Entre 700 y 1.100 secuestros se habrían cometido en México en 2007, y este año el número podría ser mayor. Ese delito, cometido cada vez con mayor violencia incluso por policías y narcotraficantes, vuelve al centro de las preocupaciones y denuncias ciudadanas.
El repunte de los secuestros con fines de extorsión se registra tras una caída en 2005 y 2006. Expertos y portavoces de organizaciones no gubernamentales lo atribuyen al desplazamiento de narcotraficantes y sus sicarios hacia esta actividad delictiva, debido a la represión desatada contra el tráfico de drogas.
En 2004 se denunciaron 384 secuestros, en 2005 bajaron a 280 y en 2006 se repitió esa cifra. Pero en 2007 subieron a 357.
Rodrigo Centeno, analista en seguridad y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirma que por cada secuestro reportado a las autoridades hay dos o tres más que no se denuncian. Por tanto, se calcula que en 2007 estos delitos oscilaron entre 700 y 1.100.
No están claras las cifras de este año, pero hay denuncias y reportes crecientes.
Según el no gubernamental Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, fundado en 1991, México superó ya a Colombia como el país con más secuestros de América Latina.
"Debido a la estrategia oficial que privilegia el ataque al narcotráfico, otros delitos, especialmente el secuestro, van al alza pues los vendedores de drogas buscan alternativas de ingresos. Unos alternan el tráfico con el secuestro, mientras otros ya se dedican únicamente a este delito", dijo a IPS José Nieto, analista en temas de seguridad.
Durante el gobierno del conservador Felipe Calderón, investido en diciembre de 2006, miles de militares y policías han sido desplegados en diferentes estados para combatir las mafias de la droga y se desarticularon 12 bandas de peligrosos secuestradores, según la Procuraduría General (fiscalía).
A esa estadística habría que agregar las capturas de autoridades estatales, que se cuentan por decenas.
La Procuraduría indicó que de las 12 bandas que tiene en sus registros, al menos nueve estaban encabezadas por narcotraficantes.
Las autoridades reconocen que la incorporación de células de narcotraficantes al secuestro de comerciantes y empresarios parece estar relacionada a intentos de recuperar ingresos que antes provenían de la venta de drogas.
Entre los grupos desmembrados por las autoridades federales están "Los Beltrán Uriarte", "Los Franco", "Los Panchos", "Los Tampico", "El Conan", "Los Limones", "Los Simpson", "Los Jarquin", "Los Pitufos" y "Los Chocos".
Los funcionarios, especialmente federales, han olvidado otros delitos como el secuestro, afirmó María Elena Morera, presidenta del no gubernamental México Unido contra la Delincuencia, una entidad ligada a organizaciones empresariales.
En los secuestros y en la delincuencia en general el país está regresando a la situación de "emergencia" de 2004, sostuvo Morera. México Unido contra la Delincuencia se creó en junio de aquel año tras una multitudinaria marcha en la capital, en reclamo de seguridad y mayor combate al crimen.
En 2004 se denunciaron en el país un promedio de 4.161 delitos por día. En 2007, se llegó a 4.479.
Es indignante el aumento "claro" de secuestros, tras haber caído en forma marcada en el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) por el intenso combate policial. Ahora ya no es prioridad, todo es lucha contra el narcotráfico, reiteró en declaraciones a la prensa mexicana.
La guerra contra las mafias narcos, que introducen grandes cargamentos de droga en Estados Unidos, viene acompañada de más de 4.300 personas asesinadas desde diciembre de 2006.
La gran mayoría de los muertos estaban vinculados a bandas de traficantes, que se disputan plazas y rutas de comercio, y unos 430 eran policías y soldados.
"Es correcto que el gobierno enfrente a los narcotraficantes con todo su poder, pues representan una amenaza al Estado, pero no podemos permitirnos que debido a ello suban otros delitos como el secuestro. Una vez más, lo que falta en México es una estrategia global de seguridad", opinó Nieto, quien asesora a firmas privadas.
El blanco de los secuestradores son los miembros de la elite, pero también, y de forma creciente, la gente de clases medias y bajas.
El secuestro "express" o "levantón", que se realiza por un tiempo breve, las más afectadas son familias de clases medias, mientras los llamados de alto impacto, que implican mayor duración y pagos de grandes sumas de dinero, las víctimas son de sectores pudientes.
Los medios de comunicación informan a diario de nuevos secuestros y, cada tanto, aparecen cadáveres de víctimas que no se libraron de la muerte ni siquiera con el pago de rescates. Es común que los sospechosos arrestados sean policías y ex policías.
A menudo, las víctimas son niñas, niños o jóvenes, blancos preferidos para los delincuentes, pues sus padres pueden disponer con mayor rapidez del dinero familiar.