiliario, dijo a IPS el vicepresidente del gobierno sirio para asuntos económicos, Abdulah Al Dardari.
Licenciado en la Escuela de Londres de Ciencias Políticas y Económicas y considerado uno de los más destacados expertos económicos de Medio Oriente, Al Dardari habló con IPS acerca de las causas y los efectos internacionales y nacionales de la actual crisis mundial.
IPS: —¿A qué burbujas especulativas se refiere?
ABDULAH AL DARDARI: —En los años 90, Estados Unidos creó la burbuja de las tecnologías de la información, en las que se involucraron fuertemente los grandes mercados financieros mundiales.
Esa situación, que duró hasta 2000, coincidió con el proceso de globalización, por lo cual tuvo una enorme repercusión mundial, como lo demuestra la gran crisis de los mercados asiáticos en 1997.
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Ya en 2001, la política económica estadounidense creó otra burbuja, la de las hipotecas inmobiliarias, en la que el dinero se trasformó en acciones y documentos financieros que fueron objeto de grandes transacciones entrelazadas en los grandes mercados internacionales, lo que la convirtió en una crisis mundial.
Esas deudas hipotecarias circularon y fueron comercializadas a escala mundial, proceso en el que fueron implicados las grandes carteras de inversiones y los grandes bancos internacionales. El resultado fue una enorme sacudida que causó un choque mucho más grave que la anterior burbuja.
—¿Qué relación tienen esas dos situaciones especulativas con la actual crisis?
—En mi opinión, la actual burbuja del petróleo y los alimentos se ha creado porque aquellos que especularon con las de los años 90 son prácticamente los mismos que especularon con la de las hipotecas, que siguió hasta 2007. Y son los mismos que están ahora especulando con el petróleo y los recursos alimentarios.
Así, gracias a la burbuja del petróleo, las grandes compañías han compensado las pérdidas que registraron durante la burbuja de las hipotecas. Y es que no hay una explicación económica lógica a los actuales precios del petróleo, pues hoy por hoy la oferta excede la demanda.
Circula una versión que dice que ahora hay economías emergentes como China e India (que son factores de la carestía), pero es un hecho cierto que esas economías vienen creciendo desde hace una década al ritmo de casi 10 por ciento anual.
Otros lo atribuyen a las guerras, pues Iraq fue ocupado Pero de hecho estamos ante una nueva burbuja cuyo objetivo es resarcirse de las perdidas registradas con las anteriores burbujas.
—¿Qué opina de esa otra versión que dice que los precios de la energía se disparan para golpear las economías de Europa y Japón, y ahora también China e India, entre otros? Al menos esto es lo que ocurrió cada vez que las otras grandes economías alcanzaron solidez
—Yo no soy adepto a la teoría de la conspiración, pero sí estoy convencido de que ellos (los especuladores) hacen las cosas premeditadamente. Los especuladores del petróleo planifican, programan, no improvisan.
Pero su pregunta lleva a abordar la pugna entre dos tendencias en el mundo: la que quiere restaurar el sistema multipolar en lo económico y en lo político, y la otra que no favorece esta vuelta.
Vemos que Rusia ha vuelto al frente de la economía mundial, lo mismo China, India, el grupo asiático en general. Como también los países árabes del Golfo, que con sus fondos de soberanía por ejemplo se han colocado en la primera fila de la economía mundial.
Es también el caso de América Latina, con Brasil, Argentina y Chile, sólo por citar algunos ejemplos. Incluso África, con todos sus grandes problemas, se está asomando al escenario económico global.
En otras palabras, 70 por ciento del producto nacional bruto en el mundo se produce fuera del grupo de los siete países más industrializados del planeta. Este es un hecho, no una opción o posibilidad.
Yo no creo que ningún economista sensato en Estados Unidos vea interés alguno en bloquear esta multilateralidad, pues ésta supone para ese país una fuente de mercancías baratas, un mercado para sus productos y también otra posibilidad para la adquisición de sus bonos del Tesoro. ¿Se imagina que nadie compre bonos del Tesoro de Estados Unidos?
—¿Qué papel tienen los biocombustibles en el actual escenario especulativo? ¿Cuál es la situación en Siria?
—La producción de esas energías no está contemplada en Siria. Ni siquiera nos lo planteamos. Esta cuestión de la energía biológica es simplemente un crimen contra la humanidad.
—El presidente Bashar al Assad habla de un clima positivo en la región: Hará una visita de estado a Francia a mediados de este mes y las negociaciones indirectas, con mediación turca, entre Siria e Israel pronto entrarán en su cuarta ronda. ¿Qué significa el Golán para Siria?
—Aunque fuera tierra completamente árida, el Golán es nuestro derecho recuperarlo y debe volver a Siria.
Asentado esto, en lo económico, el Golán contiene 14 por ciento de nuestros recursos hídricos. Puede contribuir además a incrementar nuestro producto interno bruto agrícola en 10 por cierto.
Y siguiendo con los aspectos económicos, hay que hablar también de la enorme carga económica que el drama de los sirios desplazados del Golán supone para la infraestructura del país. Se trata de cerca de medio millón de sirios desplazados en su patria.
Luego, a causa de la ocupación del Golán (por Israel, desde 1967), Siria está perdiendo también turismo.
—Medio millón de desplazados en el caso del Golán, cientos de miles de palestinos desde 1948, también libaneses tras la guerra civil, y 1,5 millones de iraquíes desplazados desde la ocupación militar de ese país Además del drama humano, ¿qué carga económica suponen los desplazados para Siria, con apenas 20 millones de habitantes?
—Concretamente, Siria sigue acogiendo a medio millón de palestinos desde 1948, además de todo lo que usted menciona. Todo esto supone para la economía del país entre 1.500 y 2.000 millones de dólares al año, amén del aumento de la inflación que alcanzó a 14,5 por ciento a fines de 2007.
—¿Cuál es el índice de crecimiento económico sirio?
—Nuestra economía creció 6,6 por ciento en 2007. El objetivo es alcanzar siete por ciento en 2010, pero aún no sabemos cuál será el índice de este año ya que estamos pendientes de los resultados del sector agrícola que representa 25 por ciento de nuestro producto nacional bruto. Hemos tenido una fuerte sequía el año pasado y este año.
—Siria aplica desde 2000 lo que llama una "nueva economía"
—Es lo que llamamos la economía social de mercado. Nos abrimos a la economía de mercado, pero con objetivos sociales. Ha sido un proceso arduo, pues debimos superar enormes desafíos para pasar de una economía central, a esta apertura al mercado.
Tuvimos que reformar todo: desde la mentalidad, hasta la estructura administrativa caracterizada por una fuerte burocracia, pasando por las leyes y regulaciones.
En apenas cuatro años hemos promulgado casi 1.000 leyes que refieren a la liberalización del comercio, las inversiones, la competencia, el cese de los monopolios, la autorización para la actuación de bancos y compañías de seguro privados, la apertura de un mercado de valores, la formación de cuadros, en fin, todo el marco normativo del área económica.
En resumen, estamos creando las instituciones de la nueva economía. Sólo un ejemplo de lo conseguido: de un crecimiento de 0,5 por ciento en 2000, hemos pasado al 6,6 por ciento del año pasado.
En cuanto a las infraestructuras, se ha pasado de unas basadas en un producto nacional bruto de unos 19.000 millones de dólares en 2000 a otras de más de 35.000 millones ahora. Lo mismo con la balanza de comercio exterior, que aumentó de 8.000 millones de dólares a 30.000 millones en la actualidad.
Pero todas las cifras carecerían de valor sin no conseguimos los objetivos sociales de esta nueva economía.
—Estados Unidos incluyó a Siria en el llamado "eje del mal", ¿en qué medida afectaron las sanciones de Washington a la economía de su país?
—Las sanciones coincidieron con la fase más crítica de la transformación de la economía. Afectaron el ritmo de la reforma, la disposición de los demás a invertir en Siria y a nuestra capacidad de obtener tecnologías.
Y si bien las sanciones fueron sólo estadounidenses, hubo bancos, algunos árabes, y sectores de negocios que fueron más realistas que el rey y se alejaron de Siria.
Pese a ello, seguimos con nuestra reforma económica. Un dato a destacar: ¡las exportaciones sirias a Estados Unidos aumentaron en más del 30 por ciento!
—¿Cuáles son los pilares de la economía siria?
—Aclaro enseguida que la de Siria no es una economía de servicios, sino que se basa en la agricultura, que representa 25 por ciento del producto nacional bruto, la industria, con 12 por ciento, y últimamente el comercio y el turismo, con 16 por ciento.
Luego tenemos los sectores emergentes que marcan un fuerte crecimiento: finanzas y banca, vivienda y construcciones, servicios estatales como el agua, la salud, la enseñanza y la electricidad.
En cuanto al petróleo, lo que producimos, unos 380.000 barriles diarios, cubre 50 por ciento de nuestras necesidades, así que seguiremos importando. Siria exporta crudos e importa derivados.