Hacinados en una minúscula franja de territorio de 360 kilómetros cuadrados, acosados por la pobreza, la desnutrición y el desempleo, los 1,5 millones de palestinos en Gaza sufren además la amenaza de una bomba de tiempo demográfica.
La endeble infraestructura no puede responder a la tasa de natalidad en rápido aumento.
"Estamos asistiendo a un colapso económico y social, a causa de la combinación de las privaciones económicas, la desesperación y la inestabilidad política", dijo a IPS Masshoor Basisy, director general de Planeamiento del Ministerio de la Mujer de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Una combinación de factores culturales, sociales, políticos e históricos explican la alta y sostenida tasa de natalidad, a pesar de la pobreza endémica y la falta de oportunidades, señaló Basisy.
El portavoz del Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Gaza, Osama Abu Eta, confirmó a IPS que no existen programas de control de la natalidad en los territorios palestinos, sólo los destinados a la atención de la salud durante el embarazo y luego del nacimiento.
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Según datos la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, incluidos en su publicación The World Factbook, la tasa de crecimiento de población en Gaza es de 3,6 por ciento, frente a un promedio internacional de 1,14 por ciento.
La mediana de edad de los habitantes del territorio es de 16,2 años para los hombres y 16,1 años para las mujeres, más de 47 por ciento de la población es menor de 14 años y, en promedio, cada mujer tiene 5 hijos, de acuerdo con la CIA.
El producto interno bruto por habitante era levemente superior a 5.000 dólares en 2006, antes de la imposición del embargo económico que siguió al triunfo en las elecciones parlamentarias locales de ese año del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y a su toma del control del territorio por las armas en 2007, desplazando al moderado y secular partido Fatah del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Abú Mazen.
Las sanciones y el completo bloqueo impuesto por Israel quebraron la ya frágil economía de Gaza. Según la organización humanitaria internacional Oxfam, el desempleo llega a 50 por ciento, mientras que datos de la ONU revelan que 60 por ciento de la población vive debajo de la línea de pobreza.
Diversos estudios han demostrado la correlación entre el acceso de las mujeres a la educación y oportunidades de empleo con un descenso de la tasa de natalidad. Sin embargo, las mujeres palestinas tienen un nivel de escolaridad superior al de las mujeres árabes de países vecinos, donde el número de nacimientos ha estado declinando lentamente, en parte a causa de la intervención de los gobiernos.
Samir Awad, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Birzeit de Cisjordania, señaló a IPS que existen consideraciones de tipo político. En los territorios palestinos "las familias numerosas están vistas como una forma de patriotismo", explicó.
El fallecido Yasser Arafat, presidente de la ANP entre 1996 y 2004, dijo en un discurso en 1987 que las mujeres palestinas eran "una bomba biológica".
"Se ha lavado el cerebro de la sociedad palestina, para inculcar la idea de tener muchos hijos como un deber nacional y político. No sólo para contar con más luchadores para la causa, sino también para superar en número a los judíos", afirmó Basisy.
"Si la ANP introduce programas de control de la natalidad será atacada por los líderes políticos y religiosos, para no mencionar la condena de la sociedad en general", agregó.
Este tema no pasó desapercibido a los israelíes, decididos a asegurar una mayoría judía en Jerusalén y multiplicar los asentamientos en Cisjordania como baluarte contra futuros reclamos de un hipotético Estado palestino naciente.
Los temores israelíes fueron expuestos en 2002 por Arnon Sofer, profesor de la Universidad de Haifa. En una carta que envió al entonces primer ministro Ariel Sharon (2001-2006) señaló que en vista de "la amenaza demográfica palestina" Israel debía retirarse urgentemente de Cisjordania y Gaza si quería mantener su carácter de "Estado judío democrático".
Si continuaba su dominio, los judíos podrían convertirse un día en una minoría dentro de Israel, sugirió ese texto.
Pero también existen factores culturales que animan a los palestinos de Gaza a tener muchos hijos. La coordinadora en ese territorio del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer, Hiba Zayan, quien trabaja con organizaciones femeninas de base, ha sido regularmente criticada por no aumentar su familia de dos hijas, o buscar el hijo varón.
"La cultura, religión y la política de Medio Oriente tienden a fomentar las familias numerosas", señaló Abdel R. Omran, profesor en las universidades estadounidenses George Washington y de Maryland.
"Pero la desesperación, sumada a la falta de resolución del conflicto entre israelíes y palestinos, ha llevado a muchos habitantes de Gaza, las mujeres en particular, a un estado de apatía respecto del control de la natalidad", dijo Zayan.
"He preguntado a algunas mujeres, cuyos maridos están desempleados, tienen ocho hijos y están embarazadas otra vez, por qué continúan teniendo más niños. Sólo se encojen de hombros y responden 'qué importa, no tenemos futuro' o 'Dios proveerá'", agregó.
Algunos analistas señalan que hace falta una solución política. Sólo la existencia de un Estado palestino que goce de estabilidad financiera y legitimidad política, con un liderazgo efectivo, podrá producir cambios en materia de control de la natalidad, afirman.
Pero mientras los líderes de Hamás en Gaza luchan con temas como la escasez de alimentos, combustibles, agua y medicinas, es altamente improbable que los derechos reproductivos de las mujeres constituyan una prioridad para los dirigentes conservadores de ese movimiento islamista.