La agrupación más emblemática de la izquierda mexicana, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), vio agudizados sus problemas internos con la anulación de la elección para renovar a su dirigencia.
La Comisión Nacional de Garantías (CNG), el organismo de control del PRD, decidió el fin de semana invalidar los comicios para la presidencia partidaria por encontrar anomalías, como votos sin respaldo y actas falsas, en más de 20 por ciento de las urnas.
Cuatro meses después de haber realizado la votación interna, esta resolución mantiene en la incertidumbre al PRD, surgido en 1988 de la escisión del entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder ininterrumpidamente de 1929 a 2000, y de la adhesión de pequeñas agrupaciones de izquierda.
Jesús Ortega y Alejandro Encinas, los dos aspirantes a la presidencia del partido, tomaron el fallo de forma diferenciada.
George W. Grayson, experto en temas mexicanos en la estadounidense Universidad de William & Mary, prevé una lucha más intensa entre ambos bandos.
"Habrá una división, ya sea después del congreso del partido este otoño (boreal) o de las elecciones legislativas en 2009", anticipó en entrevista con IPS el académico, autor de una biografía sobre el excandidato a la presidencia de México por el PRD, Andrés López Obrador.
Ortega, el triunfador original de las elecciones de marzo, rechazó el fallo y anunció que acudirá al Tribunal Electoral del país para defender su presunta victoria. "El PRD se está dando un balazo en el pie" con la anulación, dijo a la prensa, tras acusar a López Obrador de vetar su nominación.
Encinas, un veterano militante izquierdista y ex alcalde de la capital mexicana, aceptó a regañadientes el veredicto y anunció que volverá a competir por el máximo cargo del PRD.
"El fallo no cancela nuestro triunfo, sólo lo pospone", expresó Encinas, en rueda de prensa efectuada luego del anuncio de la Comisión.
En el conteo originario se indicó que Ortega obtuvo 557.729 sufragios contra 541.515 de Encinas. Otros cuatro candidatos recibieron 74.822 votos.
Ortega y Encinas representan dos posturas políticas enfrentadas dentro del partido, que se encuentra bajo una dirección provisional. El primero se inclina por una versión moderada de la izquierda, mientras que el segundo apuesta por una posición más radical, a tono con la de su mentor político, Andrés López Obrador.
Ahora, el PRD debe convocar a un nuevo proceso para elegir a su dirigencia, cuya fecha de realización aún no está definida. Sin embargo, el veredicto de la CNG no resuelve la disputa interna, que amaga con prolongarse ante la posibilidad de que el asunto llegue al Tribunal Electoral nacional.
Además, debe oficializarse la convocatoria al congreso nacional del partido, en el que se estructuraría la estrategia a seguir para los próximos años.
El impasse respecto de los cuadros dirigenciales del PRD, la segunda fuerza política representada en el parlamento de México, podría afectar su imagen frente a las próximas elecciones intermedias de julio de 2009, cuando se proceda a renovar los escaños de esa cámara.
"Ninguna institución puede subsistir en la simulación jurídica, menos aún cuando se trata de garantizar el secreto del voto y dar certeza y legalidad en el proceso electoral", señaló Ernestina Godoy, integrante de la Comisión, al momento de dar a conocer la decisión de dicho órgano contralor.
Luego del desarrollo de los comicios del 16 de marzo, varias figuras de la izquierda mexicana, como el expresidentes del partido y excandidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas, llamaron a anularlos por la proliferación de denuncias de maniobras anómalas.
Esta es la segunda ocasión en que el PRD se ve obligado a suspender un proceso electoral interno. En 1999 también se debió recurrir a esa medida cuando el propio Ortega compitió contra la hoy gobernadora del nororiental estado de Zacatecas, Amalia García. En la repetición de las votaciones, Ortega se abstuvo de participar.
"Nadie asume la responsabilidad que le toca en la suciedad de las elecciones ni del consecuente desenlace de invalidación", criticó este lunes el analista político José Antonio Crespo en su columna del periódico Excélsior, de la capital mexicana.
López Obrador, quien aún rechaza reconocer su derrota en los comicios de julio de 2006 para la presidencia de México ante el conservador Felipe Calderón, respaldó la anulación de las elecciones del PRD.
Según los datos oficiales, el actual mandatario Calderón, del Partido Acción Nacional, superó por unos 200.000 sufragios a López Obrador, quien se ha autonombrado "presidente legítimo" de México.
Curiosamente, el PRD se halla inmerso en un conflicto postelectoral similar al registrado en 2006, con el denominador común de acusaciones de graves irregularidades tanto durante el proceso electoral como en el ejercicio mismo del sufragio.
Grayson adelantó una fractura en el partido y "la pérdida de 20, 30 o aún más diputados el año próximo", en beneficio del PRI, que vería materializado un exitoso regreso a la palestra política luego de que gobernara el país durante casi todo el siglo XX.