Mientras jóvenes católicos de todo el mundo celebran en Sydney, otros australianos celebran la eliminación de una polémica norma que ordenaba represión y multas a participantes en protestas convocadas por la no gubernamental Coalición No al Papa.
La Corte Federal de Australia resolvió el martes —cuando comenzaron este año las celebraciones del Día Mundial de la Juventud, que concluirán este domingo— anular la prohibición de "molestar" a quien concurra al festival organizado por la Iglesia Católica.
El fallo fue aplaudido por organizaciones de derechos humanos. Rachel Evans, de la Coalición No al Papa, lo describió como "una importante victoria para el movimiento de protesta".
Según la regulación dispuesta por la gobernadora de Nueva Gales del Sur, Marie Bashir, quienes, según las autoridades, molestaran a los participantes del Día Mundial de la Juventud se arriesgarían a ser arrestados y a multas de hasta 5.500 dólares australianos (5.343 dólares estadounidenses).
El tribunal ordenó enmendar la cláusula que asignaba a cualquier miembro de la policía, del Servicio de Emergencia Estatal o del Servicio de Incendios Rurales del sudoriental estado de Nueva Gales del Sur la facultad de resolver quiénes causarían "molestia o inconveniencia a los participantes" del Día Mundial de la Juventud en el área que se asignó a las celebraciones.
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La Corte advirtió que la cláusula era inválida, y eliminó la referencia a las "molestias".
"Interpretamos la Ley del Día Mundial de la Juventud con la presunción de que no fue intención del Parlamento que sus reglamentación impidiera o interfiriera con el ejercicio de la libertad fundamental de libre expresión", declararon los jueces.
La controvertida regulación fue comparada con la legislación aprobada el año pasado en ocasión del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) —también realizado en Sydney—, a la que activistas consideraron violatoria de las libertades democráticas.
Antes del fallo, Evans dijo a IPS que la Coalición seguiría adelante con su marcha de protesta, fijada para este sábado, independientemente del resultado.
Entre otras organizaciones, participan en la Coalición la Sociedad Humanista de Nueva Gales del Sur, Acción Comunitaria contra la Homofobia y la Asociación Nacional Secular Australiana.
"Por supuesto, la multa nos preocupa, pero pensamos que el derecho a expresar nuestro punto de vista cuando el Papa está aquí", señaló Evans.
El papa Benedicto XVI se encuentra en Australia para participar en el Día Mundial de la Juventud, que finalizará con una misa oficiada por el pontífice. Su inminente discurso es descrito por los organizadores como "una invitación del Papa a la juventud del mundo para celebrar su fe".
Más de 200.000 peregrinos de todo el mundo se encuentran en Sydney para estas jornadas. La Coalición No al Papa la considera una oportunidad para protestar contra las posiciones de la Iglesia Católica sobre la anticoncepción, la diversidad sexual y los derechos reproductivos, entre otros asuntos.
"Le brindamos un servicio a la juventud católica. Le vamos a hablar sobre salud sexual, sobre intolerancia y sobre por qué una plataforma de justicia social debería incluir un componente contra la intolerancia", dijo Evans.
La Coalición planifica repartir condones a los jóvenes católicos el fin de semana. Evans cree que esa acción no causará molestias entre los feligreses.
"Si alguien no quiere recibir un condón, no tiene por qué hacerlo. Si alguien no quiere comprometerse en una discusión sobre por qué los condones salvan vidas y por qué la intolerancia mata, no tiene por qué hacerlo", argumentó.
El Día Mundial de la Juventud está envuelto en controversias.
El arzobispo católico de Sydney, George Pell, está envuelto en una disputa por el modo en que manejó de la violación reiterada de un niño por parte de un cura. Los padres de dos niñas violadas por otro sacerdote llegaron a Sydney desde Londres, y solicitaron una entrevista con el Papa.
La organización Homeless Voice, que protege a quienes carecen de hogar, alegó que las autoridades obligaron el traslado de unas 130 personas de los lugares en los que habitualmente pernoctaban.
Un foro católico de homosexuales y lesbianas —que los organizadores del Día Mundial de la Juventud intentaron impedir— se realizó sin el apoyo oficial de que gozó la celebración católica.
La policía de Nueva Gales del Sur le advirtió a la organización de Melbourne Broken Rites —que apoya a víctimas de abusos sexuales relacionados con la Iglesia— que, de protestar, infringiría la nueva ley.
Evans dijo que la Coalición también recibió pedidos policiales información sobre las protestas que planificaban, que fueron respondidos en detalle.
Pero aunque los manifestantes ahora pueden "molestar" a quienes se encuentren en áreas reservadas al Día Mundial de la Juventud sin temor a ser arrestados o multados, las preocupaciones por la implementación de la norma no se esfumaron.
Todavía se arriesgan a correr esa suerte si se considera que son "inconvenientes".
De hecho, algunos manifestantes que manifestaban su rechazo a los sacerdotes católicos acusados de pedofilia fueron retirados este viernes del lugar en que se concentraron, frente a la catedral de Sydney.