POLÍTICA-BOLIVIA: Dudas y temores asoman por izquierda

El partido de gobierno en Bolivia comienza a asimilar el golpe del último revés electoral y a dudar de la popularidad del presidente Evo Morales, quien se juega su ratificación en el cargo en el referendo previsto para el 10 de agosto.

Si la consulta revocatoria se realizara en estos días, Morales perdería el gobierno, aseguró a IPS Carlos Laruta, director del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), tras hacer una proyección hacia el resto del país de los resultados de los comicios para prefecto (gobernador) del departamento de Chuquisaca, fuertemente polarizado.

Savina Cuéllar, una indígena de 44 años que hasta el año pasado militaba en el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) y por el cual fue elegida a la Asamblea Constituyente, ganó la gobernación para la derechista Alianza del Comité Interinstitucional (ACI) con 55,5 por ciento de los votos, frente a 40,5 por ciento del candidato oficialista Wálter Valda.

El resultado es absolutamente inverso al que obtuvo el izquierdista MAS en las elecciones departamentales para conformar la Asamblea, el 2 de julio de 2006, cuando logró el 54,8 por ciento de respaldo, mientras que la derechista agrupación ciudadana Poder Democrático y Social (Podemos) sólo llegó a 14 por ciento. Pero el ex portavoz del gobierno Alex Contreras estima que en el referendo de agosto la situación cambiará, porque en la balanza se pondrá en juego la imagen de Morales.

La cabecera del departamento de Chuquisaca es Sucre, la histórica capital de Bolivia, donde tiene su sede el Poder Judicial y el lugar en el que se instaló la Asamblea Constituyente el 6 de agosto de 2006.

La añeja demanda de Sucre de cobijar la sede de los tres poderes del Estado desató un ánimo de reivindicación, que terminó convulsionando a la pequeña urbe y encendió sentimientos racistas.

La presión de una ciudad ansiosa de contar entre sus residentes al Poder Ejecutivo y el Legislativo, ubicados desde 1899 en La Paz, obligó a los asambleístas a sesionar en un edificio ubicado junto a un cuartel militar, el 24 de noviembre.

Esa situación desató la furia de la población y choque con las fuerzas de seguridad que terminaron con la muerte de tres personas, en un incidente hasta ahora sin esclarecer. Los disturbios, alentados por organizaciones derechistas que postulan las autonomías departamentales, terminaron afectando la popularidad de Morales en Sucre, donde un Comité Interinstitucional se apoderó de las reivindicaciones regionales y las enarboló como consigna de oposición.

Tras los hechos de violencia, el prefecto entonces electo, David Sánchez, de la filas del oficialismo, renunció, pese a las presiones del gobierno para mantenerlo en el puesto, y terminó buscando asilo político en Perú.

Las elecciones del pasado domingo ubicaron como reemplazante de Sánchez a Cuéllar, una humilde mujer que es calificada de "traidora" por los sectores indígenas que el 24 de mayo sufrieron la agresión de una turba de enardecidos universitarios y adherentes del Comité Interinstitucional.

Alcaldes, concejales y dirigentes campesinos fueron humillados y obligados a ponerse de rodillas en la Plaza 25 de Mayo, donde hace 183 años se proclamó la independencia de Bolivia de la corona española.

Estos hechos se reflejaron en los comicios. La ciudad se pronunció por Cuéllar, mediante un "voto por consigna", según Contreras, mientras la zona rural de Chuquisaca, habitada en su gran mayoría por indígenas quechuas, respaldó por más de 50 por ciento a la fórmula del MAS.

Esos resultados acentúan la ya profunda diferencia entre el campo y la ciudad, dejando abierta a muchas interpretaciones desde políticas hasta diferencias de condición social.

Laruta realiza una lectura política de los hechos que antecedieron a ese resultado y entiende que fueron errores del gobierno forzar el 9 de diciembre en la ciudad de Oruro la aprobación del nuevo texto constitucional a poner a referendo ciudadano, así como excluir del debate político el tema de la capitalidad plena.

"Esta actitud ha sido interpretada como un menosprecio de parte del MAS y de Morales a Chuquisaca" y, simultáneamente, se aplicó una política de aislacionismo a los sectores que no comparten los puntos de vista del gobierno, explicó.

El director de Cipca realiza un examen sociológico a la gestión del presidente Morales y revela un "exceso de etnicismo" para significar la carga de discurso con mucho énfasis en los temas indígenas, y defiende la posición de que los habitantes de ciudades y del área rural están comprendidos en un mestizaje que tiende a una situación de interculturalidad.

"Los errores del MAS han hecho que sectores de clase media que apoyaron a Morales ahora tengan una posición contraria", expresó el analista.

El ex colaborador presidencial Contreras evalúa al electorado urbano de Sucre con preocupación y sugiere difundir los resultados de la gestión del mandatario en dos años y medio.

Con la sinceridad que está ausente de los dirigentes del partido de gobierno, Contreras expresa que "esta derrota política debe ser asumida con la madurez que permita una evaluación, autocrítica y mayor trabajo en torno a los movimientos sociales que han estado abandonados".

Contreras renunció al cargo de portavoz de Morales el 1 de abril y explicó su actitud a través de una carta en la cual expresaba su firme defensa de la libertad de prensa y del trabajo de los medios de comunicación.

A pesar de la distancia que mantienen, considera que Morales no bajó su grado de popularidad de 54 por ciento, con el cual resultó elegido el 18 de diciembre de 2005, y confía en que el programa social y de recuperación de ingresos de las actividades petroleras ayudarán a ratificarlo en la presidencia, incluyendo los departamentos donde se anida la oposición, que son Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija.

Aparentemente, esta percepción hizo retroceder a los prefectos autonomistas de los cuatro departamentos, al que se suman los opositores Manfred Reyes Villa, de Cochabamba, y José Luis Paredes, de La Paz, a rechazar su participación en el referendo que ellos habían impulsado a fines de 2007 y para el cual consiguieron el respaldo de los parlamentarios derechistas de Podemos.

Hoy, frente a este cambio de posición, Morales está resuelto a "barrer con los prefectos neoliberales", según ha expresado en la víspera en la noroccidental ciudad argentina de Tucumán, donde participó de la Cumbre del Mercosur (Mercado Común del Sur.

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